Siempre sentí que la vida tiene tres pilares fundamentales . Dignidad , memoria y esperanza. En estos días veo a una banda de miserables que deshizo el Ministerio de Salud, quemó miles de cunitas, dejó vencer millones de dosis de vacunas, quitó remedios esenciales a jubilados, disparó las tarifas de servicios públicos a cifras imposibles de pagar, tomó préstamos por miles de millones de dolares , sin pasar por la puerta del Congreso. Intentó , a veces lo logró , ensuciar la justicia para meter presos a opositores , asesinó argentinos , quito las netbooks a los chicos , abandonó consultorios ambulantes que atendían a argentinos de bajos recursos, borrraron los pañuelos blancos de las madres de la plaza …..y muchos de los que los votaron volverían a hacerlo. Algunos de esa banda de miserables, en este momento, quiere jugar de “colaboradores” . Mienten . Tienen miedo como todos .
Quieren cubrirse del coronavirus. Creen que olvidamos lo que son. Son la mierda de nuestro país. Huelen a mil metros. No hace falta que se arrodillen y arrastren su dignidad. Hace rato que la perdieron. El Estado, este Estado , garantiza los mismos esfuerzos para todos. Metanse la “colaboración” donde les quepa.
En cuanto a la memoria , me parece que en algunos está fallando. No se puede permitir que las tarifas sigan sometiendo a las economías familiares, no se debe dar acceso a ningún miserable ni siquiera a charlas que involucren al bien común. Ya sabemos de lo que son capaces. La memoria debe permitirnos hacerlos penalmente responsables de los delitos cometidos y deben ser juzgados rápidamente. Ni un día más de impunidad. La memoria no nos permite tener presos políticos ni un minuto más. La memoria no debe olvidar a Santiago Maldonado , a Rafael Nahuel , al pibe electrodependiente que murió porque a sus padres les cortaron la luz. La memoria es un cachetazo a la conciencia que debe ponernos de pie y no retroceder un metro.
Y la esperanza , esa guerreta inclaudicable que no nos deja aflojar , que es noble, buena, generosa, abarcadora espera pacientemente gestos de solidaridad de los que más ganan. La esperanza ve que un legislador gana una fortuna en comparación a un maestro y afloja. La esperanza , que no es tonta , me dice , que entre los cínicos , traidores , vendepatria, corruptos , falaces y cobardes y yo, no hay una grieta. Hay un abismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario