La multinacional farmacéutica Bayer anunció ayer que despedirá a 12.000 trabajadores, equivalentes a algo más del 10% de su plantilla, hasta finales de 2021 como consecuencia de la compra de Monsanto, que se culminó en junio de este año por 63.000 millones de dólares (55.419 millones de euros).
La firma quiere así reducir “significativamente” su estructura de costes. Asimismo, Bayer adelantó que profundizará en la mejora de su innovación y productividad, así como en la competitividad y rentabilidad.
“Estos cambios son necesarios y sientan las bases para que Bayer mejore su rendimiento y agilidad. Con esas medidas, nuestro objetivo es aprovechar al máximo el potencial de crecimiento de nuestros negocios”, afirmó el presidente de la firma, Werner Baumann. “Somos conscientes de la gravedad de estas decisiones para nuestros empleados. Como en otras ocasiones, implementaremos las medidas planeadas de forma justa y responsable”, añadió.
El gigante alemán no levanta cabeza en Bolsa. El pasado 10 de agosto un tribunal de California condenó a Monsanto a indemnizar al jardinero Dewayne Johnson con 252 millones tras ser diagnosticado con un linfoma no Hodgkin, que vinculó al uso continuado del herbicida Roundup de Monsanto, que contiene glifosato. Desde julio, se ha dejado un 33% de su valor en Bolsa, que ayer se quedó en 59.590 millones. Las previsiones recogidas por Bloomberg indican que el grupo alcanzará los 5.428 millones de beneficio neto este año, un 60% más que en 2017.
Por segmentos, 1.250 despidos tendrán lugar en la división farmacéutica, mientras que 1.100 ocurrirán por la reorganización de productos sanitarios para consumidores, otros 4.100 serán en la división de cultivos y hasta 6.000 despidos adicionales se darán en el área corporativa. Además de por la integración de Monsanto, la pérdida de empleos también se dará por la salida de Bayer del negocio de productos sanitarios para animales y por la venta de las marcas Coppertone y Dr. Scholl’s.
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