La carta de Gabriela Cerruti sobre Stolbizer: “Margarita, metete con alguien de tu tamaño”

Gabriela Cerruti publicó en Facebook una nota sobre las denuncias de Stolbizer a la familia Kirchner, en especial las de Florencia: “Merlin es nieto directo de Oscar Wilde, pero todos los descendientes del escritor debieron cambiar su nombre para que no los persiguieran. La sociedad británica victoriana, conservadora y de doble moral, juzgó la genialidad y la libertad de Wilde como indecencia y persiguió a sus hijos para que no quedara marca de esa historia. Wilde, que soportó con dignidad y alumbrado por su estrella el juicio, el escarnio, la prisión y el exilio, murió llorando la persecución a sus hijos. Merlin logró finalmente hace apenas unos años volver a llamarse Wilde. Es hoy el orgulloso biógrafo de su abuelo. Quien en otra vida fuera una persona digna con la que me unían valores e ideales, Margarita Stolbizer, se ufanaba ayer de “haber tocado donde más le duele” a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Stolbizer, feliz madre de su hijo basquetbolista, mujer que aparentaba sensibilidad y pertenencia a un mundo de valores donde compartíamos el cuidado por el jardín secreto reservado a los verdaderos amores de la vida, se convirtió en ese ser que hoy pasea por los canales de televisión en busca de una candidatura y no duda para eso en calumniar y difamar a Florencia, militante política, madre, hija, cineasta, que nunca ejerció cargos públicos, que nunca usó su condición de hija de dos ex presidentes, que se mantuvo alejada de la escena mediática con una discreción y un donaire que tiene pocos parangones en la historia. “Le pegué donde más le duele”, dice, exaltada, y no se puede no pensar en los hijos, padres, parientes, secuestrados y torturados durante la dictadura militar para conseguir información o quebrar a los militantes. Dirán que es una comparación exagerada. La moral no se define por los resultados sino por las intenciones. Y la intención de “pegar donde más le duele” es la misma. Recibe una información de oscuros oficiales de inteligencia y la pone al servicio de la jauría mediático judicial que busca terminar con la memoria política e histórica de los últimos doce años a través de la persecución a la figura de la líder que la representa. En un país, el nuestro, donde se sabe cómo empiezan las persecuciones, pero no cómo terminan. O, peor aún, se sabe que muchas veces han terminado demasiado mal. Para todos y todas. Stolbizer quiere una candidatura a cualquier precio para el año próximo, y por eso le da igual haberse indignado con la derecha y el macrismo el año pasado, y ahora postularse para la Corte Suprema o para secundar a Sergio Massa. Perdida, sin estructura ni proyecto político propio, naufraga en las aguas de su ambición sin norte ni punto de llegada. Sin darse cuenta que, en ese naufragio, es el instrumento de quiénes sí saben perfectamente a dónde van y qué quieren. La usan, y la van a dejar de usar cuando encuentren alguien mejor que cumpla con sus objetivos. Mientras tanto, ella está feliz porque le pegó a Cristina donde más le duele. Margarita, metete con alguien de tu tamaño.”