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martes, 3 de mayo de 2022
Foradori, vicecanciller de Macri, y sus entregas a favor de Chile e Inglaterra
El flamante vicecanciller macrista Carlos Foradori es un ex funcionario menemista. En su curriculum figura la defensa de la fallida “poligonal” en el conflicto con Chile por los Hielos Continentales, para favorecer el proyecto minero de Pascua Lama de Barrick Gold. También el acuerdo de comunicaciones con Malvinas del año 1999, que permitió la reanudación de los suspendidos vuelos desde Chile, para “seducir a los isleños”. Su nombramiento se da en momentos en que poderosas petroleras norteamericanas e inglesas pretenden explotar el petróleo de las islas Malvinas.
Por Lázaro Llorens y Javier Llorens
A pocas horas de llegar a la Casa Rosada, el presidente Mauricio Macri firmó un decreto designando al diplomático Carlos Foradori, como vicecanciller. Abogado, radical, licenciado en Relaciones Internacionales, master en la universidad de Harvard y Johns Hopkins, será el número dos de la canciller Susana Malcorra -ex IBM y Telecóm- de buenos vínculos con Estados Unidos.
Aunque su nombre no diga mucho, Foradori, ex embajador en Zimbawe y Guatemala, es un viejo diplomático de carrera. Desde la Cancillería, bajo el gobierno de Carlos Menem coordinó la “Unidad de Trabajo del Atlántico Sur” con el cual se llegó a un dudoso acuerdo con el Reino Unido para restablecer los interrumpidos vuelos a las islas Malvinas, e intentar controlar la pesca en la zona. A la par que el canciller Guido Di Tella desplegaba su política de seducción, obsequiando peluches a los isleños.
Su importancia radica en que este acuerdo fue el primero que se firmó al respecto entre Argentina e Inglaterra, luego de la guerra de Malvinas de 1982. Mediante él se consintió que los argentinos debían portar pasaporte visado para ingresar a Malvinas, y se hizo intervenir en la negociación a los consejeros isleños, posturas que tradicionalmente habían sido rechazadas de plano por Argentina.
Además, en su curriculum el flamante vicecanciller de Macri, marginado en estos últimos años por el kirchnerismo, ostenta como una de sus principales manchas diplomáticas, el haber defendido el controvertido tratado por los Hielos Continentales con Chile de 1991, rotundamente rechazado por el Congreso argentino durante años. El mismo, formalizado también por Di Tella durante el menemismo, consentía en la caprichosa entrega a Chile de miles de kilómetros cuadrados de superficie de hielo que pertenecían a la provincia de Santa Cruz. Con el objeto que a su vez Chile firmara el polémico tratado de “Integración y complementación minera”, para poder hacer factible la explotación del yacimiento aurífero de Pascua Lama (Barrick Gold) y el cuprífero de El Pachón (Xstrata). Curiosamente estas tramas diplomática recién prosperaron tras la detención y juzgamiento del general chileno Augusto Pinochet en Londres.
Hielos Continentales
A comienzo de los 90, luego del acuerdo del Beagle, Argentina y Chile aún mantenían abierto una veintena de conflictos limítrofes. Ante la necesidad de profundizar la integración entre ambos países, principalmente la económica, donde había grandes intereses mineros de por medio, los presidentes Carlos Menen (Argentina) y Patricio Aylwin (Chile) decidieron ponerles fin a ellos.
Comenzaron con los Hielos Continentales y Laguna del Desierto, dos territorios ubicados en la provincia de Santa Cruz. El primero es una gran extensión de 16.800 km² de hielos continentales, la tercera más extensa del mundo después de la Antártida y Groenlandia. Y el mayor de todos los hielos de carácter continental no polar con acceso terrestre. Están situados en los Andes Patagónicos, en la frontera entre Argentina y Chile.
El segundo, Laguna del Desierto, era una área de 530 Km2 al sur de Coyhaique, lugar donde en 1965 había muerto por un enfrentamiento entre la gendarmería argentina y los carabineros chilenos, el teniente chileno Hernán Merino. Muerte que en su momento causó gran tensión entre ambos países.
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Con este propósito el 2 de agosto de 1991, bajo la gestión del canciller Di Tella, ambos países firmaron sendos tratado para resolver estos dos conflictos limítrofes. Se convino que los Hielos Continentales, se resolverían mediante una polémica y arbitraria “Poligonal” trazada por Chile, cuyo itinerario se puede observar en la siguiente imagen. Mientras que el área de Laguna del Desierto sería mediante un juicio ante un Tribunal Arbitral Latinoamericano.
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En el caso de los Hielos Continentales, donde el flamante vicecanciller Foradori tuvo un rol protagónico como coordinador del “Grupo de Trabajo sobre Hielos Continentales”, el tratado fue un estrepitoso fracaso. El acuerdo debía aprobarse por los congresos de ambos países, pero la entrega de miles de kilómetros cuadrados a Chile mediante el trazado de una caprichosa “poligonal”, motivó la rebelión de muchos legisladores de la oposición y del oficialismo, quienes argüían que no había ningún fundamento técnico para conceder este territorio al país trasandino.
El rechazo fue tal, que el acuerdo de los Hielos Continentales de Di Tella y Foradori, estuvo casi ocho años frenado en el Congreso. Los legisladores de la provincia de Santa Cruz se opusieron abiertamente a él, por lo que fueron apartados por el menemismo de las comisiones correspondientes, en su empeño de aprobar a toda costa el tratado. Incluso, el entonces gobernador de Santa Cruz Néstor Kirchner, hizo un acto y una marcha junto al gobernador de Tierra del Fuego, para oponerse a esta entrega.
Estas posiciones anti-acuerdo se vieron ratificadas en 1995 cuando el tribunal arbitral resolvió el área de Laguna del Desierto correspondía a Argentina no a Chile. Muchos legisladores sostenían que este fallo le daba margen a Argentina para negociar con mayor fuerza el área de los Hielos Continentales, incluso ante un tribunal internacional, dado que Chile, donde la derecha pinochetista aún tenía mucha influencia, no tenía margen para otra derrota diplomática.
Como la cuestión estaba enquistada en el Congreso argentino, Chile comenzó a presionar amenazando que si el tratado por los Hielos Continentales no era aprobado, no se aprobaría el famoso “Tratado de Integración y Complementación Minera entre Chile y Argentina”. Redactado por la propia Barrick Gold, a los efectos de poder explotar el yacimiento binacional de Pascua Lama, según lo reconocieron en una oportunidad dos de sus ejecutivos chilenos.
Por este motivo, uno de los grandes impulsores de este tratado era el actual diputado y ex gobernador de San Juan del FPV José Luis Gioja. Quién como diputado y senador menemista había sido un público y notable defensor de la Barrick Glod, la gran minería a cielo abierto, y él artífice de las leyes que la posibilitaron.
“Es imposible que el gobierno chileno apruebe el acuerdo minero antes que los campos de Hielo… Lo lógico es despachar primero Campo de Hielos y después dedicarse al tratamiento del acuerdo minero”, dijo textualmente el canciller chileno Miguel Insulza haciendo explicita las presiones.
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La gestión de Foradori
Para destrabar la cuestión, en 1997, el canciller Di Tella creó el “Grupo de Trabajo de los Hielos Continentales” y puso al frente de él a Foradori. Este grupo realizó una investigación sobre el tema, y participó en congresos, conferencias, seminarios, procurando defender ante la opinión pública y especializada el tratado que exigía Chile, con su polémica y caprichosa “poligonal”.
Aun así, de derecha a izquierda, la posición de muchos legisladores se mantuvo inamovible. Finalmente, para poder destrabar la cuestión, ante la presión de los diputados y senadores, Di Tella y Foradori se vieron obligados a olvidarse para siempre de la famosa “poligonal”. “La Poligonal está muerta, hicimos luto y la enterramos” declaro Di Tella en agosto de 1998, siete años después de haberle dado luz.
El entredicho se destrabo mediante la gestión de legisladores argentinos y chilenos, que convinieron que debían respetarse los centenarios convenios vigentes con Chile, referidos al trazado de límites cordilleranos. (Ver nota complementaria La trama de los conflictivos límites con Chile y su notable actualidad). De esa manera el 2 de junio de 1999, fue aprobado definitivamente en simultáneo por los congresos de Argentina y Chile, un nuevo tratado de límites que estuvo muy lejos de las posturas de Di Tella y Foradori.
Del lado chileno, esta aprobación se vio facilitada, según la detallada investigación de Sergio Eissa, “Hielos Continentales – La política Exterior en los 90” por la detención, a fines del año 1998, del ex dictador Pinochet en Londres por pedido del juez español Baltasar Garzón. Ante la cual, el gobierno menemista se había pronunciado en contra, ya que también, había denegado los pedidos de extradición contra militares argentinos formulados por el mismo juez Garzón.
Voces en contra
Quién desde un primer momento estuvo en contra de la caprichosa poligonal fue la ex presidente Cristina Fernández de Kirchner, por entonces diputada nacional por Santa Cruz. Por ello el kirchnerismo no cultivaba simpatía alguna por Foradori. No obstante el diario Clarín, tergiversando la cuestión, recientemente afirmó que la antipatía hacia el vicecanciller de Macri provenía porque supuestamente Foradori la había corregido técnicamente en el caso de los Hielos Continentales, cuando en realidad sucedió a la inversa.
Mediante un duro informe de 52 páginas, la ex-presidente, hoy socia política de Gioja y defensora de la Barrick, desechó el convenio sosteniendo que “la integración con Chile es algo cotidiano, fundada en la convivencia diaria en nuestra región”, por lo tanto no se justificaba, bajo ningún concepto, la entrega de los Hielos Continentales por motivos económicos.
Otro empecinado opositor de ese tratado hasta su instancia final fue el radical Alfredo Avelin, senador de San Juan, luego gobernador de esa provincia, y ferviente opositor del plan minero de Menem y Gioja. Sin pelos en la lengua, Alevín denunció que este acuerdo promovido por Di Tella, Foradori, y Gioja, se había cristalizado para hacer viable el proyecto binacional de Pascual Lama. Incluso, acusó a su coterráneo Gioja de ser un “instrumento de la Barrick”.
“Nos encontrábamos en los años ´90 con 23 conflictos no resueltos con Chile. Se resuelven 22 coordinadamente y sin perjuicios para ambos países, pero surge un problema en los Hielos Continentales… En 1990, se reúnen los presidentes Carlos Menem y Patricio Aylwin, y dan instrucciones para la demarcación. Esta se concreta en julio de 1991, donde Argentina decide hacer una poligonal… fue aprobada por mayoría en el Senado (en 1999), en la que uno de los principales expositores fue el actual gobernador de José Luis Gioja”, describió el senador Avelín, autor del libro “Hielos Continentales Patagónicos: la Historia nos Juzgara”.
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