Organizaciones sociales y políticas de Haití piden a la ONU una indemnización a las víctimas del cólera, que desde 2010 hasta la fecha se ha cobrado unas 10.000 vidas, según datos oficiales.
“Exigimos indemnización, justicia y reparación”, dijo Camille Chalmers, director ejecutivo de la Plataforma Haitiana para el Desarrollo Alternativo y anunció que varias asociaciones se han unido para iniciar una campaña, cuyo objetivo es alcanzar el resarcimiento de las familias damnificadas.
En 2004 desembarcaron unos 10.000 soldados de la Minustah (Misión de la ONU para la Estabilidad en Haití), en medio de un Golpe de Estado contra el entonces presidente Jean Bertrand Aristide, de la misma factura que el boliviano.
Las fuerzas invasoras abandonaron el país 13 años después, en 2017, constituyendo la misión militar más larga desplegada por la ONU.
Sin embargo, su presencia ha sido un desastre total. La introducción del cólera, cuya culpabilidad reconocieron solo seis años después, y los escándalos de violaciones, uso excesivo de la fuerza, hijos abandonados y aumento de los índices de violencia, muestran la verdadera labor de la ONU en Haití.
“La Minustah agravó la crisis sistemática, la crisis estructural de la sociedad haitiana”, y se fueron sin reconocer que deben invertir para ayudar al país a reconstruir lo que destruyeron, subrayó Chalmers, uno de los coordinadores del coloquio internacional “Ocupación, soberanía y solidaridad: Hacia un tribunal popular sobre los crímenes de la Minustah en Haití”, que culmina hoy en la capital.
El dirigente de Alba Movimientos afirma que es “totalmente vergonzosa” la proclamación del éxito de la misión de la ONU en la nación caribeña, cuando durante su presencia se incrementó el nivel de violencia ciudadana.
“Hemos calculado que los muertos por bala en la región metropolitana, pasaron de un promedio anual de 92 personas a 964 en 2012 y 2013, con la Minustah”, denuncia Chalmers, quien añade que la llamada “industria del secuestro”, prácticamente no existía en Haití.
“Apareció con la Minustah y prosperó con la Minustah y se mantiene como un elemento muy importante de desestabilización social y económica en Haití”, lamentó.
Chalmers también insiste en que el cólera impactó de manera negativa a la economía y deterioró aún más su imagen a escala internacional, porque “en 2012 Haití era el país con más casos de cólera en el mundo”.
La ONU tiene que reparar el daño causado. Los movimientos haitianos exigen la edificación de infraestructuras que permitan reforzar el sistema de salud pública y su capacidad de respuesta a este tipo de epidemias.
La universalización del acceso al agua potable es un elemento básico para impedir que reaparezca el cólera y es una inversión menor al monto que la ONU gastaba para mantener sus tropas en Haití durante un año, asegura Chalmers.
“La ONU gastó 9.700 millones de dólares en Haití, y los resultados son visibles cuando uno camina en la calle, no solamente no dio resultado, sino que la situación está empeorando”, deplora.
El coloquio internacional aborda un primer balance sobre la presencia del organismo internacional en Haití, y cuenta con un centenar de organizaciones, movimientos sociales, plataformas haitianas y 25 invitados internacionales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario