La ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner adelantó ayer su viaje a la Capital Federal para estar hoy en el juzgado de Claudio Bonadío y terminar con los dos tramites burocráticos de huellas dactilares y estudio socio-ambiental, para luego si, a través de su abogado, el Doctor Carlos Beraldi, pedir en los distintos juzgados donde hay causas abiertas, que le permitan ir a despedir los restos del comandante Fidel Castro a La Habana.
Ayer, Cristina pidió a los militantes que no concurran a Comodoro Py para que no haya ninguna provocación de las fuerzas policiales a los militantes. “Prefiero que esos 700 uniformados en vez de ir a Retiro puedan ser destinados donde el pueblo los está necesitando, lamentablemente, cada vez más…”, afirmó la ex presisidenta.
El equipo que rodea a CFK consideró que con el video-reality grabado el viernes quedó claro que Bonadío estaba sometiendo a la ex presidenta a una persecución política. Las imágenes mostraron que ella podría haber dejado las huellas digitales en la delegación de la Policía Federal de Río gallegos, lugar que visitó en su periplo filmado. No hay diferencia si la toma se hace en un lado u otro: el resultado es el mismo. A esto se agrega que el estudio socio-ambiental pedido por Bonadío consiste simplemente en llenar un formulario en el que se pregunta por los nombres de los padres, la dirección, de dónde obtiene sus ingresos y detalles burocráticos de ese estilo. Tampoco se alteran los resultados si se completa en un lugar u otro. CFK viene sosteniendo desde el primer día que no había ninguna razón para hacerla viajar 2.500 kilómetros para cumplir con esas dos medidas administrativas elementales.
Hoy por hoy, Bonadío responde a las presiones del Grupo Clarín y desde hace una semana vienen presionando para que Cristina viaje desde el sur hasta la Capital Federal a realizar ese pequeño tramite. En caso que no hubiera concurrido, el juez tenía decidido enviarle la fuerza pública para traerla esposada.
Tres días de duelo. La provincia de San Luis, decretó a través de su gobernador, Alberto Rodríguez Saá, tres días de duelo provincial por la muerte del líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro, por lo que las banderas nacionales y provinciales se mantienen a media asta.
La decisión fue adoptada a través del decreto 7734, en el que se resaltó que “el gobierno de la provincia de San Luis mantiene estrechos vínculos de cooperación con la República de Cuba”.
La decisión responde a unas estrechas relaciones que mantuvieron los hermanos Rodríguez Saá con el histórico dirigente cubano a lo largo de las últimas tres décadas. De hecho, según informó la Agencia de Noticias de San Luis, el gobernador de la provincia se puso en contacto por teléfono con el embajador cubano en la Argentina, Orestes Pérez, donde expresaron sus condolencias.
“Recordaron los vínculos que unieron a lo largo del tiempo a San Luis y Cuba, desde la VIII Conferencia Cumbre del Movimiento de Países no Alineados, celebrada en Harare, capital de Zimbabwe, en septiembre de 1986, cuando la delegación argentina estuvo encabezada por el entonces presidente Raúl Alfonsín y a la que Rodríguez Saá asistió en carácter de senador nacional (…) En aquella ocasión, Rodríguez Saá y Castro mantuvieron una reunión privada”, explicó la agencia de noticias puntana.
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