TRÁNSITO del CAPITALISMO al SOCIALISMO como IDEOLOGÍA y MODELO de DESARROLLO (del libro “Curso del Socialismo” de mi autoría)
La necesidad de liberarnos del yugo Capitalista explotador que únicamente pueden conseguir países con niveles culturales alto (para lo cual debemos prepararnos por medio de una educación -más que formadora, transformadora-, el ambiente es propicio y el terreno está abonado dado que, a medida que se agudicen las contradicciones del Capitalismo se despertará la Consciencia del pueblo y se revolucionará la Sociedad), nos obligará a mentalizarnos o ideologizarnos en forma concienzuda, ya que éste -el depredador régimen- viene dando indicios de los períodos críticos y decadentistas, los que debemos aprovechar reimpulsando la idea de los organismos de Integración Regional Latinoamericanos, con miras al Socialismo, lógicamente, que frenará la perniciosa dependencia a la que hemos sido sometidos por cuenta de los gobernantes títeres y de la súper potencia yanqui.
He aquí la razón histórica bien explicadita, para ser digerida o asimilada y puesta en práctica con Consciencia y la Justicia Social que nos merecemos.
Veamos, pues, cómo se realizó ese proceso histórico de maduración ideológica, que se inició en la Antigüedad tanto con el Idealismo clásico -Subjetivo y Objetivo- como con el Materialismo clásico y la Dialéctica originaria, seguido en la edad Moderna por los pronunciamientos de René Descartes con su Racionalismo (que, partiendo del Sujeto, impuso en el centro de la polémica la Subjetividad y el Sujetivismo -cambiando el eje teológico por el antropocentrismo-), continuado por Inmanuel Kant con el Idealismo Crítico y trascendental (mezcla de idealismo y empirismo -señalando al Hombre como el Sujeto cognoscente -que conoce al Objeto-, afirmando, es sujeto en cuanto conoce y Objeto, en cuanto es conocido); idea, que en la edad Contemporánea, Federico Hegel, con su Idealismo absoluto (poniendo como ejemplo ´la Dialéctica del Amo y el Esclavo´ -en su magistral libro “Fenomenología del Espíritu”- explica dicha relación, dejando ver los tres pasos de la Dialéctica : Afirmación, Negación y Negación de la Negación, conciliación concluyente representada en Tesis. Antítesis y Síntesis) asegurando, que “la Razón se realiza en la Historia a través del Sujeto”, añadiendo : ´todo lo real es racional y todo lo racional es real´; entonces, como la historia es la realidad racional y lo racional es lo real, la Historia es la realidad total o la Totalidad de lo real en cuanto a desenvolvimiento histórico : el Sujeto hace la historia y, en la historia, se desarrolla el Sujeto, es decir, “la historia es un desarrollo dialéctico del Sujeto, que puede ser caótico o progresivo”. Para ese momento, dicho por Hegel, el Sujeto histórico de vanguardia es la burguesía, que desbancó a la monarquía e impuso el capitalismo apoderándose del poder total.
En su afán de dominio, la burguesía se constituyó en amo de quienes o a quien esclaviza, al que explota, poniéndolo a su servicio y/o haciéndole trabajar la materia -prima- transformándola en mercancía (comida, vestidos, alhajas y otros objetos útiles y necesarios), presentándose irónicamente, el fenómeno, donde el esclavo, al trabajar, se hace objeto de cultura o cultor, etc., mientras que el amo, por el ocio, pasividad o falto de actividad física y hasta mental, embriagado por la riqueza, el poder, el goce de tener quien lo atienda y demás, se vuelve ocioso, vago, incluso, parásito y tiende a enfermarse.
Este es todo el meollo histórico presentado que viene causando injusticias, retraso e inclusive, descomposición social (impedimento, bien ocultado por la clase dominante para no ir a perder sus grandes privilegios) desde la implantación de los regímenes de propiedad privada comenzando con el Esclavismo, seguido del Feudalismo que desembocó en Capitalismo (que se volvió un régimen depredador a la inmensa mayoría que no cuenta con suficiente capital para competir con los que lo poseen).
Es aquí donde Carlos Marx, como dialéctico materialista, pensando en las consecuencias que trajo la imposición de la “democracia” burguesa, intervino para revolucionar tan anómala situación equilibrando la balanza de la justicia y lograr equidad, reivindicando a ese sujeto -el proletariado o clase trabajadora-, convirtiéndolo en el nuevo Sujeto histórico, que si se lo propusiera, ´tomando consciencia de clase´, transformaría el mundo por ser el llamado a hacerlo (en esto, los philósofos, creemos, que además del proletariado deben sumarse todos aquellos que se han indignado o han sido objeto de violación de derechos : el campesinado, el estudiantado, el profesorado y el pueblo raso no trabajador, ese que no ha podido mostrar su valía o productividad por no brindársele esa oportunidad).
Se recomienda, muy especialmente, la lectura, estudio y debida interpretación de los documentos reseñados, sacándoles el máximo provecho llevándolos a la práctica.
El paso del idealismo dialéctico al materialismo dialéctico lo da Feuerbach (ideología que iniciara como materialismo clásico en Leucipo, Demócrito, Epicuro, Lucrecio Caro y otros -mezclada con la concepción dialéctica, originada en Heráclito, enseñada a su discípulo Cratilo y retomada por Platón, que le transmitiera a su alumno Aristóteles- y llevara a Idealismo Dialéctico el eminente Guillermo Federico Hegel).
En este tránsito, los Neohegelianos o hegelianos de izquierda (Feuerbach, Marx y seguidores) se constituyeron en el puente hacia la máxima comprensión de esa nueva realidad política -económico-social-, procediendo a hacer lo que hicieron
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