La prisión preventiva dictada por el juez Bonadio contra 6 funcionarios y allegados al gobierno anterior, incluida la ex presidente de la Nación, y el procesamiento de otros 5, constituye un hecho de tal gravedad institucional y de tanto desprestigio internacional que obliga a efectuar un recuento completo y -hasta donde se pueda- desapasionado del caso y a sacar las conclusiones pertinentes.
Por otro lado, nunca había quedado expuesta con tanta nitidez la asfixiante penetración e influencia de Israel en nuestro país, así como la total dependencia, respecto de ese Estado extranjero, de instituciones y personas que figuran como argentinas. Es decir, la DAIA, la AMIA, la OSA y los medios, más los centenares de periodistas y dirigentes políticos que han sido reclutados y cooptados por Tel Aviv y su Embajada en Buenos Aires. Todo ellos actúan como verdaderas quinta columnas israelíes en nuestro territorio.
El control sobre todos los nombrados también lo ejerce EE.UU. y Gran Bretaña, pero el de Israel es más fuerte y estricto, y su sistema de premios y castigos más férreo, duradero y vengativo. En nuestro país, usted puede criticar a EE. UU. y sobrevivir políticamente a esa aventura. Pero si critica a Israel y, especialmente, si le destapa sus maldades y sus planes de dominación o desestabilización, pasará a ser un muerto civil por el resto de su vida. Y la DAIA y la AMIA lo fulminarán con su anatema-calumnia favorito: nazi judeofóbico, ante el cual sus “amigos” obedientes tiemblan, y el resto (los “independientes”) huye despavorido.
Con esos parámetros de lealtades forzadas y silencios cómplices o “prudentes” se ha desarrollado este gran cambalache judicial, político y moral (mejor dicho, inmoral) que es hoy la investigación (que nada ha investigado sino encubierto) del atentado a la AMIA -también el de la Embajada de Israel- y sus coletazos: Stiusso, Nisman, su muerte, su denuncia y la prisión preventiva de Cristina y sus colaboradores, más algunos particulares.
He aquí una apretada síntesis de los hechos comprobados (reitero: comprobados):
1.- A fines de 2002, el entonces presidente Dr. Eduardo Duhalde envió al jefe de la SIDE, Lic. Miguel Ángel Toma, a entrevistarse con George Tenet, director de la CIA norteamericana, para conciliar la tirantez que había entre ambas centrales secretas de inteligencia, desde el gobierno anterior (Dr. De la Rúa), por un desliz de nuestros espías. La CIA aceptó “perdonar” nuestra imprudencia, a condición de que la Argentina orientara la investigación del caso AMIA según los datos que contenía el llamado “Informe Internacional” que habían redactado la CIA y el Mossad. Nuestro gobierno aceptó. Tenet entregó en mano a Toma el Informe “de inteligencia”, con la expresa condición de que lo usara exclusivamente el Ing. Antonio Stiusso, a la sazón jefe de Operaciones de la SIDE. Stiusso lo tradujo (bastante mal) y lo “adornó” un poco con algunas “informaciones de inteligencia” de su propia cosecha, y así lo entregó Toma al entonces juez Galeano, el 23 de enero de 2003. Lo recibió en 2004 el juez Canicoba Corral, cuando el Consejo de la Magistratura destituyó a Galeano, y quedó en manos del difundo fiscal Nisman cuando asumió en la Unidad Fiscal de Investigaciones AMIA (UFI AMIA) en marzo de 2005.
Hoy, ese Informe es ultra secreto y está en la caja fuerte de la UFI AMIA. Pude examinarlo personalmente porque soy parte en el juicio AMIA: defiendo a un argentino nieto de sirios y de religión musulmana, falsamente imputado, el señor Alberto Kanoore Edul.
2.- El Informe Internacional abarca 50 hojas, más otras 100 de anexos, y está firmado directamente por George Tenet, el entonces director de la CIA. Su contenido y su valor como prueba son realmente lastimosos: se trata sólo de “conjeturas de inteligencia”, y declaraciones de 11 “testigos”, todos ellos terroristas del grupo marxista de origen iraní llamado MKO (Mujaidines del Pueblo), enemigos declarados de la revolución islámica, y autores de numerosos atentados sufridos por el Irán del Ayatollah Jomeini. A esos “testigos” les creyeron y los usaron como única prueba, tanto la CIA y el Mossad, como el fiscal Nisman y todos sus superiores en la pirámide judicial, los funcionarios del Poder Ejecutivo, los legisladores, los medios de comunicación masiva y el resto de las personas que constituyen el llamado “establishment” nativo, y también el internacional. Las declaraciones de esos testigos ha sido hasta hoy la verdad oficial, sólo porque la presión de EE. UU. e Israel es muy poderosa, casi irresistible, en la Argentina.
Doy fe de lo que acabo de exponer, porque tengo la documentación que lo prueba.
3.- Los fantasiosos relatos del Informe Internacional también fueron usados como única prueba por el destituido juez Galeano para pedir al gobierno británico la extradición del ex embajador iraní en Buenos Aires, señor Hadi Soleimanpour, aduciendo que había sido uno de los autores intelectuales del atentado a la AMIA. Y ahí quedó al descubierto la mistificación de la CIA, el Mossad y la SIDE de Stiusso: el juez británico Christopher Pratt, en su sentencia de noviembre de 2003, rechazó el pedido argentino de extraditar al ex embajador iraní Soleimanpour, porque en las 6.000 fojas del pedido argentino no había una sola prueba.
Además, y siempre debido a la ausencia de pruebas (una típica “aventura procesal”), el juez Pratt condenó a nuestro país a pagar las costas de ese juicio que se elevaron a 280.000 dólares.
De modo que puede asegurarse que la acusación contra los iraníes es totalmente infundada. Conviene remarcar ese hecho por ser la clave inicial de este inmenso desbarajuste en que se ha transformado la investigación del atentado a la AMIA, y que ahora tiene una de sus derivaciones más peligrosas y alarmantes en la prisión preventiva de Cristina Kirchner, su canciller Timerman y otras 4 víctimas de los caprichos de la CIA y el Mossad… y de la “ductilidad” y funcionalidad del juez Bonadio.
4.- Lo notable del caso es que, 4 años después de ser liberado Soleimanpour, en 2007, el difunto fiscal Nisman y el juez Canicoba Corral enviaron su exhorto a Irán, solicitando la extradición de 8 de sus funcionarios y diplomáticos. Para ello, usaron exactamente la misma documentación (la del Informe Internacional de la CIA y el Mossad) que había rechazado el juez británico Christopher Pratt por no contener una sola prueba, ni nada que mereciera ese nombre.
Es indispensable agregar que ese exhorto de Nisman y Canicoba Corral a Irán fue expresamente pedido por EE.UU., y apoyado por la DAIA, según reveló la revista FORWARD de la colectividad judía de Nueva York, en su edición del 17-3-06, con motivo de realizarse el Congreso Anual del American Jewish Committee (Comité Judío –Norte-Americano). Dice FORWARD:
Estados Unidos urge a la Argentina que acuse a los iraníes
Altos funcionarios del gobierno Bush y parlamentarios (de EE UU) se reunieron recientemente con los máximos funcionarios políticos y judiciales argentinos, para urgirlos a acusar al más alto liderazgo de Irán de haber perpetrado la explosión que mató a 85 personas y herido a más de 300.
Los (norte) americanos “quieren claramente acusar a Irán”, dijo Miguel Bronfman, un abogado que... representa a la mutual judía de la Argentina, AMIA... Una fuente de inteligencia familiarizada con las reuniones entre el gobierno [norteamericano] y los argentinos dijo que EE UU está presionando a la Argentina para que emita órdenes de arresto contra altos funcionarios iraníes.
El gobierno (de EE UU) asignó recientemente 85 millones de dólares para programas de ayuda para promover la democracia en Irán (¡sin desperdicio...!).
En una movida separada, un grupo de parlamentarios (norteamericanos) reclamó a los fiscales y a los abogados del caso [AMIA] que se expidieran nuevas órdenes de arresto [contra los iraníes]. Los parlamentarios (norteamericanos) agregaron que EE. UU. apoyaría nuevamente las órdenes de arresto ante Interpol, de acuerdo con lo informado por Marta Nercellas, una abogada de la organización argentina judía DAIA, quien asistió a la reunión.
De acuerdo con las fuentes, los fiscales (eran Nisman, y el posteriormente “desaparecido” Martínez Burgos) están preparando una nueva acusación y renovadas órdenes de arresto contra altos líderes iraníes. Este proceso podría demorar algunos meses, agregaron las fuentes. (Unos diez meses después, Nisman entregó “su” dictamen)
Está todo dicho.
5.- A su vez, la falta total de pruebas contra los iraníes fue poco después puesta en evidencia por el fiscal iraní Dr. Rumiani, al responder (el 4 de octubre de 2008) el exhorto enviado por nuestro país. Por ello, Rumiani solicitó a Nisman y Canicoba Corral que le enviaran las pruebas que hubiere, si las había, para darle curso al pedido de extradición.
6.- Ante la falta total de respuesta de los Dres. Canicoba Corral y Nisman a la nota del fiscal iraní, dos meses después (el 3 de diciembre de 2008) presenté un extenso escrito en el que solicité se enviara dicha respuesta a Teherán, pues ella era vital para la continuación de la causa. Como el silencio del fiscal y del Juez se prolongaba, insistí varias veces con mi pedido, hasta que el 4 de febrero de 2010, el fiscal Nisman afirmó por escrito que no era necesario responder la nota iraní…
Desde entonces he solicitado no menos de 5 veces –tanto al Dr. Nisman, como a los 3 fiscales que lo sucedieron, que se responda la nota de Irán. Nunca aceptaron hacerlo.
7.- El punto central de la investigación sobre el atentado a la AMIA es determinar si la explosión se produjo con un coche bomba que los criminales habrían hecho impactar contra el frente del edificio, o los explosivos fueron colocados dentro de la mutual judía. EE. UU., Israel y sus “amigos” de la Argentina han jugado todas sus cartas para imponer la idea de que fue coche bomba, porque es el método comúnmente usado en Medio Oriente, y de esa forma pueden seguir acusando a los iraníes de ser los autores intelectuales. Pero las pruebas existentes son categóricas: las bombas explotaron dentro de la AMIA. Veamos:
a)- Las primera pericia la hizo la Policía Federal y aseguró que fue con un coche bomba Trafic Renault, pero muy extrañamente no aportó prueba alguna de ello.
b)- Luego vino la pericia de la Gendarmería, que partió de la base de que fue con un coche bomba Trafic Renault, “tal como ha demostrado la Policía Federal”…
c)- La tercer pericia fue la del Ejército, que hizo explotar una bomba dentro de una Trafic Renault, y describió los daños que ello produjo, pero sugestivamente se olvidó de decir que, luego de la explosión, la Traffic no desapareció como por arte de magia, sino que sus restos (chasis, ruedas, etc.) quedaron; maltrechos, pero quedaron ahí en el lugar de la explosión.
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