Para describir el impulso al Servicio Cívico, propuesto por Patricia Bullrich, utilizaste el término de “gestión simbólica”: medidas que se anuncian para cohesionar ideológicamente, pero que muy rara vez se llevan a la práctica. ¿Qué importancia tiene la gestión simbólica en los gobiernos progresistas?
—Mucha, pero la gestión simbólica no es sólo generar hechos simbólicos sino producir un debate público en la sociedad, que vaya más allá de la decisión administrativa. No es lo mismo que la gestión simbólica apuntarle a la gestión real, a que sea tu único instrumento de gobierno.
—Pero incluso así, es una herramienta de disputa por la hegemonía.
—Sí, pero tiene que ir acompañado de gestión administrativa, económica y política. El problema de este gobierno es que opera en el vacío y utiliza la gestión simbólica para “hacer que hace”, pero no como forma de ganar hegemonía. La construcción hegemónica de la derecha en Argentina la lleva el periodismo, los intelectuales orgánicos de este gobierno no trabajan en el Estado.
—Cierto sector del peronismo procesó la derrota de 2015 con una crítica hacia el exceso de “realto” en el último gobierno de CFK. ¿Creés que, por un lado, se agotó el mito de gobierno y, por otro, se dejaron de lado medidas de fondo de carácter económico?
—Todo depende de la coyuntura internacional. 2014 fue un año de mierda, el tema es cómo intervenir en el proceso social y para eso hay que saber leer el ciclo económico y que éste coincida con un ciclo político. No es lo mismo cuando tenés excedente económico que cuando tenés déficit fiscal. En cierto momento histórico podés hacer reformas estructurales para buscar la igualdad social y en otro momento tenés que aplicar una estrategia más defensiva para tratar de que se caigan la menor cantidad de derechos posibles. A CFK el contexto no la ayudó y, sin embargo, pudo tomar decisiones de gobierno que le permitieron blindar la idea de que el Estado tiene un compromiso con la sociedad.
Proletarios Unidos, vieja consigna del padre del Socialismo Ciéntifico Carlos Marx, es un espacio que intentará reflejar, acercar y unir a todos aquéllos que se sientan parte de la clase trabajadora sin distinciones de partidos o ideologías. Así y con respeto, la idea es volcar temas, consignas, debates , opiniones, etc, para fomentar, acrecentar, valorar y concientizar el papel, el rol y los derechos de la clase trabajadora. Como manda la historia nacemos un 1 de mayo.
martes, 6 de agosto de 2019
Leandro Santoro “La construcción hegemónica de la derecha en Argentina la lleva el periodismo”
Para describir el impulso al Servicio Cívico, propuesto por Patricia Bullrich, utilizaste el término de “gestión simbólica”: medidas que se anuncian para cohesionar ideológicamente, pero que muy rara vez se llevan a la práctica. ¿Qué importancia tiene la gestión simbólica en los gobiernos progresistas?
—Mucha, pero la gestión simbólica no es sólo generar hechos simbólicos sino producir un debate público en la sociedad, que vaya más allá de la decisión administrativa. No es lo mismo que la gestión simbólica apuntarle a la gestión real, a que sea tu único instrumento de gobierno.
—Pero incluso así, es una herramienta de disputa por la hegemonía.
—Sí, pero tiene que ir acompañado de gestión administrativa, económica y política. El problema de este gobierno es que opera en el vacío y utiliza la gestión simbólica para “hacer que hace”, pero no como forma de ganar hegemonía. La construcción hegemónica de la derecha en Argentina la lleva el periodismo, los intelectuales orgánicos de este gobierno no trabajan en el Estado.
—Cierto sector del peronismo procesó la derrota de 2015 con una crítica hacia el exceso de “realto” en el último gobierno de CFK. ¿Creés que, por un lado, se agotó el mito de gobierno y, por otro, se dejaron de lado medidas de fondo de carácter económico?
—Todo depende de la coyuntura internacional. 2014 fue un año de mierda, el tema es cómo intervenir en el proceso social y para eso hay que saber leer el ciclo económico y que éste coincida con un ciclo político. No es lo mismo cuando tenés excedente económico que cuando tenés déficit fiscal. En cierto momento histórico podés hacer reformas estructurales para buscar la igualdad social y en otro momento tenés que aplicar una estrategia más defensiva para tratar de que se caigan la menor cantidad de derechos posibles. A CFK el contexto no la ayudó y, sin embargo, pudo tomar decisiones de gobierno que le permitieron blindar la idea de que el Estado tiene un compromiso con la sociedad.
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