El organismo de composición mixta que tiene una alta participación de la secretaría que conduce Carlos Mac Allister ajustó duramente el presupuesto para el desarrollo de los atletas argentinos y ya se sienten las primeras bajas. Un velista ganador en Londres 2012 se prepara para representar a Estados Unidos en los próximos Juegos Olímpicos.
El rudimentario lateral Carlos Mac Allister, devenido en secretario de Deportes de la Nación por decisión de Mauricio Macri continúa con una pésima gestión al frente de los organismos que deben promover el deporte argentino. No se trata del fútbol, tenis o básquet que pueden financiarse en su federación, sino de los atletas de nuestro país que en las peores condiciones se entrenan para disputar las distintas competiciones, con los Juegos Olímpicos como máximo anhelo.
A fines de 2016, Mac Allister había señalado que iban a "evaluar los logros conseguidos" por los deportistas de alto rendimiento para repartir las becas del Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (ENARD) las cuales se financian con dinero público y un aporte mucho mayor de cáracter privado. En aquel momento el ex jugador de Boca y Ferro había argumentado que se iban a cambiar los patrones de distribución de las becas porque "uno salió creo que 89 y otro abandonó en lo Juegos Olímpicos. Lo que se evalúa también es el deporte de alto rendimiento porque el Enard financia a los deportistas de alto rendimiento".
En enero de este año salió el listado de deportistas becados, el cual se redujo a a 25 atletas y 16 técnicos, como así también a 27 atletas paralímpicos y 9 entrenadores. Las becas se dividen según los objetivos logrados y las competencias que se vienen. En el caso de los atletas, se trata de proyección panamericana y sudamericana.
En su momento, María Peralta -atleta y maratonista- salió a criticar duramente a la gestión de Cambiemos al frente del deporte nacional. Pero recién a mediados de este 2017 llegaron los primeros resultados: Lucas Calabrese, quien obtuvo la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Londres en 2012 en la clase 470 junto a Juan de la Fuente sufrió el ajuste político del PRO en materia deportiva.
Tal cual como lo adelantó Mac Allister, con el 16° puesto en la Bahía de Guanabara en Río de Janeiro 2016, el ENARD le quitó la beca y con eso todo el apoyo que la dupla necesitaba para prepararse de cara a Tokio 2020. Ahora vive en los Estados Unidos y con apoyo público y privado se prepara para representar al país del norte en las próximas olimpiadas.
"Es difícil hablar de ello. No me gusta entrar en polémica. Juzgar al que toma la decisión es fácil y tomar la decisión es difícil. No me quejo, pero se hace complicado seguir sin la beca y la ayuda económica. El sistema de becados es complicado. No me gustan los extremos. Por un lado, creo que está mal que se le quite el apoyo a alguien que ganó una medalla hace poco, pero también estaría mal que se le siga dando la beca a alguien que tuvo unos buenos Juegos Olímpicos pero después no hizo nada. Es un tema delicado. Tuvimos un mal Río 2016, pero quizás podrían no habernos sacado todo", afirmó Calabrese en una entrevista concedida al Diario Clarín.
El deporte de alto rendimiento solo puede mejorar mediante una política de Estado destinada al desarrollo de los deportistas en las distintas disciplinas. Mientras el Gobierno gastó más de 1200 millones de pesos en fútbol durante un año, los atletas argentinos que perdieron su beca son obligados al exilio; Estados Unidos y los países nórdicos son refugio para nuestros deportistas a los que su propio país decidió darle la espalda por una cuestión resultadista.
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