martes, 13 de febrero de 2018

Cielos abiertos para las corporaciones globales


Desde que Macri asumió la presidencia las autorizaciones ya suman 23. La gran mayoría de los nuevos proveedores de servicios le quitan mercado a Arsat. Los dos últimos que vieron luz verde la semana pasada fueron Eutelsat 117 West-B y SES-14. Por Fernando Krakowiak Mientras crece el número de satélites extranjeros, el proyecto de construcción del Arsat 3 continúa paralizado. En lo que va del año, el gobierno autorizó nueve satélites extranjeros a operar en el país. Desde que Mauricio Macri asumió la presidencia las autorizaciones ya suman 23. La gran mayoría de los nuevos proveedores de servicios le quitan mercado a la estatal Arsat. Los dos últimos que vieron luz verde la semana pasada fueron Eutelsat 117 West-B y SES-14, que hicieron valer acuerdos de reciprocidad satelital vigentes con México y Brasil respectivamente, pese a que los satélites aprobados son propiedad de empresas europeas. Además, como advirtió el sitio especializado latamsatelital.com, ninguno de esos países todavía autorizó a operar en sus territorios al Arsat 2. Mientras crece el número de satélites extranjeros, el proyecto de construcción del Arsat 3 continúa paralizado. A partir de los compromisos asumidos por el gobierno de Carlos Menem en la Organización Mundial del Comercio, ratificados por las leyes 24.495 de diciembre de 1994 y 25.000 de julio de 1998, Argentina liberalizó sus servicios de telecomunicaciones en noviembre de 2000. La única excepción fue la provisión de facilidades satelitales ya que en febrero de 1993 el gobierno le había adjudicado a un consorcio extranjero un contrato para la provisión, puesta en servicio y operación del sistema satelital nacional y en el contrato se aclaró expresamente que el Estado argentino no autorizaría a terceros prestadores de satélites extranjeros si no existía un convenio de reciprocidad de tratamiento por parte del Estado al que pertenecía dicho prestador. La liberalización en parte se produjo porque el gobierno incorporó las condiciones para la firma de acuerdos de reciprocidad en el Reglamento de Gestión y Servicios Satelitales y luego cerró convenios con Estados Unidos, Canadá, México, España, Brasil y Holanda. En los hechos, esos tratados tuvieron poco de reciprocidad y sirvieron fundamentalmente para que consorcios extranjeros pudieran comenzar a brindar servicios satelitales en el país. En esta ocasión, la decisión de hacer valer los acuerdos de reciprocidad con México y Brasil para habilitar el ingreso de nuevos satélites es polémica no solo porque no hay reciprocidad sino porque los satélites autorizados a partir de esos convenios no son ni mexicanos ni brasileños. La resolución 69-E/2018 del Ministerio de Modernización publicada el pasado lunes 5 de febrero en el Boletín Oficial autoriza a la empresa Satélites Mexicanos S.A. (Satmex) a proveer facilidades satelitales a través del Eutelsat 117 West-B, fabricado por Boeing, haciendo valer un acuerdo de reciprocidad firmado con México que se incorporó a la legislación nacional a través de la resolución 250 del 25 de noviembre de 2002. Lo que no se aclara en la resolución es que la mexicana Satmex es controlada por la francesa Eutelsat, a punto tal que cambió su nombre por Eutelsat Americas. De hecho, Eutelsat 117 West-B fue lanzado el 26 de marzo de 2013 con el nombre Satmex 8, pero en enero de 2014 Eutelsat cerró la compra de Satmex y el 21 de mayo de 2014 renombró toda la flota de satélites adquiridos. La filial Eutelsat Americas opera seis satélites: Eutelsat 117 West-B y West-A, Eutelsat 115 West-B, Eutelsat 113-West-A, Eutelsat 65-West-A y Eutelsat 8 West-B. Además del Eutelsat 117 West-B, el gobierno de Macri ya autorizó otros tres de ese listado durante la gestión de Oscar Aguad al frente del Ministerio de Comunicaciones: Eutelsat 113 WA el 19 de agosto de 2016 y Eutelsat 115 WA y Eutelsat 117 WA el 3 de octubre del mismo año. Aquellas autorizaciones llegaron luego de que en enero de 2016 Aguad y el embajador francés Jean-Michel Casa ratificarán la decisión de reforzar y ampliar los vínculos de cooperación entre Argentina y Francia en materia satelital, lo cual se reforzó el mes siguiente cuando el entonces presidente francés François Hollande visitó el país. Los satélites franceses operan en las bandas C y Ku, las mismas en las que brinda servicio el Arsat 2, el cual todavía no tiene vendida toda su capacidad en ambas bandas. Igual aunque esa capacidad terminase de ser vendida, la ley 27.208 de Desarrollo de la Industria Satelital aprobada en noviembre de 2015 contempla la construcción de nuevos satélites argentinos, situación que evidentemente se complica si la competencia extranjera se incrementa. De hecho, el proyecto de construcción del Arsat 3 continúa paralizado. El caso de Brasil es similar al de México. El gobierno autorizó el lunes pasado el satélite SES-14, fabricado por Airbus Defence and Space, a través de la resolución 68-E/2018. En los considerandos, el ministro de Modernización Andrés Ibarra justificó la autorización debido a la vigencia del Acuerdo de Reciprocidad con la República Federativa del Brasil firmado en 2006. Eso es porque la administración notificante de ese satélite ante la Unión Internacional de Telecomunicación es Brasil. Sin embargo, SES es un operador europeo con sede en Luxemburgo. Esta empresa ya había logrado que se le aprobaran otros satélites en el país haciendo valer el acuerdo de reciprocidad satelital que el gobierno firmó con Holanda. Así fue como en agosto de 2000 fue autorizada a brindar servicios en el país a través de los satélites extranjeros NSS 803; NSS 806 y NSS-7. Lo llamativo en ese caso es que Argentina no brinda ningún servicio satelital en Holanda. Con España la situación es parecida. En junio del año pasado se le dio luz verde al Amazonas 3 de la española Hispasat haciendo valer el acuerdo de reciprocidad con Brasil ya que el aparato está registrado por Hispamar, subsidiaria brasileña de Hispasat. A su vez, se autorizaron otra serie de satélites de Hispasat a partir del convenio de reciprocidad que existe con el país ibérico, pese a que Argentina tampoco brinda servicios satelitales en España. Página/12 incluso reveló el 30 de septiembre de 2016 que Hispasat estaba brindando servicios de manera ilegal con los satélites Hispasat 30W-4 (Ex Hispasat 1D) e Hispasat 30W-5 (Ex Hispasat 1E). A raíz de esa denuncia, la empresa fue sancionada por el Ministerio de Comunicaciones aunque luego esos dos satélites fueron autorizados a operar en el país, al igual que el resto de la flota del operador español con cobertura en Argentina. Además de Eutelsat 117 West-B y SES-14, el gobierno autorizó este año otros seis aparatos y el cambio de posición orbital de un séptimo, que se suman a los 14 autorizados entre 2016 y 2017. El Ministerio de Modernización aprobó en enero un satélite de la española Hispasat denominado Hispasat 30W-6 (resolución E734/2017 publicada el 4 de enero); tres de la canadiense Telesat: Telstar-12 Vantage (resolución 33-E del 19 de enero), Anik-G1 (resolución E 34 del 19 de enero) y Telstar-14R (resolución 36-E del 25 de enero); otros dos de SES: NSS-10 (también denominado AMC-12, resolución 31 del 19 de enero) y NSS-7 (resolución 32 del 19 de enero que habilitó un cambio de posición orbital), y el Intelsat-37E de Intelsat (resolución 52-E del 30 de enero).

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