La Revolución Bolivariana no tiene fecha de vencimiento”, dijo el legítimo presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, acosado por el régimen estadounidense y los gobiernos de derecha de América (Macri y Bolsonaro), pero con el respaldo de Bolivia, Uruguay, Ecuador y México. El desaforado Trump, decidido a voltear al régimen democrático mediante un golpe, mientras cientos de miles de venezolanos respaldan al gobierno legal.
Cientos de miles de ciudadanxs venezolanos se concentraron en el centro de Caracas en conmemoración de los 61 años del fin de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez en la nación. Desde el Partido Socialista Unido de Venezuela informaron que la movilización tiene como finalidad defender la soberanía en el país, ante los ataques desestabilizadores impulsados por grupos de la derecha nacional e internacional.
Durante su discurso en el Balcón del Pueblo del Palacio de Miraflores, Nicolás Maduro anunció que Venezuela romperá relaciones diplomáticas con Estados Unidos y exigió respeto por la soberanía venezolana.
Una vez más los EE.UU., con su nefasta política intervencionista, tal vez preocupado por obtener el petróleo venezolano más que nada, intenta un nuevo golpe de estado, como aquel sufrido por Salvador Allende en Chile, un gobierno elegido democráticamente, pero que sufrió un golpe atroz, que terminó en un baño de sangre y con la sangrienta dictadura pinochetista, que llenó de horror a toda América.
Quién no recuerda las aventuras intervencionistas y el criminal bloqueo a Cuba, la invasión a la isla de Granada, el apoyo a la dictadura de Videla en la Argentina y los sucesivos golpes sufridos por los países latinoamericanos con gobiernos populares, por no mencionar las invasiones yanquis en todo el mundo, desde Irak hasta el sudeste asiático, entre tantos lugares, por el llamado “gendarme del mundo”.
Por supuesto, los medios concentrados, en nuestro país, por ejemplo los diarios y canales más poderosos, respaldan a muerte cualquier acción belicista norteamericana, porque les responden fielmente, como si fueran (y lo son) sus mandantes naturales, olvidándose del periodismo y de la democracia, para pasar a defender intereses monopólicos en contra del propio pueblo.
Por suerte los venezolanos no están solos, los pueblos del mundo los respaldan, y también poderosos países que no coinciden con los yanquis, como chinos y rusos. Si hoy triunfa el golpe preparado por los Estados Unidos, difícilmente se pueda vivir con tranquilidad en los próximos años, y adiós cualquier intento de algún país de América por mostrarse independiente de los imperialistas yanquis.
Por supuesto que los argentinos, en su gran mayoría, cualquiera sea su identificación política e ideológica, defienden la soberanía de los pueblos y se oponen a cualquier intervención extranjera, como lo marca nuestra constitución.
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