jueves, 27 de julio de 2017

EL AFFAIRE LUSITANIA


Este buque de línea inglés, construido sobre la base de especificaciones militares, se utilizaba como nave de pasajeros, aunque llevaba ocultas a bordo municiones cuya adquisición y embarque eran responsabilidad del banquero Morgan. La embajada alemana, en conocimiento de lo que se embarcaba, quiso evitar un incidente que introdujera a EEUU en la guerra, por lo que presentó un aviso a publicarse en 50 diarios de la Costa Este norteamericana una semana antes del embarque, para prevenir a los ciudadanos de EEUU de los peligros que entrañaba viajar en buques ingleses por zonas de guerra. Sin embargo, Morgan logró impedir la publicación de casi todos los avisos y el 1º de mayo de 1915 el buque zarpó con 195 pasajeros norteamericanos a bordo. Del otro lado del océano, Winston Churchill, que en aquel entonces era el Primer Lord del Almirantazgo, organizaba el encuentro fatal. Hizo volver a la escolta de destructores cuya protección al Lusitania estaba planeada, ni bien éste alcanzó las aguas bajo control de los submarinos alemanes. Asimismo ordenó que el navío siguiera a tres cuartas partes de su velocidad con el objeto de "conservar carbón". Fue un blanco fácil. Un solo torpedo que dió en el sector de estribor hizo detonar las municiones almacenadas abajo, con lo que voló el fondo de la proa y el barco se hundió en menos de dieciocho minutos. Distintas fuentes indican que el mismo rey Jorge V estaba al tanto y seguía el progreso del Lusitania. Mas tarde la investigación oficial adjudicó la culpa al capitán del buque, pero acto seguido, el director de la investigación, Lord Mersey, presentó su dimisión a la justicia británica. En los EEUU, Morgan subió el tono de los editoriales para convencer a los norteamericanos que se mantuvieran del lado de la conducta civilizada apoyando a los aliados, cantilena que se repitió persistentemente, hasta que el Congreso declarara la guerra. Pero antes de que ésto ocurriera, el 13 de marzo de 1916 el presidente Wilson firmó un tratado secreto con Inglaterra, sin conocimiento ni consentimiento del Senado de los Estados Unidos. El tratado equivalía a una trama diplomática cuyo fin era que EEUU ingresara a la guerra contra Alemania. En ese momento la opinión pública aún se oponía a ese proyecto. A principios de 1917 los ingleses temieron estar a punto de tener que rendirse a Alemania, ya que el bloqueo de los submarinos logró con éxito reducir su reserva de alimentos, que hubieran alcanzado apenas para unas semanas mas. Morgan se vió imposibilitado de encontrar compradores para los bonos de guerra británicos, ya que frente a la rendición inglesa, perderían todo valor y sin bonos suplementarios, el suministro de material de guerra cesaría y la contienda se perdería sin remedio. Se ejerció entonses una presión intensa sobre el Congreso de los EEUU para que proveyera el dinero necesario para continuar con la guerra. La presión del presidente y de la prensa logró vencer la resistencia del Congreso. El 15 de abril de 1917 para gran regocijo de entre otros, los fideicomisarios de la "Fundación Carnegie para la Paz Internacional" la guerra fué declarada oficialmente. Entre el 15 de abril de 1917 y el 31 de octubre de 1919, cuando los últimos soldados norteamericanos llegaron devuelta, el desembolso total de los EEUU en la guerra sumaban unos 35 billones de dólares. Durante esos años el suministro de dinero se duplicó (de 20 a 40 billones de dólares) mientras el poder adquisitivo del dólar bajaba a la mitad. Por lo tanto el pueblo pagó por la vía del impuesto oculto de la inflación, mientras los bancos recibían intereses por el dinero que habían creado de la nada. El mismo proceso se repitió durante la Segunda Guerra Mundial, como también en todas las que le siguieron. Del libro "Cómo funciona REALMENTE el mundo" de Alan B. Jones, pag. 102 a 104

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