El abogado Marcelo D’Alessio, vinculado al fiscal Stornelli, reconoció que en un café le reclamó dinero al empresario que lo acusó por extorsión. Dijo que lo hizo “para ver de dónde salía” la plata. Según la investigación que lleva adelante el juez Ramos Padilla, le había pedido 300.000 dólares para que no lo detuvieran.
Por Raúl Kollmann
“Cuando se le pide dinero a una persona, no es para tomarle 800.000 dólares, 200.000 dólares o lo que mongo sea. Sino que es para ver de dónde sale”. De esta manera, el acusado como operador de Carlos Stornelli, el abogado Marcelo D’Alessio, admitió que le pidió dinero al empresario Pedro Etchebest, pero argumentó –de manera burda– que fue un ardid para ver de dónde sacaba el dinero. En verdad D’Alessio le pidió 300.000 dólares para “arreglarle”, de la mano del fiscal Stornelli, su situación en el expediente de las fotocopias de los cuadernos. Quedó así reconocida la extorsión que motivó la denuncia ante el juez federal de Dolores Alejo Ramos Padilla, quien además recibió videos de dos pagos anticipados por 14.700 dólares. Una primera entrega de 9.700 dólares en el hotel Alvear Icon de Puerto Madero y una segunda entrega de 5.000 dólares en la confitería Selquet de Nuñez. También durante la mañana de ayer, el propio Stornelli aceptó que conoce a D’Alessio, dijo que no se hace responsable de lo que haya hecho y lo trató de “señor D’Alessio”, poniendo distancia. En la causa judicial hay decenas y decenas de capturas de whatsapp entre los dos, videos en que se los ve juntos, una salida a dar una vuelta en la camioneta de D’Alessio y una reunión de cuatro horas en el balneario CR de Pinamar en el que estaban ambos sentados en una mesa mientras hacían esperar al empresario. Al final de esa reunión, D’Alessio le pidió 300.000 dólares a Etchebest en nombre de Stornelli.
Durante una extensa entrevista con el periodista Ernesto Tenembaum, de Radio con Vos, el abogado–operador D’Alessio se despachó con argumentos desopilantes. “Cuando se le pide dinero a una persona, no es para tomarle 800 mil dolares, 200 mil o lo que mongo sea, sino que es para ver de donde sale. No es lo mismo que diga ‘lo tengo en una caja de seguridad’ en Buenos Aires que ‘lo tengo que traer de Estados Unidos’, ‘lo tengo que traer de una mesa (de dinero) de tal lugar’. Es parte de una investigación que obviamente interrumpe este hombre dejando un documento”.
El argumento es irrisorio. D’Alessio ya sabe que lo filmaron, que hay grabaciones y capturas de pantalla de celular, de manera que no le queda otro camino que reconocer que recibió dinero. Entonces, alega que fue para tenderle una trampa al empresario Etchebest. De esa manera intentó justificar que recibió los 9.700 dólares primeros en el Alvear Icon de Puerto Madero y otros 5.000 en la confitería Selquet.
D’Alessio se jacta de ser un super–operador. Está en el estudio que representa al arrepentido Leonardo Fariña, dice haber armado la causa de la compra del GNL, Gas Natural Licuado, que terminó en un verdadero escándalo cuando se descubrió que el perito David Cohen armó una pericia falsa, chapea diciendo que es de la DEA y se vende como el autor intelectual de todo tipo de notas periodísticas, buena parte en Clarín. El fiscal de la causa trucha del GNL fue Stornelli, quien luego, mediante una manipulación, se quedó con las fotocopias de los cuadernos diciendo que tenía que ver con el GNL.
Denuncia
Sabiendo que la dupla D’Alessio–Stornelli estaba siendo investigada, la diputada Elisa Carrió salió a la cancha en la madrugada de ayer diciendo que se había puesto en marcha una maniobra de La Cámpora contra el fiscal. Seguramente no sabía a esa altura que la denuncia no fue anónima, si no hecha por el empresario Etchebest, con su propio nombre, y con el agregado de los audios, videos y capturas de pantalla.
La denuncia se hizo en Dolores porque la extorsión se concretó en el balneario CR de Pinamar, donde se realizó esa reunión entre Stornelli y D’Alessio mientras Etchebest esperaba en otra mesa. Resulta curioso que Stornelli haya tratado ayer a su supuesto operador como “señor D’Alessio”, cuando estuvieron juntos durante cuatro horas y después salieron a dar una vuelta en la camioneta del abogado.
Extorsión
La maniobra se empezó a gestar en diciembre cuando D’Alessio llamó a Etchebest. Ambos se conocieron en Enarsa durante la gestión kirchnerista, aunque D’Alessio cuenta en los audios que él estuvo en Enarsa como infiltrado de Estados Unidos. Ayer, la embajada de Estados Unidos sacó un comunicado en el que asegura que no tiene relación con D’Alessio, que también se pavoneaba en los programas de televisión como experto en narcotráfico y, bajo cuerda, alardeaba de ese cargo en la DEA.
En la comunicación de diciembre, D’Alessio le dijo a Etchebest que un arrepentido, Juan Manuel Campillo, lo había involucrado en la causa de las fotocopias de los cuadernos. Campillo fue titular de la Oncca, Oficina Nacional de Control de Agropecuario, y dijo que Etchebest fue recaudador allí. El empresario le contestó que no conoció a Campillo hasta 2017 o sea que nunca se vieron durante la gestión anterior y que no cometió ningún ilícito en la Oncca.
“De pedo estoy en el lugar indicado”, le escribió D’Alessio a Etchebest asegurándole que arreglaría el asunto con su amigo Stornelli. Los whatsapp de D’Alessio estuvieron siempre acompañados de capturas de pantalla de chats entre D’Alessio y Stornelli, con el objetivo de demostrarle al empresario el estrecho vínculo que mantenía con el fiscal.
A lo largo de 20 días D’Alessio fue abrumando a Etchebest agregando más y más elementos sobre el peligro que tenía de ir preso. Y también le fue adelantando que para solucionar la cuestión “Carlos va a pedir una atención”. Y luego “te va a cortar boleto”, es decir que iba a requerir una coima. Incluso le empezó a mencionar la cifra de medio millón de dólares.
Stornelli
En entrevistas concretadas ayer en Radio Continental y Metro, el fiscal se despegó de D’Alessio. “Creo que existe una imputación contra ese señor D’Alessio, pero no sé más nada. Lo conozco. Es una persona que ha venido un par de veces a la fiscalía a declarar y a traer un denunciante”, dijo.
El fiscal parece tener poca memoria:
* En el expediente hay decenas de whatsapp entre D’Alessio y Stornelli. Este diario verificó el celular de llegada, terminado en 8222 y se corresponde con el número del fiscal.
* En uno de los mensajes, D’Alessio le dice a Stornelli: “lo de Pedro, yo me encargo personalmente de avanzar con ese sujeto”. Pedro es Pedro Etchebest, el empresario extorsionado.
* Hay filmación y fotografías de la reunión en el balneario CR de Pinamar. Stornelli no se puede referir a D’Alessio como un señor que fue un par de veces a la fiscalía: estuvieron cuatro horas juntos en el balneario CR.
* Al final de ese encuentro, Stornelli salió a dar una larga vuelta manejando la camioneta Range Rover “del señor D’Alessio”.
* El abogado–operador armó una declaración de un ex directivo de Pdvesa, Gonzalo Brusa Dovat. Lo adelanta en los audios que le manda a Etchebest, y anticipa que saldría en Clarín, escrito por Daniel Santoro. Pero lo que impacta es que hay una larguísima filmación en la que se ve a D’Alessio dentro de la fiscalía de Stornelli acompañando a Brusa Dovat. Es otra muestra las manipulaciones de la causa de las fotocopias, ya que nunca se permite la presencia de un abogado cuando declara un testigo.
Reunión
En el encuentro clave del balneario CR, en Pinamar, se produjo una secuencia reveladora. En una mesa estaban Stornelli, D’Alessio y Gustavo Sanz, intendente de Salta capital. En la otra mesa, a la vista de los tres, esperaba el empresario denunciante, Etchebest.
Como queda probado por los whatsapp, mientras estaba con Stornelli, D’Alessio le fue mandando mensajes a Etchebest dando a entender que estaba negociando su situación y revelándole detalles de la causa y de sus antecedentes.
* “¿Estuviste preso?”, le pregunta D’Alessio a Etchebest, en referencia a una causa que tuvo por reducción a la servidumbre en un campo de su propiedad. En ese expediente, Etchebest fue sobreseido.
* “Me dicen que vivís en Le Parc y que alquilás”.
* En otros mensajes le enumera las veces y los días que salió y entró del país.
* “Lo estoy ablandando”, le escribe D’Alessio.
Al final de la reunión entre Stornelli y D’Alessio, el fiscal se fue a dar la vuelta con la camioneta del operador y al regreso ambos se acercaron y Stornelli le dio la mano a Etchebest. Cuando el fiscal se fue, D’Alessio le dijo al empresario que la cifra a pagar eran 300.000 dólares.
Pagos
La secuencia continuó luego con los pagos. Se suponía que Etchebest debía entregar los 300.000 dólares, pero se fue demorando. D’Alessio empezó una furibunda ofensiva diciéndole que Stornelli necesitaba ese dinero para entregarle al empresario Héctor Colella, una especie de heredero de Alfredo Yabrán, por cuanto le compró una casa azul ubicada enfrente del balneario CR.
Ante el incumplimiento de Etchebest, D’Alessio le dijo que Stornelli tuvo que pagar una multa de 9.700 dólares. Por eso le reclamó ese dinero a Etchebest. El pago se hizo en la confitería de planta baja del hotel Alvear Icon de Puerto Madero. La escena fue grabada, pero además el juez de la causa, Ramos Padilla, ordenó el secuestro de cámaras del hotel así como la declaración del personal. El siguiente pago fue de 5.000 dólares, que se concretó en la confitería Selquet de Nuñez. En el video, hecho por un colaborador de Etchebest, se ve al empresario amagando con contar el dinero, pero D’Alessio le pide que no cuente nada en público y el dinero pasó del empresario al operador con una simple entrega en la que los dólares se ven con nitidez.
En un mensaje de whatsapp de Stornelli a D’Alessio el fiscal consigna: “no te olvides de g”. La interpretación es que la g corresponde a “guita”. Pero eso es lo que investiga el juez de Dolores. Por ahora, la causa está en secreto de sumario, tras el allanamiento del miércoles pasado a la casa de D’Alessio, en un country del gran Buenos Aires.