El presidente del país bolivariano rompió relaciones diplomáticas con los Estados Unidos y se enfrenta a la derecha comandada por Juan Gaudió.
embestida de la derecha venezolana con apoyo de Estados Unidos y la OEAtraspasó un nuevo límite: montar un gobierno paralelo para desconocer al presidente Nicolás Maduro elegido por mayoría popular. El presidente de la Asamblea Nacional Constituyente, Juan Gaudió, se autoproclamó como mandatario interino, nombró un embajador para la OEA y anunció que gestionará las relaciones financieras del país bolivariano.
En tanto, las agrupaciones opositores se movilizaron en las calles de Caracas y llevaron a cabo una escalada de violencia que provocó la muerte de 4 personas, hasta el momento.
En 2017, el Tribunal Supremo de Justicia dictaminó que la Asamblea estaba por fuera de la ley debido a la “sospecha de fraude” que existía por la forma en la que fueron elegidos los tres legisladores que iban a presidir y dejó “sin validez los actos de ANC en el territorio como organismo parlamentario”. No obstante, el organismo siguió operando y el 10 de enero la junta directiva nombra a Juan Guaidó como su titular.
“Esa junta dice que va asumir la presidencia interina porque desconoce la elección en la que fue elegido Maduro por amplia mayoría y va a iniciar un Gobierno de transición. Inmediatamente, el Tribunal la declara en desacato y no es válida. Sin embargo, Guaidó avanza en su plan”, recapituló el investigador y periodista de Misión Verdad, Bruno Sgarzini, en comunicación con El Destape.
El “usurpador” de las facultades del Ejecutivo avanza con su plan amparado en el respaldo de Estados Unidos y de los 13 países del Grupo Limas, en el que se encuentra Argentina, y quienes inmediatamente reconocen la presidencia interina de Guaidó. En paralelo, nombra a un embajador paralelo ante la OEA y declara que “va a gestionar las relaciones financieras de Venezuela”.
Ante esto, el Tribunal vuelve emitir otra sentencia “donde dice que es inválido lo que hace” pero el diputado hace oídos sordos y “se autojuramenta como un acto retórico como nuevo presidente encargado de Venezuela y afirma que va asumir las relaciones exteriores del país”.
Hay que entenderlo en cuanto y tanto, la movilización y lo que dice Guaidó es respaldado y armado desde la Casa Blanca, desde el Consejo de Seguridad Nacional y por el vicepresidente de Estados Unidos. La juramentación era una formalidad y se le intentó dar un baño popular con manifestación de calle en los últimos días”, explicó el periodista y recordó los levantamientos de la derecha que ocurrieron en 2017 y 2014 y que también buscaron la desestabilización del Gobierno venezolano.
“La oposición quiere que el país estalle”
Con la intromisión de Estados Unidos en la vida política, social y económica de Venezuela, el aislamiento de los países de la región y la pelea para no desabastecerse, generan un combo peligroso para desgastar la resistencia de las clases populares. Del otro lado, la derecha lleva adelante “una escalada de violencia ya que no ven otro camino que la de la violencia”.
Desde Venezuela, el sociólogo y cronista de Telesur, Marcos Teruggi, analizó el cuadro de situación y advirtió, en diálogo con este medio, que “es un delito que no reconozcan al presidente Maduro". Ante esto, siguió: "Entonces ¿qué se hace? Si se avanza contra la Asamblea generaría un cuadro explosivo pero no se puede desarrollar un Gobierno paralelo en el país. Es de gravedad la situación”.
Para él, la panorama “es similar a lo que pasó en 2017” cuando quisieron intentar bajar al Gobierno de Maduro pero no pudieron, por lo cual, no es de extrañar que el chavismo busque “desgastar el conflicto y se vaya apagando el foco” pero todo está por verse ya que los espacios opositores darán otro paso que puede ser aún más peligroso para la democracia venezolana.
Mientras la derecha orquesta una Gobierno paralelo, la conflictividad en las calles venezolanas se incrementa. Al respecto, Teruggi, advirtió que “hubo muertos y va haber más muertos porque así funciona la derecha, necesita más revuelo, mayor violencia y no tienen problema en matar gente y decir que fue el chavismo si eso les es funcional para adjudicarle toda la responsabilidad al Ejecutivo nacional”.
Y apuntó a la posibilidad de que desde esos espacios surjan, otra vez, los grupos paramilitares o grupos de asaltos que generen un ambiente propicio para la conflictividad civil.
No obstante, el sociólogo confió en la organización que posee el oficialismo para enfrentar, una vez más, la embestida de Estados Unidos y sus aliados internos: “No hay que subestimar al chavismo, tiene una gran capacidad organizativa y es un movimiento histórico que defenderá el proyecto”.
¿Cómo enfrentará Maduro el intento de Golpe de Estado?
Con la derecha ganando territorio en Latinoamérica y ante un nuevo intento de destitución, las opciones del presidente venezolano no se agotaron y aún le quedan herramientas para enfrentar a los espacios opositores. Además, cabe aclarar, que “este modelo de intervención es el que usa Estados Unidos para intervenir en los países que tiene intereses comerciales y económicos como ocurrió en Siria y Libia”, por lo cual, habrá que ver “cuánta fuerza tienen para imponer un Gobierno paralelo”.
Entre las cartas que hay sobre la mesa, Sgarzini analizó que “el el modo operandi del gobierno chavista es apelar al desgaste. Es decir, que la oposición y EE.UU se lance con todo y avance lo que tenga que avanzar para ir después con un contraataque, entonces, lo que va hacer el gobierno es que la oposición continúe desbocándose, alimentando una expectativa en sus seguidores y a medida que avance se irá desgastando”.
Por otro lado, en un escenario bélico “va actuar el organismo de seguridad mucho más prudente para desarmar los focos de violencia y evitar que el conflicto escale” mientras que “en lo legal el gobierno tiene instrumentos para aplicar la ley cuando hay alguien que usurpa el cargo de presidente de la República”.
“Hay que entender que esto no se mueve por la dinámica de lo legal, sino de la política. Gaudió no va a ser detenido hasta que no se derrote la conspiración”, aclaró el investigador.
En la parte económica, el Gobierno de Maduro buscará “afianzar las relaciones con Rusia, Turquía y China para crear un nuevo circuito de importaciones, de crédito y que le permita bajar la moneda venezolana que no sea el dólar” ya que Venezuela es un país monoproductor de petróleo genera que “cuando baja el barrio, no tiene acceso al crédito para nivelar el precio y la inflación sube generando una situación crítica”.
Ambos especialistas coinciden en que “la situación es complicada” debido al bloque regional por parte del Grupo de Limas, la embestida de la derecha local y el apoyo de Estados Unidos. La situación no es la mejor en términos institucionales si se gesta un Gobierno paralelo, pero ambos apostaron a “la gran capacidad de resistencia y organización del pueblo venezolano”.
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