Proletarios Unidos, vieja consigna del padre del Socialismo Ciéntifico Carlos Marx, es un espacio que intentará reflejar, acercar y unir a todos aquéllos que se sientan parte de la clase trabajadora sin distinciones de partidos o ideologías. Así y con respeto, la idea es volcar temas, consignas, debates , opiniones, etc, para fomentar, acrecentar, valorar y concientizar el papel, el rol y los derechos de la clase trabajadora. Como manda la historia nacemos un 1 de mayo.
miércoles, 20 de noviembre de 2019
El proyecto militar de Estados Unidos para el mundo Por Thierry Meyssan
algunos Estados que oponen resistencia, hacerlos retroceder a la era del Caos y reconstruirlos según nuevas leyes [7].
Eso corresponde con lo que decía Condoleezza Rice durante los primeros días de la agresión de 2006 contra el Líbano, cuando aún parecía que
Israel saldría victorioso: “No veo el interés de la diplomacia si es para volver al statu quo ante entre Israel y el Líbano.
Creo que sería un error. Lo que aquí vemos es, en cierta forma, el comienzo, las contracciones del nacimiento de un nuevo Medio Oriente y,
hagamos lo que hagamos, tenemos que estar seguros de que avanzamos hacia el nuevo Medio Oriente y de que no volvemos al antiguo.”
Para Barnett, sin embargo, habría que hacer retroceder a la era del Caos no sólo a los pueblos que oponen resistencia sino a todos los países
que no han alcanzado cierto nivel de vida. Y cuando estén sumidos en el Caos… habrá que mantenerlos en él.
La influencia de los seguidores de Leo Strauss ha disminuido en el Pentágono después del fallecimiento de Andrew Marshall, creador del
“giro hacia Asia” [8].
Una de las grandes rupturas entre el pensamiento de Barnett y lo que pensaban sus predecesores, reside en que Barnett piensa que no
hay que desatar guerras contra tal o más cual país por razones políticas sino contra regiones enteras del mundo porque no están integradas
al sistema económico global. Por supuesto, siempre habrá que empezar por un país en particular, pero se hará favoreciendo la extensión
del conflicto, hasta destruirlo todo… como en el Medio Oriente ampliado (o Gran Medio Oriente). En este momento sigue la guerra,
incluso con despliegue de blindados, tanto en Túnez, Libia, Egipto (en el Sinaí), Palestina, Líbano (en Ain el-Helue y Ras Baalbeck), como
en Siria, Irak, Arabia Saudita (en la ciudad de Qatif), Bahréin, Yemen, Turquía (en Diyarbakir) y Afganistán.
Es por eso que la estrategia neoimperialista de Barnett tendrá que apoyarse obligatoriamente en ciertos elementos de la retórica de
Bernard Lewis y de Samuel Huntington, la “guerra de civilizaciones” [9].
Pero como será imposible justificar que permanezcamos indiferentes ante las desgracias de los pueblos de los países condenados a ser parte
del “tanque” de recursos naturales, habrá que convencernos de que nuestras civilizaciones son incompatibles.
Según este mapa, extraído de un Powerpoint que Thomas P. M. Barnett presentó en 2003 durante una conferencia impartida en el Pentágono,
los Estados de todos los países incluidos en la zona rosada deben ser destruidos. Ese proyecto no tiene nada que ver con la lucha de
clases en el plano nacional, ni con la explotación de los recursos naturales. Después de destruir el Medio Oriente ampliado, los estrategas
estadounidenses se preparan para acabar con los Estados en los países del noroeste de Latinoamérica.
La aplicación del neoimperialismo estadounidense
Esa exactamente es la política que ha venido aplicándose desde el 11 de septiembre de 2001. No se ha terminado ninguna de las guerras desatadas
desde entonces. Desde hace 16 años, las condiciones de vida de los afganos son cada día más terribles y peligrosas. La reconstrucción del
Estado que alguna vez tuvieron, reconstrucción que supuestamente seguiría el modelo aplicado en Alemania o Japón al término de la Segunda
Guerra Mundial, nunca llegó a concretarse. La presencia de las tropas de la OTAN no mejoró la vida de los afganos que, por el contrario, se deterioró
aún más. Todo indica que esa presencia militar de la OTAN es actualmente la causa del problema. A pesar de todos los discursos que
alaban la ayuda internacional, las tropas de la OTAN sólo están en Afganistán para mantener y agravar el caos.
No hay un solo caso de intervención de la OTAN en que los motivos oficiales de la guerra hayan resultado ciertos. No fue cierta la justificación
oficial de la guerra contra Afganistán (motivo invocado: una supuesta responsabilidad de los talibanes en los atentados del 11 de septiembre de 2001),
como tampoco lo fue en la guerra contra Irak (motivo invocado: un supuesto respaldo del presidente Saddam Hussein a los terroristas del 11 de septiembre
y la preparación de armas de destrucción masiva que planeaba utilizar contra Estados Unidos), ni en Libia (supuesto bombardeo del ejército
libio contra su propio pueblo), ni en Siria (dictadura del presidente Assad y de la secta de los alauitas). Y en ningún caso el derrocamiento de
un gobierno ha puesto fin a la guerra. Todas esas guerras se mantienen hoy en día, sin importar la tendencia o el grado de sumisión de
los dirigentes en el poder.
Las “primaveras árabes”, si bien son fruto de una idea del MI6 (Inglaterra) que sigue el modelo de la “revuelta árabe” de 1916 y de las hazañas de Lawrence
de Arabia, fueron incorporadas a la misma estrategia de Estados Unidos. Túnez se ha convertido en un país ingobernable.
En Egipto, donde el ejército nacional logró recuperar el control de la situación, el país está tratando poco a poco de levantar cabeza. Libia se ha convertido en
un campo de batalla, no desde que el Consejo de Seguridad de la ONU adoptó su resolución llamando a proteger la población libia sino después del
asesinato de Muammar el-Kadhafi y la victoria de la OTAN.
Siria es un caso excepcional ya que el Estado nunca pasó a manos de la Hermandad Musulmana y que esta no ha logrado imponer el caos en todo el país.
Pero numerosos grupos yihadistas, vinculados precisamente a esa cofradía, lograron controlar –y todavía controlan– partes del territorio nacional,
instaurando en ellas el caos. Ni el califato del Emirato Islámico (Daesh), ni Idlib bajo al-Qaeda, constituyen Estados donde el islam pueda florecer. Son sólo
zonas de terror sin escuelas ni hospitales. Es probable que gracias a su pueblo, a su ejército y a sus aliados rusos, libaneses e iraníes, Siria logre escapar al
destino que Washington había diseñado para ella. Pero el Medio Oriente ampliado seguirá siendo pasto del fuego hasta que los pueblos entiendan los planes
de sus enemigos.
Ahora vemos como el mismo proceso de destrucción se inicia en el noroeste de Latinoamérica. Los medios de difusión occidentales hablan con desdén de los
desórdenes en Venezuela, pero la guerra que así comienza no habrá de limitarse a ese país. Se extenderá a toda esa región, a esar de que son muy diferentes
las condiciones económicas y políticas de sus países.
Los límites del neoimperialismo estadounidense
A los estrategas estadounidenses les gusta comparar el poder de Estados Unidos al del Imperio Romano. Pero los romanos aportaban seguridad y opulencia a
los pueblos que conquistaban y los incorporaban a su imperio. El Imperio Romano construía monumentos y racionalizaba las sociedades de esos pueblos.
El neoimperialismo estadounidense no tiene intenciones de aportar nada, ni a los pueblos de los Estados estables, ni a los de los países incluidos en el “tanque”
de recursos naturales. Lo que tiene previsto es extorsionar a los primeros y destruir los vínculos sociales en los que se sustenta la unión nacional de los segundos.
Ni siquiera le interesa exterminar a estos últimos sino hacerlos sufrir para que el caos en el que viven convenza a los Estados estables de que para ir a buscar
los recursos que necesitan tienen que contar con la protección de los ejércitos estadounidenses. El proyecto imperialista consideraba hasta ahora que “no se
puede hacer la tortilla sin romper huevos”, o sea admitía que tiene que cometer masacres colaterales para extender su dominación. En adelante, lo que planifica son
masacres generalizadas para imponer definitivamente su autoridad.
El neoimperialismo estadounidense implica que los demás Estados del G8 y sus aliados acepten que la “protección” de sus intereses en el extranjero quede en manos
de los ejércitos de Estados Unidos. Ese condicionamiento no constituye un problema para la Unión Europea, ya sometida desde hace mucho a la voluntad
del amo estadounidense, pero plantea una dura discusión con el Reino Unido y será imposible que Rusia y China la acepten.
Recordando su «relación especial» con Washington, Londres ya exigió participar como socio en el proyecto estadounidense para gobernar el mundo. Fue ese el
sentido del viaje de Theresa May a Estados Unidos, en enero de 2017, pero quedó sin respuesta [10].
Es además inconcebible que los ejércitos de Estados Unidos garanticen la seguridad de las “rutas de la seda”, como hoy lo hacen –junto a las fuerzas británicas–
con las vías marítimas y aéreas que utiliza Occidente. Es también inimaginable que Rusia acepte ahora ponerse de rodillas, después de su exclusión del G8, debido
a su implicación en Siria y en Crimea.
Notas:
[1] Shock and awe: achieving rapid dominance, Harlan K. Ullman y otros autores, ACT Center for Advanced Concepts and Technology, 1996.
[2] Full Spectrum Dominance. U.S. Power in Iraq and Beyond, Rahul Mahajan, Seven Stories Press, 2003.
[3] Network Centric Warfare: Developing and Leveraging Information Superiority, David S. Alberts, John J. Garstka y Frederick P. Stein, CCRP, 1999.
[4] Predator empire: drone warfare and full spectrum dominance, Ian G. R. Shaw, University of Minnesota Press, 2016.
[5] The Pentagon’s New Map, Thomas P. M. Barnett, Putnam Publishing Group, 2004.
[6] “State of the Union Address 1980”, por Jimmy Carter, Voltaire Network, 23 de enero de 1980.
[7] Algunos especialistas en el estudio del pensamiento de Leo Strauss lo interpretan de manera completamente diferente. Pero lo importante
aquí no es lo que realmente pensaba ese filósofo sino lo que profesan quienes, con razón o sin ella, se dicen seguidores de su pensamiento en el
Pentágono. Political Ideas of Leo Strauss, Shadia B. Drury, Palgrave Macmillan, 1988. Leo Strauss and the Politics of American Empire, Anne
Norton, Yale University Press, 2005. Leo Strauss and the conservative movement in America: a critical appraisal, Paul Edward Gottfried, Cambridge
University Press, 2011. Straussophobia: Defending Leo Strauss and Straussians Against Shadia Drury and Other Accusers, Peter Minowitz, Lexington Books, 2016.
[8] The Last Warrior: Andrew Marshall and the Shaping of Modern American Defense Strategy, Chapter 9, Andrew F. Krepinevich y Barry D. Watts, Basic Books, 2015.
[9] «The Clash of Civilizations?» y «The West Unique, Not Universal», Foreign Affairs, 1993 y 1996; The Clash of Civilizations and the Remaking
of World Order, Samuel Huntington, Simon & Schuster, 1996.
[10] “Theresa May addresses US Republican leaders”, por Theresa May, Voltaire Network, 27 de enero de 2017
“En mi opinión eso se llama golpe de Estado”
lunes, 18 de noviembre de 2019
Lectura heterodoxa de la tragedia boliviana
En estos días Nuestra América, como la llamó José Martí, está conmovida y nada indica que la emergencia termine bien ni pronto. El violento golpe de estado en Bolivia que el macrismo y la derecha niegan no deja de producir testimonios, fotos y videos que exhiben la bestialidad de que es capaz el neoliberalismo, como muestran también resistencias poco esperanzadoras, ya que en la violencia siempre pierden los pueblos.
El poder mundial parece decidido a avanzar con provocaciones inéditas para doblegar a las fuerzas populares. Montada sobre el racismo secular de las clases oligárquicas, altas y medias, entrenadas en consumismo, ignorancia, exclusión y odio, acabamos de ver la irrupción política descarada de una fuerza novedosa: las supuestas religiones cuyas "iglesias", "asambleas" o "templos" funcionan como usinas de odio disfrazado de amor y de resentimiento en forma de plegarias que más parecen expresiones de pensamiento mágico.Por eso este golpe es descorazonador: porque redescubrimos que la violencia es parte de la estrategia de dominación. Son violentos para dinamitar la democracia, para sembrar odio, y para hacerse irregularmente con el poder. Y hasta es violencia la amenaza implícita sobre nuestro futuro. Pero no tiene sentido quedarnos en la mera descripción y lamentación cuando es dable pensar que quizá estamos entrando en una etapa histórica nueva, original y gravísima, que mejor haríamos en reconocer, analizar y prever antes de que vengan tiempos peores.
Mientras las armas siguen apuntando contra los pueblos, como vimos hace poco en Ecuador y ahora en Bolivia y Chile, el poder proselitista del neoliberalismo está hoy no sólo en el absolutismo comunicacional, sino también en esos credos que se autodesignan, genéricamente, "evangélicos" o "cristianos". Su poder generador de odio es tanto o más grande que el de los sistemas periodísticos, porque lo disimulan y visten de "amor" aprovechándose de la ignorancia de gente que se cree testigo de supuestas "liberaciones" de Satanases encarnados por reformadores sociales como Evo Morales.
Quizá estemos asistiendo a un cambio estratégico extraordinario y fundamental del neoliberalismo como ideología contemporánea, que se consolida hoy en todo el mundo desde que se insinuó en guerras religiosas y étnicas provocadas en otros continentes, en los últimos años, para conquistar el petróleo. Ahora le ha tocado a Bolivia, pletórica de litio, petróleo y gas, donde el sunami neoliberal se gestó en el control religioso-ideológico de las burguesías urbanas, cuyo fanatismo estamos viendo. ¿O no fue impactante ver en estos días tantos videos viralizados de supuestos "pastores" generando odio y violencia desde la palabra "amor"?
Por eso el golpe en Bolivia no fue solamente un golpe de la derecha económica de Santa Cruz de la Sierra. La tragedia boliviana es mucho más que eso, acaso el debut de una nueva estrategia imperial de utilización de iglesias truchas que se dicen "evangélicas", y que en los Estados Unidos tienen un inmenso poder y control económico sobre vastos sectores que se consideran deificados, testigos, misioneros y otras designaciones que, partiendo de promesas de amor, acaban irracionales y fanatizados.
Al frente de ellas hemos visto estos días videos viralizados de arengas de impostores autoproclamados "pastores". De los que también hay centenares en la Argentina, muchos ya están en la política e incluso algunos son auspiciados y/o protegidos por prominentes políticos argentinos. Lo que no es extraño: así llegaron a gobernar a ese gigante que es Brasil. Y no faltan quienes sugieren que algunos pueden ser incluso testaferros de narcopoderes.
Quizás lo que derrocó a Evo también fue esto, que nadie esperaba. Creo que ni Evo ni García Lineras lo esperaban. Porque electoralmente y para la lucha de clases, económica, de poder, Evo estaba fuerte. Pero ante el fanatismo y la violencia que vimos desatarse ahora, Evo cayó en tres días.
Todo esto autorizaría a considerar que acaso el sistema de dominación planetaria ya no es multinacional. En todo caso es "a-nacional", como lo define el ex juez federal y constitucionalista cordobés Miguel Rodríguez Villafañe. Es "a-nacional" porque su objetivo es destrozar al Estado, puesto que el Estado es un concepto ordenador, que pone límites. Todas las naciones, bien o mal, regulan; todas cobran impuestos, establecen leyes de producción industrial y de competencia comercial, buenas o malas pero reglas al fin. E incluso son forzadas, aunque no las cumplen, a cada vez más estrictas normas de cuidado ambiental.
Por eso hace ya tiempo que esta columna al Sr. Trump lo llama "presidente del planeta" y no de los Estados Unidos. Y también por eso reiteramos el dato, no menor, de que en 1945 al terminar la 2ª guerra mundial la Tierra era habitada por 1.500 millones de habitantes. Que 75 años después han aumentado cinco veces: hoy son 7.500 millones de personas en decenas de naciones, que, de hecho, son 7.500 millones de clientes, consumidores, usuarios. O sea sujetos que todavía tienen derechos en algunos países, pero que en un mundo a-nacional podrían obstruir o molestar la concentración capitalista. La pregunta que surge entonces, desde el punto de vista del capitalismo, es: ¿cuál sería la manera de no estar sometidos a esas limitaciones y reglas molestas? Respuesta: Un estado mundial, un mundo "a-nacional".
La historia de la humanidad es también la historia de la lucha por los derechos ciudadanos, que es lo que hoy están aplastando en Bolivia con el auspicio de los dueños del mundo y sus perros falderos locales. Y todo con la excusa inicial de acusar a Evo de querer "eternizarse" en el gobierno de Bolivia después de 12 años, soslayando que Angela Merkel gobierna Alemania desde hace 14, Vladimir Putin está en el poder en Rusia desde el 2000, y el súper aliado Arabia Saudita es el único país musulmán donde jamás hubo elecciones.
Mientras los grandes diarios y la tele se llenan la boca de Cuba y Venezuela pero no dicen ni mú del horror que viven millones de vecinos, el drama boliviano funge como ensayo de negación del concepto mismo de golpe de estado. Lo que replantea la idea basal de El Manifiesto Argentino desde hace muchos años: la necesidad de una nueva Constitución Nacional. Que sabemos que no es urgencia del momento, pero es una bandera que no arriamos. Y que en algún futuro flameará, para, entre otras cosas, separar al Estado de todas las iglesias y hacer el gran cambio en la Justicia que este país exige.
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miércoles, 13 de noviembre de 2019
Vida de Jauretche
Conferencia de Evo Morales
martes, 12 de noviembre de 2019
La tragedia boliviana del Golpe de Estado contra Morales
Los responsables del GOLPE DE ESTADO en Bolivia
Gerardo Morales, gobernador de Jujuy e Ivanka Trump artífices materiales para perpetrar el golpe de Estado en Bolivia
La historia contará que el golpe de estado de hoy en Bolivia se realizó con dinero de EEUU que la hija de Trupm trajo a Jujuy y Gerardo Morales llevó a Camacho en su viaje a Santa Cruz.
El papel de Jujuy en este golpe (espero que en la historia quede como intento) es el de llevar el financiamiento de EEUU a Santa Cruz de la Sierra. Los primeros días de septiembre llegó con excusa de la visita de
Ivanka Trump un gigante equipo militar y económico de la CIA. El mismo fue camuflado como equipos de la Brigada de Incendios Forestales del Ministerio de Ambiente de Jujuy y se envió como recambio a la "hermana nación" de Bolivia. En ese entonces Jujuy envío
"ayuda" para combatir los incendios de la Amazonía Boliviana.
También los ejercicios militares de paracaidistas realizados en los últimos meses en la puna jujeña son parte de los preparativos para la eventual invasión territorial de Departamento de Estado de EEUU al país andino
con apoyo argentino.
lunes, 11 de noviembre de 2019
Exageración y cambio: cayó Evo Morales el presidente boliviano mas exitoso
Némesis es la diosa griega que castiga la desmesura. Para dejar claro a los mortales que debido a su condición humana, no pueden ser excesivamente afortunados, ni deben trastocar con sus actos, ya sean buenos o malos, el equilibrio universal. Un claro ejemplo lo encontramos hoy con Evo Morales, a quién su éxito como presidente de Bolivia lo llevó a su perdición.
Por Redacción 11/11/2019
La llegada al poder de Evo Morales en 2005 fue un hecho histórico. Por primera vez, Bolivia tenía un presidente indígena como lo es el 60 % de su población. El hasta entonces humilde líder cocalero, le dio un tinte refundacional a su gobierno, y según todos los indicadores económicos y sociales, la gestión de Morales hasta ahora fue exitosa.
Basada especialmente en una alianza con la petrolera española Repsol, que en su momento contó con la bendición del entonces presidente Néstor Kirchner, y su jefe de Gabinete, el hoy presidente electo Alberto Fernández. Y en exportaciones de otros minerales y derivados de la soja. Pero cuya economía se encuentra un tanto alicaída actualmente, por efecto de la caída de los precios de las materias primas, que también afecta otros países de la región.
junto con el presidente de Repsol, Antonio Brufau.
Con la aparición ahora del del litio, insumo estratégico para el almacenamiento de la energía eléctrica, que dio lugar a la creación de YLB (Yacimientos de Litio Bolivianos). Y a vastos acuerdos con la República Popular China para la extracción e industrialización. de los enormes yacimientos con cuenta. Habiendo quedado de por medio relegada en sus aspiraciones respecto este insumo estratégico la República Federal de Alemania.
Tras llegar a la presidencia, Evo Morales promovió el dictado de una nueva Constitución con sustanciales innovaciones, en sustitución de la que solo le otorgaba un único mandato. Y así se reeligió en el 2009. Y luego logró que un Tribunal Constitucional amigo lo habilitara a un tercer mandato, diciendo que ellos debían computarse a partir de la nueva Constitución. Así se rereeligió en el 2014.
A continuación mediante un referéndum, promovió un cambio constitucional, que le permitiera una rerereelección indefinida. Al que perdió porque el 51,3 % de los bolivianos dijo no. Ante ello, logró que el Tribunal Constitucional amigo dijera que el impedimento a rerereelegirse, violaba sus derechos humanos, y lo habilitó a presentarse en la actual elección.
En la cual sabiendo que un balotaje le iba a resultar adverso, debía triunfar con una diferencia del 10 % de los votos, para no tener que ir al mismo, según demanda la Constitución. Con el escrutinio provisorio avanzado en más de un 80 %, esa diferencia no la conseguía. Y allí anómalamente el mismo se interrumpió sospechosamente durante 23 horas.
Para anunciar finalmente que Evo Morales había ganado con unas milesimas por sobre el 10 %. No obstante que conteos y bocas de urna independientes aseguraban que no había conseguido esa diferencia. Lo mismo hizo luego el Tribunal Electoral tras el escrutinio definitivo, no obstante haber convenido Evo con la OEA, la realización de una auditoría, cuyas conclusiones serían vinculantes.
De esa manera Evo y su karma, con esa desmesura de rerereeleción que podía tornarse indefinida, construyeron una tormenta perfecta. Que la Comisión de la OEA remató con un informe fundado, concluyendo que no había habido transparencia en el escrutinio, y había anomalías en sus actas.
Resultando imposible su saneamiento con el recuento de los votos, al no preservar el sistema electoral boliviano las ánforas o urnas que los contienen, y basarse exclusivamente el escrutinio en las actas del mismo. Recomendando por ende una nueva elección, con nuevas autoridades electorales.
El informe presenta un gráfico lapidario, que se puede ver seguidamente, que muestra con la densidad de los puntos negros, como creció el voto a favor de Evo Morales en los últimos momentos del escrutinio, tras haberse este suspendido, llegando hasta el 100 % en muchas mesas.
Lo cual en términos de probabilidad estadística, señalaría la existencia de un fraude, Hipótesis que se ve afianzada al constatarse la falsificación de numerosas actas de escrutinios, incluidas las de sus autoridades, y la quema de otras.
Así el caos se extendió en Bolivia, con lamentables hechos de violencia en contra de los simpatizantes de Evo. Y ante ello la policía y las fuerzas armadas, se negaron a reprimir, «sugiriéndole» a Evo que renunciara. Cosa que hizo ante la indefensión en la que se encontraba él, sus funcionarios, y sus adherentes.
Técnicamente esta actitud asumida por las denominadas fuerzas del orden, es un golpe de Estado. Dado que ese «sugerimiento» tenía como elemento coercitivo, la pérdida del gobierno del monopolio de la fuerza, que es el rasgo esencial de un estado moderno.
Se trata de una muy torpe decisión política, que seguramente tendrá secuelas agravando el conflicto, en lugar de solucionarlo. Y puede llevar a Bolivia a una guerra civil, dado que las duras bases del MAS (Movimiento al Socialismo), el partido de EVO Morales, difícilmente aceptarán pacíficamente ese resultado. Tal como se está viendo actualmente en Bolivia, en donde en lugar de cesar el caos, el mismo se ha acentuado.
Pero también se puede decir que ese absurdo golpe de estado fue incubado por el mismo Evo Morales, que incurrió en la desmesura de querer perpetuarse en el poder, cuando claramente el pueblo boliviano en un plebiscito le había dicho no.
Dando pábulo así al descalificante mote en un marco democrático de «dictador», no obstante haber ganado elecciones con grandes mayorías, por los atajos que usó e intentó para perpetuarse en el poder, por lo menos casi 20 años. Que en términos humanos según el tango no es nada, pero en términos políticos pueden parecer una eternidad. Agravado por las sospechas de fraude, que es un crimen de lesa democracia.
Abriendo un flanco impensado a favor de sus opositores y detractores, que son muchos, afincados principalmente en los departamentos de Santa Cruz y Tarija. Y del presidente Donald Trump de EEUU, que tenía a Bolivia en la mira, por ser el estado «bolivariano» subsistente, además de Venezuela. E integrar en defensa de este país el grupo Montevideo, junto con Uruguay, México, y la Comunidad del Caribe. A lo que cabe agregar los intereses geopolíticos que se mueven detrás del litio.
Cuando los emperadores y generales romanos aparecían ante su pueblo enfebrecido y eran aclamados triunfalmente, un esclavo que sostenía sobre sus cabezas una corona de laurel les susurraba al oído “memento mori”. Que en latín quiere decir “recuerda que eres mortal”, para que no se creyeran dioses, desmesura que castiga Némesis.
Por perder la alineación con el cosmos, que tiene como eje la insignificancia de la condición humana, frágil, perecedera, e inpermanente. Muchos líderes latinoamericanos y del mundo, en vez de tener quién le susurre al oído su “memento mori”, están rodeados de adulones que le dicen que son dioses, y así los llevan a su perdición.-
Bolivia por Atilio Borón
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lunes, 4 de noviembre de 2019
domingo, 3 de noviembre de 2019
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