La tragedia del fiscal Alberto Nisman se ha convertido en un carnaval, en el que cualquiera puede decir cualquier cosa llegando al disparate incoherente, pero sosteniéndolo como una verdad científica ante la opinión pública. Como es el caso de la recreación de su presunto asesinato por parte de la querella de Arroyo Salgado y de la madre de Nisman, que recién ahora se animaron a presentar en público. Aprovechando la tendenciosidad y falta de sentido crítico de Jorge Lanata y María Eugenia Duffard, que pomposamente cometieron el macabro blooper de presentar un supuesto suicidio asistido o inducido, como si fuera un magnicidio.
Por Javier Llorens – 2/10/2017
Disparate viene de disparatar, o sea decir o hacer algo fuera de la razón. Pero también puede entenderse como la forma reflexiva del verbo disparar. Que en el caso de la tragedia de Alberto Nisman, estaría relacionado con la pistola que le quitó la vida.
Así bochornosamente ambos significados de disparate, concurren a la tragedia del fiscal Nisman, gracias a la intervención de comunicadores que hace tiempo han dejado de ser periodistas, por su falta de objetividad y sentido crítico, ante determinados temas de enorme trascendencia que interesan a la sociedad.
Como es el caso, entre otros, de Jorge Lanata y su colaboradora Maria Eugenia Duffard, que superando el disparate, pomposamente cometieron el macabro blooper de presentar un presunto suicidio asistido como si fuera un magnicidio, en el siguiente video que pasaron en el programa PPT, bajo el hashtag #NismanCaminoAlaVerdad. Que más bien debería ser camino a la posverdad.
Tras una pomposa sanata referida a la verdad “científica” que estaban por exponer, se despacharon en el minuto 00:30 mostrando como Nisman se suicidaba ayudado por un supuesto sicario, al ser concretamente el fiscal quien aferra la pistola y aprieta el gatillo, y quién cae con la pistola en la mano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario