Nuevamente las encuestadoras le erraron feo, y lo mismo las bocas de urna. Tras las elecciones provinciales en Mendoza, Stripteasedelpoder advirtió tempranamente que la mano no venía como estas decían. La cual acorde el tradicional cuento de la liebre y la tortuga, le permitió a Juntos por el Cambio, profundizando la grieta y explotando el voto religioso, dibujar un seudo balotaje en el escrutinio provisorio, lucir una derrota digna, y conservar la primera minoría en Diputados. Mientras que el Frente de Todos se durmió en los laureles y desperdició la oportunidad de triunfar con una mayoría absoluta o plebiscitaria, lo cual seguramente incidirá durante su mandato para bien o para mal.
Tras la elección provincial para elegir autoridades en Mendoza, el 1 de octubre Striptease publico la nota con título Alerta para los Fernández: dura derrota de La Cámpora en Mendoza ¿aparece el voto religioso?, que a la luz de algunos post, no cayó muy bien en algunos lectores de Stripteasedelpoder.
La cual no obstante anticipaba la parcial reversión de la paliza recibida en las PASO por parte de Juntos por el Cambio, poniendo nuevamente en evidencia que los triunfos embriagan, y las derrotas enseñan. Al menos para que como en este caso, ella fnalmente no resultara estruendosa.
Tal como parece haberlo logrado el actual oficialismo, que pasará a ser oposición, detentando la primera minoría en la Cámara de Diputados, y la segunda minoría en la de Senadores. Que no es poca cosa, al poder impedir si no cuentan con su consentimiento, la obtención en el Congreso de las mayorías agravadas que exigen ciertas leyes. Precisamente las de índoles más delicadas. Además de intervenir en el estratégico Consejo de la Magistratura.
El sesgamiento del escrutinio provisorio
Yendo de lo superficial a lo profundo, el gobierno de Juntos por el Cambio, además de una recomposición de la paliza, reduciendo a la mitad la diferencia registrada en las PASO, se las ingenió también para dibujar, mediante la manipulación del escrutinio provisorio, un cuasi balotaje. Al mostrar los resultados electorales de ambas fuerzas políticas enfrentadas, dentro del margen simbólico del 40 %.
Cuando es probable de que con el escrutinio definitivo, Juntos por el Cambio caiga levemente por debajo de ese guarismo simbólico, y por eso detuvo el escrutinio provisorio a las 2:46 de la madrugada del día siguiente a las elecciones, cuando aun faltaban escrutar casi un 3 % de los votos. El que acorde los resultados publicados, representa al menos una masa de 800 mil votos pendientes de computar.
Clavando así el resultado de la elección para Juntos por el Cambio, en 37 décimas arriba del 40 %. Tras el permanente descenso que registró a partir del anuncio que a las 21 horas efectuó el ministro del Interior Rogelio Frigerio, que el resultado era 41,42 % para Juntos por el Cambio y 47,21 % para el Frente de Todos. El que a partir de allí fue subiendo hasta superar el 48 %, y seguramente se acercará hacia el 49 % con el escrutinio definitivo. Cerrando así la elección con una ventaja del orden de los diez puntos, que es el otro invalidante para poder llegar al balotaje.
Ese primer resultado, le hizo exclamar al comunicador ultraoficialista Luis Majul, una frase de antología de la estupidez y obsecuencia humana, al expresar en el canal América: “No es una mala elección de Macri y tampoco de Fernández: para mí es un empate técnico”. Sin apreciar que se trataba de una elección definitiva, no de una encuesta estadística. Donde generalmente se acepta que hay un margen de error de más o menos 3 %.
Al respecto el sesgamiento que hubo en la carga de datos resulta notable. Con el objeto de que esa primera impresión, sea la que quede fijada en la mente del ciudadano común, y a eso se dirigía el estulto comentario de Majul. Sabiendo que no le interesan a nadie los resultados del escrutinio definitivo, que aparecen dos semanas después.
Ese impacto se manifestó elocuentemente en el silenció que cundió en el bunker del Frente de Todos, y la prudente algarabía que suscitó en el de Juntos por el Cambio. Ilusionados en llegar a un balotaje, con un descenso del guarismo del Frente de Todos, una milésima por debajo del 45 %. El cual con esa primera impresión, no parecía un objetivo inalcanzable.
El siguiente grafico donde se consigna los resultados que faltan cargar de cada distrito electoral, distinguiendo con color amarillo los que triunfo Juntos por el Cambio, y con color azul los del Frente de Todos, pone en evidencia ese sesgamiento en la carga de datos.
Al estar ubicadas en los primeros doce puestos, los seis distritos en el que triunfo Juntos por el Cambio. Y en los seis primeros puestos, los cuatro distritos con mayor cantidad de electores en los que triunfó Juntos por el Cambio: Santa Fe, Córdoba, CABA, y Mendoza.
Con registros de faltante del 1 % o menores, mientras que en los últimos puestos de la tabla luce el gran elector que es la provincia de Buenos Aires, con un faltante más de cuatro veces superior, del 4,1 %. Además de Corrientes, provincia de la que solo se cargó poco más del 85 %.
La polarización frente al Frente de Todos
Por otro lado es notable la polarización que se habría dado, a los fines de impedir el triunfo del Frente de Todos, como se puede ver en el siguiente gráfico. Donde se exponen las diferencias que hubo en la reciente elección en base a los números del escrutinio provisorio, respecto los resultados de las PASO.
En la cual se observa que el Frente de Todos solo aumento 268 mil votos, mientras que Juntos por el Cambio, lo hizo nueve veces más, 2,35 millones de votos. No obstante que los nuevos votantes, que no concurrieron a las PASO, fueron solo 734 mil. O sea solo un 31 % de los nuevos votos obtenidos por Junto por el Cambio.
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