Proletarios Unidos, vieja consigna del padre del Socialismo Ciéntifico Carlos Marx, es un espacio que intentará reflejar, acercar y unir a todos aquéllos que se sientan parte de la clase trabajadora sin distinciones de partidos o ideologías. Así y con respeto, la idea es volcar temas, consignas, debates , opiniones, etc, para fomentar, acrecentar, valorar y concientizar el papel, el rol y los derechos de la clase trabajadora. Como manda la historia nacemos un 1 de mayo.
martes, 31 de enero de 2023
Luis Juez el senador antiKorrupción y su casita del millón de dólares
El verborrágico senador Luis Juez, cuya propaganda electoral la hizo bajo el lema “Un Juez para Cristina”, en noviembre pasado en un reportaje por parte de La Nación+ dijo: «Somos jodidos los argentinos, ¡qué pueblo de mierda! Le exigimos mucho más a un jugador de fútbol que a nuestros propios dirigentes.”
E insistió, «estamos predispuestos a hacer quilombo si nos quedamos afuera del Mundial, pero te roban un país, te saquean educación, te roban el futuro de tus hijos y no nos movemos de casa, así somos los argentinos… Aparece un chanta como Massa, te roba el futuro, te miente, te engaña, te la va pateando. Aparece Cristina, se roba el lugar de la oposición, aparece un chanta como Fernández que miente y te lleva el país a un nivel insoportable y decimos “bueno, está bien, es la dirigencia, vamos a ver qué hacemos».
En ese mismo mes, como invitado a uno de los almuerzos de Mirtha Legrand, también aseguró: «Ningún argentino puede decir que la democracia le cambió la vida. La gente la está pasando muy mal… se nos cayó la clase media, una clase aspiracional, que pretendía cosas para sus hijos y hoy no está pasando». Pero a él, que desde hace 40 años vive de la política, también se le podría decir como dijo Alfonsín: “a vos no te va tan mal gordito”, tal como se verá en esta nota.
Macri hombre de suerte
Mauricio Macri es un hombre de suerte. Es el accionista minoritario de una sociedad llamada Agro G (Agropecuaria del Guayquiraró), sociedad que no le distribuyó nunca ganancias a ninguno de los socios, pero al expresidente le entregó, en concepto de utilidades durante 2017, 2018, 2019, la bonita suma de 54.286.824 pesos, pese a que en dos de esos años Agro G tuvo pérdidas. La Inspección General de Justicia (IGJ) denunció una increíble sucesión de maniobras de la justicia comercial de la Ciudad de Buenos Aires para convalidar las jugarretas y calculó que los 54 millones de pesos, actualizados, suman 1.092.254 dólares, que Macri se llevó a su casa. El contencioso tendrá un nuevo capítulo cuando termine la feria judicial.
PARA LA JUSTICIA NO HAY DUDAS DE QUE A NISMAN LO MATARON ¿?
_ ¿Quién lo mató?: NO SE SABE
_ ¿Cuantos fueron?: NO SE SABE
_ ¿Lo mandaron a matar?: SI
_ ¿Quien?: NO SE SABE
_ ¿Forzaron alguna puerta?: NO
_ ¿Por dónde entraron?: NO SE SABE
_ ¿Por dónde salieron?: NO SE SABE
_ ¿Alguien los vio entrar?: NO
_ ¿Alguien los vio salir?: NO
_ ¿Ningún vecino escucho nada?: NO
_ ¿Las cámaras de seguridad de la torre Le Parc?: NO ANDABAN
_ ¿Las cámaras de los edificios aledaños?: NO REGISTRARON NADA
_ ¿La seguridad privada del fiscal?: NO ESTABAN ESE DÍA POR PEDIDO DE NISMAN
_ ¿Por qué se despojó de ellos?: NO SE SABE
_ ¿La torre tiene seguridad en la entrada?: SI
_ ¿Esa seguridad vio entrar o salir a alguien?: NO
_ ¿Los asesinos estaban armados?: NO SE SABE
_ ¿Con que lo mataron?: CON UN ARMA QUE EL FISCAL LE PIDIÓ A SU EMPLEADO
_ ¿Cómo sabían los asesinos que el fiscal tenía esa arma?: NO SE SABE
_ ¿Por qué se arriesgaron a ir sin armas propias?: NO SE SABE
_ ¿Dónde estaba el fiscal cuando se lo encontró?: EN EL BAÑO... TRABANDO LA PUERTA POR DENTRO.
_ ¿Cómo lograron los asesinos acomodar el cuerpo de esa forma antes de salir?: NO SE SABE.
_ ¿El departamento del fiscal estaba cerrado con llave cuando lo encontraron?: SI, ESTABA CERRADA POR DENTRO.
_ ¿Cómo puede alguien cerrar por dentro un departamento y luego salir?: NO SE SABE
_ ¿Los asesinos dejaron alguna huella o rastro en el lugar?: NO, NINGUNO.
_ ¿En el arma?: NO, NINGUNO.
_ ¿El fiscal tenia pólvora en su mano?: SI
_ ¿O sea que el arma fue disparada por el?: SI
_ ¿De qué forma los asesinos lograron que Nisman agarre su arma y dispare?: NO SE SABE.
_ ¿Robaron algo de la casa?: NO SE SABE
_ ¿Desordenaron algo de la casa?: NO
_ ¿Golpearon al fiscal?: SI, HASTA DESMAYARLO
_ ¿Con que?: NO SE SABE
_ ¿La autopsia revelo algún indicio de golpe o moretón?: NO
_ ¿Cómo hicieron para desmayar al fiscal sin dejarle marcas?: NO SE SABE.
_ ¿Lo drogaron?: SI, TAMBIEN.
_ ¿Con qué?: CON KETAMINA.
_ ¿Esa droga se suele usar en las fiestas electrónicas a las que asistía el fiscal?: SI, PERO A ÉL SE LA INYECTARON.
_ ¿La autopsia dio señales de que el fiscal fue pinchado con alguna jeringa?: NO
_ ¿Cómo se puede inyectar a alguien sin marcarlo?: NO SE SABE.
_ ¿Porque lo mataron?: PARA FRENAR LA INVESTIGACIÓN DEL CASO AMIA.
_ ¿Y la investigación se frenó?: NO... SIGUIÓ EN MANOS DE 3 FISCALES MÁS.
_ ¿La investigación era cierta?: NO... FUE DESMENTIDA POR LOS TRES FISCALES Y POR EL PROPIO EX DIRECTOR DE LA INTERPOL.
BUENÍSIMO... GRACIAS...
AHORA ME QUEDA TODO MAS CLARO... NO ENTIENDO COMO SEMEJANTE RAZONAMIENTO NO SE ME OCURRIÓ ANTES.
De Victor Rodolfo Sosa.
miércoles, 18 de enero de 2023
miércoles, 4 de enero de 2023
LA OPCIÓN MBAPPÉ Por Raúl Muriete
¿Y si Francia ganaba el mundial? Además del trago amargo y la tristeza convertida en desgracia, hubiéramos sido sometidos bajo las lógicas del “modelo Mbappé”. Y no tiene que ver tanto por cómo él es individualmente, sino por lo que significa como objeto de mercado. La disputa no es solo deportiva, sino también cultural. Dejemos de lado que todos los jugadores son todos ricos y que nosotros somos seres manipulados por la pasión. Elevemos un poco la discusión y dejemos la envidia de lado. Pensemos en términos mas globales, estructurales al fenómeno que estamos viviendo de la Argentina campeona, con millones y millones de fanáticos en todo el mundo, muchos de ellos países tan jodidos como el nuestro.
El mercado quería que aceptáramos de una buena vez por todas, el “modelo Mbappé”. Porque es preciso, arrogante, técnico, una maquinaria de perfección atlética, juventud mecanizada. En Mbappé las emociones están “aplanadas”. Sus expresiones como el puño cerrado o la risa gozadora, son casi siempre después de un acto de sometimiento del rival, especie de sentencia que aniquila. Cuando hace un gol, primero festeja solo, a lo Ronaldo. Como si todo fuera su propio y único mérito. Marca territorio de la competitividad. No agradece. No tiene sostén ni historia. Es una máquina que doblega. La máquina del capitalismo, representada en la aristócrata Europa.
Por otra parte, lo que representan los jugadores argentinos, es la antítesis de esta normalidad, de este modelo. Y eso molesta al poder, y molesta bastante. Lo vimos con los Países Bajos donde ellos comenzaron a buscar roña y nosotros ligamos las críticas por reaccionar. Ellos los caballeros y nosotros los salvajes por responder la agresión. Nos señalaban con el dedo: “estos argentinos”. Pero es cierto, son y somos bastante anormales, casi fuera de lugar, “mal educados'' según el poder y los cipayos locales. Las expresiones del Dibu son picarescas, cercanas a cierto delirio bufón, próximas al chiste. Los gestos de Mbappé son para humillar y someter, los del Dibu para distraer y descompensar. Los de Mbappé son potentes, los del Dibu un riesgo permanente.
La juventud de Enzo Fernández o la del defensor croata Guardiol, el bebote enmascarado que quería frenar a Messi, generan ternura. Te dan ganas de animarlos. Te resulta familiar el éxito que puedan tener, te dan ganas de abrazarlos. Enzo juega con el ídolo, una locura total. Una cosa muy de realismo mágico latinoamericano. Guardiol dijo que algún día le contará a sus hijos que Messi tuvo el honor de “pasearlo”. Después tenemos el “Topo Gigio” de Messi reivindicando a Román. Venganza poética todo el tiempo en este mundial. Pero vamos al caso Messi.
Messi es la opción familiar argentina enquilombada. En el palco familiar no entraba nadie más. Hijos, esposa, madre, padres, abuelos, primos, hermanos, sobrinos y sigue. No tiene muchas diferencias con Maradona, al que sin embargo, se le sumaban los amigos del campeón. Pero exceptuando esa diferencia, la semejanza estaba allí. Messi rompió la barrera de cierta prolijidad burguesa para ser auténtico, una autenticidad bien argenta por supuesto. Todo comenzó cuando, como no podía ser de otra manera, perdió el laburo. Lloró delante de todos, con su compañera a su lado alcanzando pañuelos y tragando bronca. Y ayer con su compañera besando la copa del mundo y él sacando fotos. Otra venganza poética. Messi nunca tuvo un cuerpo definido ni por el fitness ni por weight ni el rope training. Su cuerpo está al servicio de su magia. Ayer estaban en juego dos modelos. El del mercado y el del pueblo. Igual, no todos los argentinos somos iguales, están los mufas del mercado, cipayos locales que agitan la bandera del fracaso y el éxodo toda vez que pueden. Y los periodistas vende humos que ya sabemos quienes son. Por otra parte, no soy tan ingenuo de negar que Messi es una máquina de facturar publicidad. Pero para un buen liberal (que no lo soy), no debería ser algo malo, verdad? El hombre se gana su propio centavo. Pero en este mundial no nos importó eso. Los mufas dirán lo que quieran, pero por favor, reconozcan su amargura, reconozcan el sentimiento antipopular que tienen, porque la lucha no fue solo deportiva, fue ideológica y cultural. Ayer Argentina fue pueblo, desborde, locura, fue el “abuela… la la la la abuela” y todo lo demás.
El fútbol es el único entretenimiento de multitudes, de masas, que hace que los significados y los valores se muevan por la vía emocional. Es la dosis justa que nos regaló Messi y compañía, y por tanto, es increíblemente profunda, ontológica. Está al servicio de un placer porque nos saca de la común existencia y nos eleva al plano de la inmortalidad compartida. Si, compartida. Scaloni se encargó de repetirlo todo el mundial. Y esta es para mí la diferencia entre Francia y Mbappé, Europa y nosotros.
Menos mal que ganó el “desborde argentino”, pero no un “desborde despreocupado”, inocente. Sino una verdadera forma diferente de encontrar otros sentidos a la existencia, a la vida misma, que por un rato se deja de preocupar por lo cotidiano y se la juega por lo sensible, lo que decididamente nos hace estar vivos y nos eleva como colectivo. Que Argentina ganó su tercera copa mundial no es solo la historia de un entretenimiento, sino la historia de una pasión. Van de la mano. Como te quiero Argentina. No me dejes morir en otro país carajo.
Cuando al fútbol lo convierten en “VARsura” Escribe: CARLOS ALBERTO RICCHETTI
Pareciera poco relevante darle mayor importancia a un deporte como el fútbol, el cual a pesar de haber conquistado millones de corazones no deja de ser un entretenimiento organizado por millonarios, a través de organizaciones súper poderosas, autárquicas y corruptas por donde se las mire.
Esa es la razón por la que amerita cierto análisis minucioso. Más allá del indiscutible talento, a veces adjudicado a indeterminados “efluvios divinos”, probablemente solo en sus comienzos haya constituido la lucha de veintidós almas para introducir el balón dentro del pórtico contrario.
La popularidad, junto con la posterior creación de entidades rectoras, se encargarían de pulverizar tal característica de plano.
Hoy como ayer en diferentes formatos, la Fédération Internationale de Football Association (FIFA) nunca tuvo reparos al momento de elegir sedes controversiales. En plena época del “Fair Play” (“Juego Limpio”), del ''Together Vs Racism'' (“Juntos contra el racismo”) cuesta mucho concebir antecedentes de cuanto expresan lo contrario.
“A mano armada”
Aunque sean comprensibles las deficiencias en etapas de conformación, acordes con la inexperiencia frente a la falta de dinámica, no exime de culpa aprobar la realización de un mundial en la Italia fascista gobernada con puño de hierro por Benito Mussolini. Irregularidades que en la actualidad resultarían escandalosas, como la nazionalisación de cinco jugadores argentinos y otro brasileño para favorecer el triunfo de los anfitriones, sin garantizarles de antemano su seguridad en caso de la derrota, dejan escasas dudas sobre la anuencia de la Federación.
La “frutilla del postre” hubiera sido concretar la siguiente copa del mundo, “curiosamente”, en el otro socio totalitario de Europa, con Adolfo Hitler acompañado por toda la camarilla de jerarcas del III° Reich como ocurrió apenas seis años antes, durante las Olimpiadas de Berlín de 1936. La intensificación del mayor conflicto armado de la historia de la humanidad, fue lo único capaz de detener la posterior edición programada para 1942 en Alemania.
Las competencias se sucedieron sin mayor pena, pero mucha gloria hasta 1966. Los inventores de aquello de saber trasladar con maestría a la que se fabricaba con doce gajos, de romper decenas de manos a fuerza de certeros “shots”, hasta
entonces no habían salido campeones por restarle validez a las distintas competencias. Los tiempos habían cambiado. El negocio era un rotundo éxito y como el hambre llega con el apetito, no hacen falta pensamientos malintencionados ni mucho menos apelar a la suspicacia.
Edson Arantes Do Nascimento, “O Rey Pelé” estaba a ser de nuevo la figura indiscutida del torneo. Ganador con Brasil en Suecia 1958 y Chile 1962, era considerado la “piedra en el zapato” de cualquier selección. La violenta marcación dispensada el entonces mejor jugador del planeta, sumada la descalificadora infracción del zaguero João Pedro Morais, producto del “juego aguerrido de dos escuadras fabulosas”, determinarían fatalmente lo opuesto, sin contar que la gravedad de la lesión casi “retira” para siempre del fútbol a Pelé.
Esto no fue todo. Debido a “misteriosos pormenores del destino, los “afortunados” semifinalistas conformaron una verdadera llave de antología. Por un lado, Alemania debía enfrentar al primer campeón, Uruguay, mientras el dueño de casa, Inglaterra, haría lo propio con el perdedor de aquella misma final mundialista disputada en el Montevideo: Argentina. Sin embargo, en la tierra del mítico Rey Arturo, lugar de damas, caballeros, hadas o druidas, también fue posible que un árbitro inglés dirigiera el duelo entre uruguayos y teutones, al tiempo se designaría a otro de nacionalidad germana para dirimir el pleito anglo argentino.
Aún abiertas las heridas tanto de la última conflagración bélica como el revanchismo de ambas partes, el espectáculo casi teatral de la final de la edición mundialista de 1966 fue vendido con resonante éxito hasta a los más refinados paladares, incluyendo el “gol fantasma” de Geoffrey Hurst acabando de darle el título a los británicos de la mano de la recientemente fallecida, Isabel II...
“¡Sangre en la gramilla!”
Cristalizar el sueño de los alemanes de realizar su propio mundial de 1974, tuvo un antecedente lamentable en la etapa de eliminatorias. Chile recibiría a la Unión Soviética disputándose uno de los cupos. Las cenizas del golpe de Estado del General Augusto Pinochet Ugarte contra el gobierno del socialista, Salvador Allende Gossens, lejos de terminar de apagarse, tenían al Estadio Nacional como el más grande campo de concentración de la dictadura auspiciada por la CIA.
Por órdenes directas del poder político, la delegación soviética se negó a presentarse a disputar el encuentro. De manera extraoficial, se aseguraba que el principal argumento era la negativa “a jugar sobre un campo manchado de sangre”. En respuesta, en medio de las gradas abarrotadas de simpatizantes locales, sin equipo rival, los chilenos aseguraban su clasificación sacando desde la bomba central con rumbo a la portería, introduciendo en dos oportunidades el balón al fondo
de la red y “sellando” la añorada clasificación entre el jolgorio generalizado. Si bien el posterior trajinar mundialista de los trasandinos fue muy malo, no alcanzó a eclipsar la naturaleza perversa de su llegada a esa cita…
Cuatro años después tampoco fueron la excepción. La FIFA, ahora encabezada por el brasileño, João Havelange, no se dejó amedrentar por las denuncias comprobadas de violaciones sistemáticas a los derechos humanos en la siguiente sede, Argentina. De hecho, le entregó al Ente Autárquico “Mundial 78” la potestad de determinar todo cuando acontecería en esa edición del magno campeonato. Sin entrar en polémicas, menospreciar a los jugadores ni responsabilizarlos de hechos más allá de su alcance, porque en realidad los auténticos obreros y protagonistas del espectáculo deportivo, los resultados polémicos esta vez fueron lo de menos.
Para llegar a la final, Argentina debía convertirle cuatro tantos a Perú. Le hizo la friolera de seis. Con posterioridad, el General Jorge Rafael Videla, presidente designado por la Junta Militar, ordenó el envío de varias toneladas de cereal al país “inca”, de acuerdo con lo expresado en el boletín oficial. Días después, Argentina ganaría su primer mundial en casa venciendo a la poderosa Holanda –hoy, Países Bajos- por 3 goles contra 1. El encuentro fue parejo, aunque la visita estuvo a punto de ganarlo al epílogo del tiempo reglamentario jugado en el Estadio Monumental… A escasas veinte cuadras de la Escuela de Mecánica de la Armada, donde se practicaban inenarrables torturas o se asesinaban desaparecidos…
Trampas “al máximo”
Dejando de lado el empate en cero de Inglaterra y Alemania para eliminar a Argelia en la fase de grupos de España 82, las controversias desatada por la “Mano de Dios” de Maradona de México 86, así como el detalle del “agua drogada” de Bilardo o la polémica por el penal de Sensini a Klisman de Italia 90, hubo otros aspectos evitables.
Al margen de mundiales comprados, robados, goles de oro, de plata con la desgracia para el futbol que representaron, el afán de lucro de la desprestigiada entidad se encuentra lejos de hacerle asco a algo. Si se considera que al margen de su situación socio política particular de mediados de la década de los años 80 del Siglo XX, Colombia fue despojada de la posibilidad de organizar la Copa del Mundo para trasladarla a tierras mexicanas, donde había tenido lugar un terremoto sin precedentes; ¿cuáles son las manos siniestras predeterminando cuanto debe o no sucede?
Rotos los límites de un balón con el cual era imposible jugar de manera adecuada –el “Jabulani” de Sudáfrica 2010- donde hacer un cambio de frente constituía la proeza obligada de cada encuentro, utilizar un “barril de pólvora” como sede podría
ser considerado el menor de los males. En ese sentido, quizás Qatar 2022 es la mejor demostración de que “el dinero tiende a tapar bocas”.
Omitida la presencia de Rusia por motivos extra futbolísticos -invasión de Ucrania, presuntas violaciones a derechos humanos fundamentales, daños materiales incalculables- la FIFA decidió “a dedo” realizar la competencia en un estado árabe autárquico, radical, plutocrático, autoritario, carente de toda tradición deportiva. Por supuesto, siempre y cuando nadie ose meterle las manos en los bolsillos. Caso contrario, no tendrían tantos problemas de “cambiar de idea”.
En ese diminuto arenero, donde las elevadas temperaturas incendian las palmeras de las avenidas, crecen lujosos hoteles o rascacielos de varias decenas de pisos, las mujeres son mascotas a las que se puede violar de ocho años en adelante, mientras dos hombres no pueden caminar de la mano, pero en cambio sí, erigirse campos de juego como las antiguas pirámides: Sobre los cuerpos de miles de esclavos, dejando la vida en condiciones de trabajo irrisorias. De todas formas, descartando la hipocresía del mundo moderno; ¿a quién le importa mientras haya petróleo para adquirir semejantes lujos?
A lo largo de un mes, convenido el “entretenimiento de millonarios” en “pasatiempo de jeques de igual condición social”, hizo falta perfeccionar la mentira, la falsificación de la realidad, de forma que la mayoría la crea indiscutiblemente cierta. Para lograrlo, se tornó forzoso utilizar tecnologías modernas donde las decisiones de los árbitros sean algo más que “tomadas a ojo de buen cubero”: El VAR.
Sin embargo, esta maravillosa herramienta tendió a ser desprestigiada por su pésima y tendenciosa aplicación al momento de “interpretar” lo acontecido. ¿Qué mejor a tener el “poder” de determinar posiciones adelantadas pasivas de medio brazo o penales involuntarios, al rebotar el valor en el pulgar del defensor, para interrumpir el juego cientos de veces y sancionar lo inadmisible?
La obra maestra de lo vilmente engañoso, resulta del empleo de las armas de la verdad a la hora de transformar la suma de algo determinado en una mentira del tamaño del cosmos. De allí la suposición de que se halla implementado el VAR con el verdadero fin de descartar de plano la posibilidad de una sanción legítima, sincera, acorde a lo transcurrido durante la dinámica del encuentro.
Culminada la fiesta, la inmensa mayoría discuten si la Argentina mereció ser campeón del mundo en lugar de Francia, de la autenticidad del gol de Lionel Messi en el período extra. Por desgracia, nadie sobre la eventual transformación del fútbol en VARsura, sobre la manera en la cual la pelota se mancha constantemente, deslegitimando la disciplina deportiva más hermosa del mundo. ¿La culpa es del marrano o de quienes le dan de comer?
Pareciera poco relevante darle mayor importancia a un deporte como el fútbol, el cual a pesar de haber conquistado millones de corazones no deja de ser un entretenimiento organizado por millonarios, a través de organizaciones súper poderosas, autárquicas y corruptas por donde se las mire.
Esa es la razón por la que amerita cierto análisis minucioso. Más allá del indiscutible talento, a veces adjudicado a indeterminados “efluvios divinos”, probablemente solo en sus comienzos haya constituido la lucha de veintidós almas para introducir el balón dentro del pórtico contrario.
La popularidad, junto con la posterior creación de entidades rectoras, se encargarían de pulverizar tal característica de plano.
Hoy como ayer en diferentes formatos, la Fédération Internationale de Football Association (FIFA) nunca tuvo reparos al momento de elegir sedes controversiales. En plena época del “Fair Play” (“Juego Limpio”), del ''Together Vs Racism'' (“Juntos contra el racismo”) cuesta mucho concebir antecedentes de cuanto expresan lo contrario.
“A mano armada”
Aunque sean comprensibles las deficiencias en etapas de conformación, acordes con la inexperiencia frente a la falta de dinámica, no exime de culpa aprobar la realización de un mundial en la Italia fascista gobernada con puño de hierro por Benito Mussolini. Irregularidades que en la actualidad resultarían escandalosas, como la nazionalisación de cinco jugadores argentinos y otro brasileño para favorecer el triunfo de los anfitriones, sin garantizarles de antemano su seguridad en caso de la derrota, dejan escasas dudas sobre la anuencia de la Federación.
La “frutilla del postre” hubiera sido concretar la siguiente copa del mundo, “curiosamente”, en el otro socio totalitario de Europa, con Adolfo Hitler acompañado por toda la camarilla de jerarcas del III° Reich como ocurrió apenas seis años antes, durante las Olimpiadas de Berlín de 1936. La intensificación del mayor conflicto armado de la historia de la humanidad, fue lo único capaz de detener la posterior edición programada para 1942 en Alemania.
Las competencias se sucedieron sin mayor pena, pero mucha gloria hasta 1966. Los inventores de aquello de saber trasladar con maestría a la que se fabricaba con doce gajos, de romper decenas de manos a fuerza de certeros “shots”, hasta
entonces no habían salido campeones por restarle validez a las distintas competencias. Los tiempos habían cambiado. El negocio era un rotundo éxito y como el hambre llega con el apetito, no hacen falta pensamientos malintencionados ni mucho menos apelar a la suspicacia.
Edson Arantes Do Nascimento, “O Rey Pelé” estaba a ser de nuevo la figura indiscutida del torneo. Ganador con Brasil en Suecia 1958 y Chile 1962, era considerado la “piedra en el zapato” de cualquier selección. La violenta marcación dispensada el entonces mejor jugador del planeta, sumada la descalificadora infracción del zaguero João Pedro Morais, producto del “juego aguerrido de dos escuadras fabulosas”, determinarían fatalmente lo opuesto, sin contar que la gravedad de la lesión casi “retira” para siempre del fútbol a Pelé.
Esto no fue todo. Debido a “misteriosos pormenores del destino, los “afortunados” semifinalistas conformaron una verdadera llave de antología. Por un lado, Alemania debía enfrentar al primer campeón, Uruguay, mientras el dueño de casa, Inglaterra, haría lo propio con el perdedor de aquella misma final mundialista disputada en el Montevideo: Argentina. Sin embargo, en la tierra del mítico Rey Arturo, lugar de damas, caballeros, hadas o druidas, también fue posible que un árbitro inglés dirigiera el duelo entre uruguayos y teutones, al tiempo se designaría a otro de nacionalidad germana para dirimir el pleito anglo argentino.
Aún abiertas las heridas tanto de la última conflagración bélica como el revanchismo de ambas partes, el espectáculo casi teatral de la final de la edición mundialista de 1966 fue vendido con resonante éxito hasta a los más refinados paladares, incluyendo el “gol fantasma” de Geoffrey Hurst acabando de darle el título a los británicos de la mano de la recientemente fallecida, Isabel II...
“¡Sangre en la gramilla!”
Cristalizar el sueño de los alemanes de realizar su propio mundial de 1974, tuvo un antecedente lamentable en la etapa de eliminatorias. Chile recibiría a la Unión Soviética disputándose uno de los cupos. Las cenizas del golpe de Estado del General Augusto Pinochet Ugarte contra el gobierno del socialista, Salvador Allende Gossens, lejos de terminar de apagarse, tenían al Estadio Nacional como el más grande campo de concentración de la dictadura auspiciada por la CIA.
Por órdenes directas del poder político, la delegación soviética se negó a presentarse a disputar el encuentro. De manera extraoficial, se aseguraba que el principal argumento era la negativa “a jugar sobre un campo manchado de sangre”. En respuesta, en medio de las gradas abarrotadas de simpatizantes locales, sin equipo rival, los chilenos aseguraban su clasificación sacando desde la bomba central con rumbo a la portería, introduciendo en dos oportunidades el balón al fondo
de la red y “sellando” la añorada clasificación entre el jolgorio generalizado. Si bien el posterior trajinar mundialista de los trasandinos fue muy malo, no alcanzó a eclipsar la naturaleza perversa de su llegada a esa cita…
Cuatro años después tampoco fueron la excepción. La FIFA, ahora encabezada por el brasileño, João Havelange, no se dejó amedrentar por las denuncias comprobadas de violaciones sistemáticas a los derechos humanos en la siguiente sede, Argentina. De hecho, le entregó al Ente Autárquico “Mundial 78” la potestad de determinar todo cuando acontecería en esa edición del magno campeonato. Sin entrar en polémicas, menospreciar a los jugadores ni responsabilizarlos de hechos más allá de su alcance, porque en realidad los auténticos obreros y protagonistas del espectáculo deportivo, los resultados polémicos esta vez fueron lo de menos.
Para llegar a la final, Argentina debía convertirle cuatro tantos a Perú. Le hizo la friolera de seis. Con posterioridad, el General Jorge Rafael Videla, presidente designado por la Junta Militar, ordenó el envío de varias toneladas de cereal al país “inca”, de acuerdo con lo expresado en el boletín oficial. Días después, Argentina ganaría su primer mundial en casa venciendo a la poderosa Holanda –hoy, Países Bajos- por 3 goles contra 1. El encuentro fue parejo, aunque la visita estuvo a punto de ganarlo al epílogo del tiempo reglamentario jugado en el Estadio Monumental… A escasas veinte cuadras de la Escuela de Mecánica de la Armada, donde se practicaban inenarrables torturas o se asesinaban desaparecidos…
Trampas “al máximo”
Dejando de lado el empate en cero de Inglaterra y Alemania para eliminar a Argelia en la fase de grupos de España 82, las controversias desatada por la “Mano de Dios” de Maradona de México 86, así como el detalle del “agua drogada” de Bilardo o la polémica por el penal de Sensini a Klisman de Italia 90, hubo otros aspectos evitables.
Al margen de mundiales comprados, robados, goles de oro, de plata con la desgracia para el futbol que representaron, el afán de lucro de la desprestigiada entidad se encuentra lejos de hacerle asco a algo. Si se considera que al margen de su situación socio política particular de mediados de la década de los años 80 del Siglo XX, Colombia fue despojada de la posibilidad de organizar la Copa del Mundo para trasladarla a tierras mexicanas, donde había tenido lugar un terremoto sin precedentes; ¿cuáles son las manos siniestras predeterminando cuanto debe o no sucede?
Rotos los límites de un balón con el cual era imposible jugar de manera adecuada –el “Jabulani” de Sudáfrica 2010- donde hacer un cambio de frente constituía la proeza obligada de cada encuentro, utilizar un “barril de pólvora” como sede podría
ser considerado el menor de los males. En ese sentido, quizás Qatar 2022 es la mejor demostración de que “el dinero tiende a tapar bocas”.
Omitida la presencia de Rusia por motivos extra futbolísticos -invasión de Ucrania, presuntas violaciones a derechos humanos fundamentales, daños materiales incalculables- la FIFA decidió “a dedo” realizar la competencia en un estado árabe autárquico, radical, plutocrático, autoritario, carente de toda tradición deportiva. Por supuesto, siempre y cuando nadie ose meterle las manos en los bolsillos. Caso contrario, no tendrían tantos problemas de “cambiar de idea”.
En ese diminuto arenero, donde las elevadas temperaturas incendian las palmeras de las avenidas, crecen lujosos hoteles o rascacielos de varias decenas de pisos, las mujeres son mascotas a las que se puede violar de ocho años en adelante, mientras dos hombres no pueden caminar de la mano, pero en cambio sí, erigirse campos de juego como las antiguas pirámides: Sobre los cuerpos de miles de esclavos, dejando la vida en condiciones de trabajo irrisorias. De todas formas, descartando la hipocresía del mundo moderno; ¿a quién le importa mientras haya petróleo para adquirir semejantes lujos?
A lo largo de un mes, convenido el “entretenimiento de millonarios” en “pasatiempo de jeques de igual condición social”, hizo falta perfeccionar la mentira, la falsificación de la realidad, de forma que la mayoría la crea indiscutiblemente cierta. Para lograrlo, se tornó forzoso utilizar tecnologías modernas donde las decisiones de los árbitros sean algo más que “tomadas a ojo de buen cubero”: El VAR.
Sin embargo, esta maravillosa herramienta tendió a ser desprestigiada por su pésima y tendenciosa aplicación al momento de “interpretar” lo acontecido. ¿Qué mejor a tener el “poder” de determinar posiciones adelantadas pasivas de medio brazo o penales involuntarios, al rebotar el valor en el pulgar del defensor, para interrumpir el juego cientos de veces y sancionar lo inadmisible?
La obra maestra de lo vilmente engañoso, resulta del empleo de las armas de la verdad a la hora de transformar la suma de algo determinado en una mentira del tamaño del cosmos. De allí la suposición de que se halla implementado el VAR con el verdadero fin de descartar de plano la posibilidad de una sanción legítima, sincera, acorde a lo transcurrido durante la dinámica del encuentro.
Culminada la fiesta, la inmensa mayoría discuten si la Argentina mereció ser campeón del mundo en lugar de Francia, de la autenticidad del gol de Lionel Messi en el período extra. Por desgracia, nadie sobre la eventual transformación del fútbol en VARsura, sobre la manera en la cual la pelota se mancha constantemente, deslegitimando la disciplina deportiva más hermosa del mundo. ¿La culpa es del marrano o de quienes le dan de comer?
El legislador Milman
El legislador Milman trabajaba para una empresa de seguridad pese a que integra la Comisión de Seguridad de la Cámara de Diputados, algo incompatible. Llamativamente, tras estallar el escándalo, se conoció la supuesta rescisión del contrato con la empresa. También se difundieron gastos de Milman en alquileres y otros rubros muy por encima de sus ingresos declarados.
La Metalúrgica Oliva Hermanos rescindió la supuesta contratación del diputado Gerardo Milman a quien le pagaba por asesoramiento en seguridad internacional. El legislador le emitió ocho facturas a la empresa por un total de 1 millón de pesos. Según quienes conocen las normas parlamentarias, ese contrato fue ilegal porque es incompatible con la pertenencia de Milman a la Comisión de Seguridad de la Cámara baja: no se puede trabajar para una empresa privada en el mismo rubro que el cuerpo legislativo debe controlar. Pero, además del dinero, Oliva Hermanos afirma que le entregó en comodato un Peugeot 2008 Sport. El vehículo fue secuestrado a raíz de que su conductora, una joven allegada a Milman, manejaba con un registro trucho. El documento de rescisión establece que se lo entregaron en noviembre de 2021, pero la cédula azul emitida a nombre de Milman es anterior, de octubre de 2021. Y también el texto menciona que el asesoramiento empezó el 2 de enero de 2021 y resulta que hay facturas de agosto y noviembre de 2020. Para colmo, Milman registra alquileres de una casa en Exaltación de la Cruz, un chalet de vacaciones en Pinamar y un coqueto departamento en Recoleta, por montos en dólares que, a primera vista, son totalmente incompatibles con sus ingresos.
Rescisión muy oportuna
El documento que finaliza la relación entre Metalúrgica Oliva y Milman -publicado por el periodista Mauro Federico en el programa Argenzuela, que conduce Jorge Rial- es de este mes de diciembre, justo cuando estalló el escándalo sobre las andanzas del diputado. Milman estuvo con dos jóvenes colaboradoras -una de ellas exMiss Argentina- en la confitería Casablanca y allí habría dicho, horas antes del atentado a Cristina Kirchner, “cuando la maten, voy a estar camino a la costa”. Una breve investigación determinó que la ex reina de la belleza había sido también designada por Milman --cuando era funcionario del Ministerio de Seguridad de Patricia Bullrich-- como directora de la Escuela de Inteligencia Criminal, sin tener los menores antecedentes.
La aparición de más y más jóvenes en la nómina de Milman derivó en una especie de mancha venenosa. Bullrich, que lo tenía como jefe de su campaña presidencial, lo tuvo que apartar y todo indica que Metalúrgica Oliva necesitó desmarcarse cuanto antes del diputado del PRO. Por eso el apurado documento de rescisión del asesoramiento.
Trabajo incompatible
Quienes conocen los reglamentos parlamentarios, afirman que un legislador puede tomar trabajos de asesoramiento, pero no en la materia específica relacionada con sus funciones en la Cámara. En este caso, Milman integra la Comisión de Seguridad y tiene un vínculo laboral de asesoramiento en seguridad. Ahí ya hay un agregado absurdo: en las facturas para Metalúrgica Oliva figura que es asesor en seguridad internacional, algo incongruente con los trabajos de esa empresa, dedicada a hacer blindajes.
Lo cierto que el texto publicado por Argenzuela parece hecho a medida para que la empresa se despegue de Milman. Se suscribió ahora, en diciembre, a raíz del escándalo: no tiene que ver con una finalización de los trabajos sino con que salieron a la luz las sospechas. Y tampoco aparece todavía el contrato original, si ese contrato realmente existe.
Las fechas
La rescisión establece que el contrato se habría firmado en enero de 2021. En total, el diputado le cobró a Metalúrgica Oliva entre 1 millón y 1.200.000 pesos por las siete u ocho facturas que emitió. La cifra, actualizada, seguramente sobrepasa ampliamente los 2 millones de pesos.
Una curiosidad es que hay dos facturas anteriores a enero de 2021. Una es del 3 de agosto de 2020 y otra del 2 de noviembre de ese año. Es seguro que hay muchas otras facturas que aún no se conocen.
El auto de las mentiras
En abril de 2022, en una esquina de Palermo, fue detenido un Peugeot 2008 Sport. Lo conducía una joven, María Luz Lanusse Peralta Ramos, por entonces pareja de Milman. La chica exhibió un registro falso, parece que comprado para no hacer el examen de conducción. Cuando la agente de tránsito secuestró el auto, apareció en escena el propio Milman, en una actitud patotera y además extraña. Todo fue denunciado por un fiscal que intervino en el caso, Augusto Troncoso.
Ante la agente de tránsito, Milman dijo que la chica era su esposa y que el auto era suyo. Las dos cosas resultaron mentira. Su esposa es una legisladora bonaerense, Florencia Retamoso, y el auto es de Oliva Hermanos, aunque con una tarjeta azul a nombre de Milman. Ese hecho también trata de ser explicado en la rescisión: la empresa afirma que, por sus trabajos de asesoramiento, le dio el vehículo al diputado. No parece muy ético que un legislador acepte que una empresa privada le dé un vehículo. Más todavía que esa madrugada de abril, Milman iba detrás del Peugeot en el auto que le asignaba la Cámara de Diputados.
Hay un par de detalles que, en cualquier caso, llaman la atención:
* El contrato de asesoramiento arrancó en enero de 2021 y el vehículo se lo dieron en noviembre de ese año. O sea, once meses después.
* Las cédulas verde y azul --ésta última a nombre de Milman-- se generaron en octubre y el contrato de comodato de Oliva Hermanos a Milman se hizo en noviembre. O sea, ya sabían que el Peugeot era para el diputado un mes antes de firmar el comodato.
* Finalmente, es llamativo que la rescisión se haya hecho ahora en diciembre, cuando el auto manejado por la joven Lanusse fue secuestrado en abril.
Todo el proceso genera dudas.
Alquileres sospechosos
El nivel de gastos de Milman no se condice, ni por asomo, con sus ingresos.
* Hoy por hoy, volvió con su esposa a un barrio cerrado de Adrogué. Allí vive -según consignó Argenzuela- en una opulenta casa, enteramente comprada con un crédito. A la propiedad le hizo reformas aún más opulentas. Las expensas siguen estando a nombre de su anterior dueño, el empresario Alberto Herrmann.
* En Exaltación de la Cruz alquila una casa de fin de semana, también en un exclusivo club, dedicado al polo, que se llama Chacras de Murray. Las expensas son de 120 mil pesos mensuales y por el alquiler Milman pagó unos 37 mil dólares por nueve meses.
* El programa de C5N menciona que el diputado alquila una enorme casa en Pinamar por un mes, enero 2023, a cambio de 12 mil dólares.
* Y, finalmente, el legislador tenía también un departamento en la calle Posadas, la sede de sus trabajos con las colaboradoras y colaboradores.
Semejante nivel de gastos -con el agregado de asombrosos resúmenes de tarjeta de crédito- no se corresponde, ni por asomo, con los ingresos declarados.
Por ahora, el efecto es político: el PRO y Juntos por el Cambio lo esconden. Ningún dirigente salió a explicar las escandalosas designaciones, incluyendo a 18 espías que figuraron en planillas del Ministerio de Seguridad y de los que no hay dato alguno: varios negaron haber cobrado su sueldo. La jefa de Milman, Patricia Bullrich, no dijo ni una palabra. Es más, Milman le facturó a un Instituto Estratégico que preside Bullrich la bonita suma de 357 mil pesos. O sea, la candidata le pagó a su jefe de campaña. No se explica.
Tal vez algo se pueda saber a partir de la causa judicial. Tras la denuncia del abogado Yamil Castro Bianchi, el fiscal Carlos Stornelli le dio un módico impulso al expediente. La instrucción está a cargo del juez Daniel Rafecas. A primera vista, hay mucho por investigar y esclarecer.
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