domingo, 25 de julio de 2021

Editorial de Aliverti del 24 de julio { Comienzo Campaña Electoral }

Fernando Borroni sobre Cuba

Documental Sol de Noche

Leandro Santoro jugando de visitante

PRIMICIA: Larreta le paga un sueldo al periodista de La Nación Paulino Rodrígues

Tiene un contrato dentro del Instituto de Formación Política y Gestión Pública Por Tomás Palazzo para Noticias La Insuperable
El periodismo independiente está de fiesta. Pues qué mejor forma de acceder a las fuentes que trabajando para ellas. Y el que da el ejemplo no es otro que el “periodista” Paulino Rodrigues, quien no solo trabaja en el canal La Nación +, financiado por Mauricio Macri; también se consiguió un puestito en el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta.
Paulino Rodrigues es el mismo que conduce el programa “+Info a la tarde”, con Lourdes Marchese y Javier Lanari por el canal “LN+”, donde suele brindar información “de primera mano”, la cual ahora nos explicamos de donde viene. Y es que Paulino, según nos cuenta el informe de las cláusulas modificatorias del primer trimestre de este 2021, tiene un Contrato de Locación con la UPEIFPGP, el Instituto de Formación Política y Gestión Pública, donde se brinda formación, capacitación y actualización profesional, entre otros, a dirigentes políticos y funcionarios de gobierno.

𝐂𝐑𝐈𝐒𝐓𝐈𝐍𝐀 𝐅𝐄𝐑𝐍𝐀́𝐍𝐃𝐄𝐙 𝐃𝐄 𝐊𝐈𝐑𝐂𝐇𝐍𝐄𝐑

Pregúntele usted, estimado lector, estimada lectora, a su gorila más cercano a quién odia más: si a Perón, a Evita, a Néstor o a Cristina. Notará que 9 de 10 pronuncian el nombre de la actual vicepresidenta con el ceño fruncido. No es casualidad. La figura de Cristina hoy relega el odio al peronismo en su totalidad, y a sus fundadores en particular, al segundo lugar. A la actual vicepresidenta la desprecian por inercia los incultos y los desclasados, pero la aborrecen concienzudamente aquellos que comprendieron el peso histórico de su figura. Ella conjuga el fuego indomable –revolucionario- de Evita y la muñeca política de Perón. Es, sin dudas, la dirigente política más importante de la región del último medio siglo. Y encima, es peronista. Quien realmente se jacte de comprender la política, de analizarla, de desmenuzarla, concluirá que Cristina es la piedra en el zapato de la Derecha. Los anula electoralmente y los pone en jaque en lo discursivo. Es impredecible, aunque de algún modo, siempre hace lo que esperábamos que hiciera. O lo que necesitábamos que hiciera, y no lo sabíamos hasta que lo hizo. La elección de Alberto Fernández como cabeza de fórmula para las elecciones del 19 es solo un ejemplo. Cristina, además, no se calla nunca. Esto molesta en demasía. Un peronista es irreverente, cuestionador, contestatario. Una mujer peronista es todo lo anterior, pero mucho más indigerible para el poder real, que sabemos, es sumamente machista. Esto último se vio reflejado en las funestas portadas de diarios y revistas que degradaron a Cristina infinidad de veces, no por su capacidad o sus ideas, sino más bien por su condición de mujer. De mujer sumamente capaz y con ideas que hacen peligrar sus negocios y vulneran su modelo de des-país. Cristina tiene un pie en el pasado, su pertenencia partidaria la moldea, le da un marco teórico a su accionar, la posiciona en el lugar histórico de quienes enfrentaron a los detractores del Pueblo. Pero su presente inacabable y sin fecha de vencimiento, le permite al peronismo replantearse así mismo, romper su propio molde, aggiornarse a las necesidades modernas para permitir que nazcan nuevos derechos. El futuro del país está inevitablemente sujeto al ejercicio de Cristina. Ella es la ventana a la Argentina del mañana. Ocupando el rol que demande la hora, puso siempre primero a la Patria, después al Partido y por último a Ella misma. Quizá por eso los ataques no le hacen mella. Porque comprende que ella debe ser el blanco de todos los dardos en beneficio del país y la supervivencia del movimiento. Su silencio los atormenta y sus palabras los invalida. El peronismo necesitó de ella para volver al poder y los antiperonistas tuvieron que desgastar su imagen hasta el hartazgo para llegar a terminar su mandato en 2019. Siempre en el centro de la escena política, Cristina moderniza al peronismo constantemente y lo dota de vitalidad. Pero su gracia no se limita a revitalizar solo al movimiento al que ella pertenece ¿Acaso no es el radicalismo que se acercó al kirchnerismo el único que todavía tiene pulso? La otra UCR, la que se inclinó por el macrismo, condenó a las banderas centenarias yrigoyenistas a la extinción. Por decantación, la figura de Cristina esteriliza a su vez al discurso gorila. El peronismo se moderniza a la vez que el antiperonismo, hoy antikirchnerismo, o más bien anticristinista, quedó estancado en el odio personal hacia su figura. En tiempos de feminismo y cuestionamientos a la sociedad patriarcal, el que el odio hacia peronismo de Perón haya sido sustituido por el odio hacia la yegua, no hace más que desenmascarar el sexismo jurásico del antiperonismo. Otra prueba de esta “machiruleada” (como diría ella) es el argumento estúpido de que “Néstor era bueno, pero ella no”. Si supieran lo ridículos que se oyen cuando dicen eso. Ya no se discute al peronismo. Ni al presidente, que es hombre. No se discute el modelo que votamos en las últimas elecciones. Los medios hegemónicos y los referentes de la oposición, centran sus críticas únicamente en Cristina. En lo que ella hace y deja de hacer. Y en lo que creen que hace en las sombras. Les quita el sueño y los desvela. Son los primeros promotores de su grandeza. Mientras haya Cristina, habrá peronismo para rato. Y Cristina está siempre presente en boca de nosotros y en sus bocas sucias llenas de odio. A disfrutarla nosotros que comprendemos de la historia. Es un orgullo ser contemporáneo a Cristina. Retomando la idea de una contratapa de José Pablo Feinmann en Página 12 de hace unas semanas, a la actual vicepresidenta la odian los mismos que odiaban a Perón, pero quizá la odien más que al Pocho. Con eso basta para asegurarse un lugar dorado en la historia nacional. La Noción

SILENCIO

Se callaron los ladridos y no soplo más el viento se quedaron sin aliento el ladrón y el corrompido . No rebuzno más el burro ni graznaron los caranchos no chillaron ni los chanchos y el ruido se hizo susurro . Se abrieron los girasoles desde Rusia hasta La Pampa y el camino de la trampa se quedó sin sus faroles . Hizo silencio el hornero la calandria y el zorzal el chingolo, el cardenal los gorriones y el jilguero . Y pararon las orejas la tierra, el cielo, el mar y hasta Dios en el altar entonces, entonces habló La Jefa . Kamilo 16 de julio del año de la vacuna

Puro lawfare

El amor de mi pueblo

Clarito la Jefa

La campaña mediática

Las tapas de Clarin

La síntesis del PRO

El Gorila

domingo, 18 de julio de 2021

Ilegalidad de las causas por Cristina

Editorial de Aliverti del 17 de julio { Aspectos de la semana }

Emotivo minuto de Cristina en la Audiencia

Fernando Borroni sobre Memorándum con Irán

Reflexión sobre Cuba

"Dónde estaban los que unen las palabras "ayuda" y "humanitaria" cuando Estados Unidos prohibió la entrada de un buque proveniente de China con insumos para enfrentar la Covid y ayudar al pueblo cubano? ¿Dónde estaban cuando Trump prohibió la ayuda monetaria a las familias en la isla, cuando recrudeció una política inhumana en medio de una crisis mundial y una enfermedad mortal, cuando prohibió la compra de ventiladores a empresas norteamericanas, cuando dejó barcos de petróleos en el mar? Dónde estaban cuando más el pueblo los necesitó? La principal ayuda humanitaria para todos los cubanos sería la eliminación total del Bloqueo. Si no estás de acuerdo no eres humano, ni quieres ayudar a nadie. Casualmente son los mismos que pusieron el grito en el cielo cuando Cuba ayudó al buque Inglés porque nadie más quiso hacerlo... Los cubanos somos solidarios de por sí. No necesitamos ningún corredor "humanitario" oportunista con claros fines políticos cuando tenemos miles de hermanos en todas partes siendo ese corredor humanitario sin tanto bombo y platillos por años. Hay organizaciones de solidaridad con Cuba que llevan años enviando donaciones y durante la pandemia no han cesado. Es público los proyectos, organizaciones, ONGs, iglesias y centros que envían ayuda a Cuba. Si quieren ayudar por qué nunca se han puesto en contacto con estas organizaciones y grupos de cubanos? ¿Por qué ahora es que hacen directas y cartelitos haciéndose los héroes mientras han sido cómplices de los abusos más grandes contra el pueblo de Cuba? Desde Italia, Canadá, Islas Canarias, España, Inglaterra, Alemania, Panamá... han enviado insumos y ayuda verdaderamente humanitaria, desde medicamentos, jeringuillas, hasta dinero. Y siguen armando contenedores para enviar, esquivando las miles de trabas que impone el Bloqueo para poder hacer llegar el cargamento a puerto cubano. A todos ellos, nuestro más sincero agradecimiento. Duele mucho cada vida que se pierde, duele mucho la situación de hospitales y centros de aislamiento, duele mucho la escasez pero no somos ni remotamente el peor país de la región. Y aunque la matemática me parece inoportuna cuando se trata de vidas humanas, es hora de mostrar algunos datos para quienes quieren vendernos el caos y el abandono. Estos datos son de ayer pero la situación no ha cambiado mucho, o al menos no para bien. Miami Dade con solo 2.717.000 de habitantes ha tenido 504 mil casos de Coronavirus y 6472 muertes (1.28% de los casos confirmados) En la Florida con el doble de habitantes que en Cuba solamente, han tenido 37.895 muertos. Pedimos ayuda humanitaria para la Florida? Madrid con 6.752.763 de habitantes ha tenido 739.000 casos y 15.469 muertos (2.09% de los casos confirmados) Río de Janeiro con 6.748.000 de habitantes ha tenido 973.000 casos y 56.321 muertes (5.78% de los casos confirmados). De ayer para hoy casi 200 muertes más. La Región metropolitana de Chile con 7.112.808 de habitantes ha tenido 661.000 casos y 17.377 muertes (2.62% de los casos confirmados) Así podría seguir mostrando los datos de ciudades de la región y del Primer mundo donde, con muchos menos habitantes, el manejo de la pandemia ha sido catastrófico y nadie ha pedido la tan anciada "intervención humanitaria". Luego está Cuba quien ha controlado esta pandemia por más de un año sin llegar al colapso de los sistemas de salud y que con 11.333.483 de habitantes ha presentado 218.396 casos y 1431 muertes (0.65% de los casos confirmados). No tengo mucho más que decir...Cuba no tiene las condiciones necesarias ni está remotamente cerca, según la resolución de la ONU, para pedir o aceptar una intervención humanitaria. No hay un conflicto bélico, ni estamos cerca de la media del mal manejo pandémico en la región. No me voy a prestar para ingenuidades tontas y campañas orquestadas. Ejemplos de sobra hay de "Ayudas humanitarias" que terminaron en intervenciones militares y derrocamientos de gobiernos con intereses económicos detrás y con miles de muertes de civiles, a pesar de que la ONU estipula que debe existir el respeto a la soberanía. Por solo citar algunos tenemos a Panamá, Yugoslavia, Haití, Irak, Libia, etc. ¿Que quién estuvo detrás, directa o indirectamente, de todas esas "ayudas humanitarias"? Pues los mismos abusadores de siempre que no nos dejan vivir en paz y que ahora dicen "preocuparse" por nuestro bienestar. Cinismo político y oportunismo imperial. Me niego a ser utilizada. Toda la ayuda es bienvenida y el agradecimiento será eterno. La solidaridad de los grupos que se encuentran en el exterior y que no han parado de buscar las vías para enviarnos insumos son la verdadera ayuda humanitaria, son el único corredor humanitario que ha existido hasta la fecha. Las organizaciones están, las vías están, los mecanismos existen, la intención está. Si quieren ayudar a sus hermanos cubanos háganlo de corazón y desinteresadamente como solo puede ser la verdadera solidaridad. Cuba necesita de todos pero para hacer por ella. Dejen de buscar figurar en redes que aquí hay vidas que salvar. Fuerza Cuba " Arianne Alvarez Ávalos Del muro de Mauro Torres.

Alocución de Cristina contra grieta

Fernando Borroni sobre los muertos por COVID

CUBA 🇨🇺❤ Por Silvio Rodríguez

Es importante entender que no acostumbramos a relacionar la calidad humana de alguien por su situación económica. La excepción viene de la mano de acciones como la de René de Calle 13 que guste o no su arte (a nosotrxs en La Conjura de los Nervios nos parece fundamental en este siglo) se ha ganado su dinero de modo legítimo y, hasta ayer, creíamos que honesto. Desde su mansión de 6 millones de dólares en Encino, California, decidió borrar con 4 minutos de monólogo todo el contenido de su obra y sus canciones que atravesaron la cultura de nuestro continente, empatando todo, pretendiendo una asepsia lejana....extrañamente lejana de una isla que él mismo nos cantó y vendió, como una estrella en el firmamento. En sus palabras tachó el bloqueo, habló de una libertad que impide el país en el que ahora vive, donde tributa, negando esa condición y comparando a los gobiernos colombianos y chilenos con el de Cuba. Luego equiparó a quienes protestan. No sólo denigra la Revolución Cubana, a la que defendió hasta la puerta de su mansión, si no que también rompe a los movimientos sociales que surgen de la resistencia a sistemas falsamente democráticos como los de Chile y Colombia, con alternancias en el poder de un bipartidismo muy parecido al país en el que vive el artista, que discursean diferente para decidir lo mismo, cambiando para que nada cambie. La organización de la juventud chilena logró la modificación de la Constitución pinochetista, con muertxs y víctimas de violaciones, mujeres ultrajadas, cientos de ciegos que los carabineros balearon en sus ojos, en esa escuela siniestra de represión militar que nunca abandona la creatividad de la destrucción. Empata la izquierda con la derecha en ese guante que René usa ahora, y el de la derecha al revés entra en la mano izquierda como alguna vez escribió Cortázar, que abrazó la Revolución hasta deshacerse y hoy arrastrando esa R, le diría a René que ese lecho enorme y confortable es la cloaca del sistema, aunque él la sienta cómoda y se enamore del eco de sus palabras que prenden fuego sus propias huellas. Que esa nafta con la que llena el tanque enorme de su camioneta, tiene sangre y muerte de los dueños del suelo que pisa y de la boca que ahora nos habla. No hay que extrañarse, Vargas Llosa fue parte de aquel movimiento bello e inolvidable de la Casa de las Américas, hoy es la Vox de los explotadores, parecido a su émulo Jaime Baily pero con la costra que le deja cierto cansancio de un ocaso lamentable, ajado, batracio. El mismo recorrido anfibio emprende René, hace no mucho esa maravilla invencible llamada Silvio Rodríguez, cantó con él extendiendo su mano abierta, invitándolo a la escalera que llega hasta el olimpo de esa raza gloriosa que tiene nuestro hermoso continente. Sería bueno que René lo lea. Nosotrxs acá lo compartimos, lamentando que de tanta revolución cantada, la mansión le tape los ojos y le hayan ganado los muros. "Al socialismo le falta mucho -muchísimo- para ser justo. Quizá al final ni se llame socialismo, porque va a ser un híbrido. Pero no hay mal mayor que el cáncer imperial, que devora la vida donde esté, despojando pueblos a miles de millas de sus costas. Sus beneficiarios son un 1%, pero sus adoradores, aún cuando también son víctimas, callan sus abusos y recogen nerviosos sus migajas. Se sienten seguros bajo la inmensa sombra de la matrix todopoderosa, y ella les toca los resortes y se expresa a través de sus voces, pantallas, pedacitos de mundo a su servicio. Lógico que no nos soporten, lógico que con vernos resistir, sobrevivir y respirar nos llenen de diatribas. Escogimos no ser dóciles asalariados, escogimos la estrella que ilumina y mata. Que asuman su vergüenza". Silvio Rodríguez

Kirchner contra Clarin

ONGs implicada en las movilizaciones de Cuba

Fernando Borroni sobre Cuba

domingo, 11 de julio de 2021

Editorial de Aliverti del 10 de julio { Hechos de la semana }

La criminalidad de Macri por Fernando Borroni

El caos del neoliberalismo por Fernando Borroni

Cuestión lógica

Lo que vale más

De Jauretche

La nueva socialdemocracia y los destinos de América Latina en la era post-Covid

Tribuna de Manuel Escudero, secretario de Política Económica y Empleo de la CEF del PSOE, embajador de España y presidente del Centro de Desarrollo de la OCDE Para comprender mejor la encrucijada actual en América Latina, no está de más realizar un repaso geopolítico a escala global. Triunfo y fracaso de la ideología neoliberal A finales de los años 70 del pasado siglo, el viejo “consenso socialdemócrata” de posguerra fue sustituido, coincidiendo con la caída del Muro de Berlín, por la ideología neoliberal de Reagan y Thatcher, cuyas recetas se basaban en --- disminuir el papel del Estado, en las privatizaciones, ---en los mitos de las rebajas fiscales, en la expansión sin barreras del comercio y de las inversiones a escala internacional y global, ---y en la observación estricta de políticas de recortes y austeridad como elemento indispensable del crecimiento económico sostenible. En Latinoamérica, el nuevo discurso adquirió su forma más acabada, en el llamado “consenso de Washington”, la fórmula neoliberal que se suponía iba a asegurar la prosperidad a América Latina. Sin embargo, el resultado fue negativo para los países latinoamericanos: algunos fueron capaces de adoptar con éxito estas recetas y vieron la emergencia de clases medias, pero ni resolvieron los problemas sociales de desigualdad en sus sociedades ni consiguieron una estabilidad social debido a la fragilidad de sus clases medias. Por eso, como respuesta, surgieron las propuestas populistas y bolivarianas en América Latina. Con la crisis financiera global de 2008, y la evidencia de otros procesos globales, como el cambio climático, la digitalización y la pandemia, la situación ha cambiado en el mundo. Así, se ha puesto en evidencia que el viejo discurso neoliberal ha terminado su recorrido: por un lado, ha ocasionado en los países desarrollados una exuberancia de liquidez que no beneficia a las actividades productivas sino a las financieras. Por otro lado, los axiomas neoliberales respecto al estricto control presupuestario llevaron en 2008 a políticas de austeridad que no solamente no resolvieron la crisis, sino que la prolongaron a costa del crecimiento de la desigualdad de renta y riqueza en los países desarrollados. Y al tiempo se ha puesto de manifiesto un nuevo triángulo geopolítico: China ha surgido como nuevo competidor por la hegemonía frente a los EEUU. En ese triángulo la Unión Europea debería intentar mantener su autonomía estratégica, no fiándolo todo a sus lazos ideológicos y tecnológicos con los EEUU. A esto se añaden los nuevos fenómenos que, más que globales, son planetarios en el sentido de que solamente se van a resolver si se resuelven en todos y cada uno de los países, como la pandemia o el cambio climático. En conjunto, desde la crisis financiera de 2008 hasta la evidencia de estos procesos globales, la globalización ha pasado a ser contemplada de un modo crítico, puesto que ha producido perdedores y ganadores. De resultas del aumento de la desigualdad en los países desarrollados han surgido nuevas opciones populistas de derecha, que se alimentan del descontento de las clases trabajadoras y medias, y que, sin en el plano doméstico hacen un maridaje perfecto con la decadente filosofía neoliberal, intentan actuar a escala internacional con posiciones proteccionistas y en contra del comercio abierto. Estas opciones han recibido un golpe de muerte con el hundimiento de Trump y sus excesos antidemocráticos y golpistas, las dificultades del Brexit y el advenimiento de una nueva narrativa en los EEUU de la mano de Biden. El nuevo discurso que emerge a escala internacional frente al neoliberalismo En una relación de causalidad con todos estos nuevos fenómenos, han surgido dos nuevos elementos de importancia. Por un lado, la constatación de que la globalización y los nuevos procesos planetarios -para que aquélla sea beneficiosa para todos y para que éstos puedan ser resueltos-, demandan una nueva arquitectura global, una gobernanza global que hasta este momento no ha existido: necesitamos una nueva versión de la globalización, y esto va a dar sin duda un nuevo ímpetu al multilateralismo. En paralelo, junto al agotamiento de las fórmulas neoliberales está surgiendo un nuevo discurso a escala internacional, que está llegando a ser suscrito incluso por las instituciones internacionales, como el FMI y sobre todo la OCDE. Se trata de una nueva concepción del crecimiento económico que se basa en: Integrar dentro del mismo la lucha contra las desigualdades de renta y riqueza, así como la lucha contra el cambio climático y la defensa de la biodiversidad, y finalmente una transición justa hacia la economía digital El comercio abierto y con reglas para asegurar un campo de juego justo para todos y, al mismo tiempo, un planteamiento mucho más cualificado de los acuerdos de comercio e inversiones que incluya la noción de ganadores y perdedores y limite el poder de los grandes consorcios financieros La noción de nuevo bienes públicos globales, como el clima, las vacunas frente a las pandemias o la acción global para una fiscalidad más justa de las grandes empresas multinacionales. ¿Cómo queda en este nuevo escenario América Latina? Mi opinión es que América Latina queda en una situación crítica. La pandemia ha hecho ver con más evidencia que cualquier otro acontecimiento la fragilidad de los países Latinoamericanos. El resultado incuestionable ha sido la incapacidad para salvar vidas y proteger al mismo tiempo las actividades productivas. La evidencia es que, después de estar asomada durante casi un siglo a una modernidad socialmente justa y económicamente eficiente, Latinoamérica no se ha transformado, sigue estancada y no tiene resiliencia ni económica ni social. El número de muertes en México o en Perú, el retroceso económico y social en Argentina o Venezuela, las revueltas sociales en Chile o en Colombia, son la prueba del algodón de que Latinoamérica se enfrenta ahora al nuevo panorama global y al nuevo discurso económico en una situación de inferioridad, atrapada entre unas derechas que no querido históricamente redistribuir la riqueza y una izquierda inerme ante el populismo bolivariano. Los tres grandes males en América Latina son: La economía informal, que abarca prácticamente la mitad de la población trabajadora y de las actividades económicas, lo que implica desde el punto de vista social el estrechamiento de las bases fiscales, la falta de protección frente al desempleo y los débiles mecanismos para la protección social, el enquistamiento de la pobreza y de los trabajadores pobres. Y también implica desde el punto de vista económico, una merma importante de competitividad y un obstáculo enorme a la diferenciación productiva y, en consecuencia a la capacidad de competir internacionalmente. En América Latina, como media, más del 50% de la población trabajadora opera en la economía informal. Y si esto es así es porque esa población no encuentra incentivos suficientes ni oportunidades para abandonarla. Los reducidos ingresos fiscales que no permiten ni la existencia de servicios universales de sanidad, educación y servicios sociales, ni posibilita la función redistribuidora del Estado o el apoyo a políticas de fomento de la diversificación productiva, la innovación o el progreso tecnológico. La media de recaudación de ingresos públicos se sitúa en América Latina en el 22% del PIB. La desprotección a la que se ha sometido a la población a la hora de intentar frenar la pandemia mediante estrategias de confinamiento ha sido tan difícil como ineficaz, con un resultado de una mortalidad muy elevada y un aumento de la precariedad y de la pobreza que también ha afectado a las frágiles clases medias. La falta de institucionalidad, por la que aún hoy los Estados no son instrumentos neutrales que proveen de bienes de acceso universal a toda la población, sino aparatos de poder en manos de una élite gobernante. Todo ello lleva a un diagnóstico que creo hay que comenzar a plantear abiertamente en América Latina: en la mayoría de los países latinoamericanos no se ha establecido nunca un contrato social fundacional por el que se garanticen de modo universal, a todos los ciudadanos, unos derechos básicos como la sanidad, la educación, la protección social o los servicios sociales y por el que, a cambio, se establezca un sistema fiscal progresivo por el que paguen más impuestos los que más ganan en la economía de mercado. Este contrato social exigiría un Estado neutral, que no se dedique como fin principal a las actividades productivas, sino a proveer de modo neutral y a todos los que tienen derecho, de unos bienes básicos universales. Y todo ello exige, por último un funcionamiento democrático, donde la dirección del país recae en los más votados pero donde existe también la rendición de cuentas y el respeto a las minorías. Fracasado históricamente el planteamiento de las derechas en el continente y con la evidencia de que el populismo bolivariano conduce al estancamiento, toca ahora el turno a una izquierda socialdemócrata que impulse este programa básico. Sin este nuevo actor cogiendo ahora el testigo en los países latinoamericanos, el progreso tanto en el terreno social como económico no es posible. Por supuesto, esta posición es perfectamente complementaria al discurso económico que se ha señalado más arriba y cuyos elementos principales son: la integración en el crecimiento económico de la lucha contra las desigualdades y la lucha contra el cambio climático, así como la apuesta por las transiciones ecológica y digital; la noción de una nueva versión de la globalización en la que los tratados comerciales y de inversiones tienen en cuenta a los ganadores y perdedores y donde se erradican los sistemas de arbitraje privados; y finalmente la apuesta por el multilateralismo y la defensa de una gobernanza global que permita la existencia de bienes públicos globales. La suma de un programa básico como el planteado y del nuevo discurso internacional de lucha contra las nuevas desigualdades, el cambio climático y una digitalización justa configura como resultado lo que se podría definir como nueva socialdemocracia para América Latina. Tardará más o menos en materializarse pero, en el paisaje post-Covid, es la alternativa que queda al continente para abrazar la modernidad social y económica. Y es el camino que, es de esperar, comience a ver la luz tanto en los trabajos constituyentes en Chile como en las elecciones de 2022 en Brasil…

jueves, 8 de julio de 2021

Orígen de los bolsos de López

Los varados

Es fácil ser gorila

Pura lógica

El negocio del capitalismo

Clarito Copani

El bofe de Clarin

Cien años de Macri

Buena comparación

Perfecta definición

De billetes

Verdades presidenciales

Que quede claro

Miles de kilómetros