Dicen que empezó en la china
en exótico mercau
de animales enjaulaus
destinaos a ser comida,
Y una bacteria escondida
un problema ha desatau.
Pero no era una bacteria.
Un virus en realidá,
que fue multiplicidá
de chinardos infectados.
Hubo muchos contagiados
y hubo muertos además.
Y a causa de tantos viajes
de gente que iba y venía
y descreídos desoían
las advertencias de alerta,
dejaron puertas abiertas
y el asunto se expandía.
Igual que con los fideos
que inventaron esos chatos,
quienes también comen gatos,
los que popularizaron
y del virus se apropiaron
han sido los italianos.
Entonces aquellos bichos,
como si fueran romanos,
a toda Europa avanzaron
con rapidez sorprendente
y en aviones, mucha gente,
por doquier desparramaron.
Fueron las grandes potencias
las primeras afectadas.
Es la gente adinerada
la que viaja por el mundo.
Todo ese poder inmundo
no les sirve para nada.
Quizo Dios que al tercer mundo
nos de un poco de ventaja
para evitar muchas bajas
cerrando nuestras fronteras.
Los dotores y enfermeras
sin descanso ya trabajan.
Alcohol en gel, jabón blanco,
y conservar la distancia,
quedarse guardado en casa,
no salir ni a trabajar.
Solamente ir a comprar
una vez a la semana.
Padre Nuestro de los Cielos
si se acerca de verdá
el fin de la humanidá,
quiero pedirte perdón,
y darte mi corazón
y hacia tu reino marchar.
Mas si ha de sobrevivir
la humanidá renovada,
dejemonos de pavadas.
Me muero por abrazar,
salir corriendo a besar
y reirme a carcajadas.
Y dejarnos de pensar
en lujos acumular
y tan solo ir a buscar
los valores verdaderos.
Y QUE TODO EL MUNDO ENTERO
COMIENCE POR FIN A AMAR.
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