lunes, 2 de abril de 2018

Las mentiras del INDEC (I): como esconde a Willy el desocupado, registrando empleo basura o calificándolo de inactivo


A la inversa del juego “Buscando a Willy”, el INDEC hace mil gambetas para no encontrar a Willy el desocupado. Registrándolo como ocupado, aunque el empleo sea basura trabajando una hora en la semana y con pago en especies. O como inactivo, si harto de buscar trabajo, no lo hizo en el último mes aunque sea de una mínima manera. De esa forma con un obsceno cursograma que da vergüenza de solo verlo, ha disimulado la penuria laboral que se vive en Argentina desde la convertibilidad en adelante, cuando se decía que Argentina estaba en el Primer Mundo. En donde la mitad de la fuerza de trabajo está en negro, o es cuentapropista vendiendo choripán o haciendo de buhonero, tal como aconseja el actual Gobierno. Por Redacción – 30-3-2018 Ufanamente el INDEC y el Gobierno anunciaron recientemente que el Empleo paso de 41,3 % en el primer trimestre de 2017, a 43,0 % en el cuarto trimestre de 2017. Y que la Desocupación abierta había caído en el cuarto trimestre de 2017 a un 7,2 %, partiendo de un nivel del 9,2 % en el primer trimestre, Y la Subocupación había pasado de 9,9 % en el primer trimestre, a 10,2 % en el 4to Trimestre. Lo cual prima facie indicaría que se crearon empleos que parte de ellos son subempleos, al haber pasado la Subocupación demandante de 6,6 % en el primer trimestre de 2017, a 7,2 % en el cuarto trimestre. Pero no diciendo gran cosa respecto la calidad de esos subempleos, por lo que si los desecha como tales, como correspondería conforme se verá seguidamente, las cifras dicen que la desocupación real es del 14,4 %, si se suman los desocupados abiertos a los subocupados demandantes. El informe del INDEC también se cuida de informar que según trascendidos, la desocupación de las mujeres en lugar de bajar, subió del 8,4 % al 8,7 %, entre el primer trimestre y el cuarto trimestre del 2017. Lo cual representa un dato sensible en la actual agenda en cuestiones de género, instalada adrede por el Gobierno para disimular justamente estos avatares adversos que brinda la situación económica. Por otra parte en la nota Pese las tapas de Clarín, la economía tiene niveles iguales a los del 2006 al 2011, y el empleo que se crea es basura se exponía que en base a lo informado por el Ministerio de Trabajo a cargo de Jorge Triaca hijo, en el “Reporte del Trabajo Registrado” a noviembre de 2017, que el empleo registrado que había crecido, era solo empleo basura. En ella, citando en primer lugar a dicho informe se decía: “En noviembre de 2017 hay 253 mil trabajadores registrados más que en noviembre de 2016 y 294 mil más que en noviembre de 2015”. Pero lamentablemente estos números, como se puede apreciar en el siguiente gráfico confeccionado en base a dicho reporte, muestran la penosa realidad de que solo se está creando empleo basura. El gráfico revela que dos tercios, el 66 % de los empleos netos creados, corresponde a Monotributistas, de los cuales buena parte los contrata el mismo Estado; Monotributistas sociales; obreros de la Construcción; y empleadas domésticas. Porciento que trepa al 80 % si se agrega el empleo público. Siendo estos los cinco sectores que encabezan el ranking. En el otro extremo del gráfico, con cantidades negativas, aparecen los sectores relacionados con la actividad productiva, todos los cuales registran destrucción de empleo, alcanzando esto a 36 mil personas. Mientras que en el sector medio del gráfico, aparecen las actividades de servicios, que son las que aportan el 20 % del empleo neto generado en el 2017, que benefició a 58 mil personas. Pero esto referido al empleo registrado, solo muestra un aspecto del problema. Dado que como un iceberg, por debajo subyace una enorme masa de empleo en negro, que el INDEC registra a través de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH). Tal como lo cuantifica la nota de Clarín con la firma de Ismael Bermúdez: “Seis de cada 10 empleos creados en 2017 fueron en negro – La cantidad de ocupados con trabajo informal aumentó 6,6%, contra 2,2% del registrado”. Razón por la cual según informó Bermúdez en otra not con título, “En un año el empleo en negro subió del 33,6% al 34,2% – Suman unos 4,5 millones. No tienen los descuentos jubilatorios ni asistencia médica. El trabajo informal bajó en la Ciudad de Buenos Aires.” Reafirmando esto que el empleo tanto formal como en negro que registran el INDEC y el ministerio de Trabajo, es solo empleo basura. El mecanismo estadístico que permite esto, lo revela el siguiente cursograma, que ha sido degradado por el INDEC a lo largo de dos décadas, para tratar de registrar empleos, por más degradados que ellos sean. Y si ello no es posible, calificar al desempleado como inactivo. Apelando para ello a cualquier concepto, por ruin que sea, que pueda derivar los datos estadísticos hacia una u otra opción. Tal como se los ha señalado en la siguiente imagen del mismo, acotándolos con la leyenda “Basura”. De entrada el cursograma manifiesta su obscenidad, al calificar como empleado a quien trabajó una hora en la semana (1.a). Haciendo changas, fabricando algo para vender, o ayudando a un familiar (1b). Y si recibió por ello un pago en especie, como un pedazo de pan (1.c). También resulta empleado si ayudó a un familiar ad honoren, o trabaja ad honoren (1.d). O si esta en huelga (1.3.f). O si está suspendido y recibe pagos (1.f.4). De esa manera casi todo humano en condiciones de trabajar, es tratado de meter en la bolsa de OCUPADO. Y seguidamente viene el mecanismo para tratar de hacer que todos los que no entraron en esa bolsa, vayan a parar a la bolsa de INACTIVOS, y no en la de DESOCUPADO, mediante la pregunta si en los últimos 30 días estuvo buscando trabajo (2.b). Consultando amigos, poniendo carteles, o poniéndose por su cuenta (2.d). Pero si no busco trabajo (2.e) porque se hartó de buscar, trabaja en temporada, u otras razones, pasa inmediatamente a la categoría de INACTIVOS. Que textualmente incluye “Desocupados Desalentados, Inactivos Marginales, e Inactivos típicos”. Cuyas cuantías no obstante no son publicadas por el INDEC. Como un reflejo de la pésima situación laboral que no mejora gran cosa, en lugar de cambiar este cursograma altamente permisivo, para tratar de calificar cualquier cosa como empleo, se habla ahora de cambiar la registración de la pobreza, mediante una visión multidimensional de ella. La que seguramente tratará de disimular la pobreza de ingresos, que es la madre de ella, mediante un cursograma parecido. Que impida la calificación de pobre, a quien dispone de cordón vereda, una luz en la esquina, o si leyó un libro, o tiene el baño incorporado a la casa habitación, etc. En lugar de adoptar directamente el método de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) a la que a la par se pretende ingresar, que considera en riesgo de pobreza a las personas que tengan ingresos por debajo del 60 % de la mediana de la sociedad (la mediana es el ingreso de las personas que dejan arriba y abajo suyo a la mitad restante de la población). El hecho de que las cifras del INDEC están nuevamente bajo un proceso de manipulación, lo puso en evidencia la sorpresiva renuncia de la licenciada Cynthia Pock, la directora de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) a mediados de diciembre pasado. Siendo su área la encargada de medir el empleo, el desempleo, la pobreza, y la indigencia. Su partida se debió según posteriores declaraciones de ella, a las reiteradas presiones desde las provincias, en especial desde Córdoba y San Juan, para que se revisaran las tasas de pobreza y desocupación.

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