lunes, 5 de abril de 2021

Felicitas Bonavitta

En 1960, un médico argentino habló en Cuba sobre la salud como "la nueva arma de la solidaridad". Cuba estaba pensando un nuevo modelo de profesionales de la salud, movilizado por el interés social más que por el fin lucrativo. Un modelo que integre a los médicos dentro del movimiento revolucionario. Y el Che Guevara le daba forma a ese modelo. Estaban planificando-creando otro modelo de sociedad, uno que dejara atrás el individualismo, convencidos de que el acceso al conocimiento no debía sólo quedar en manos de quienes pudieran pagar una carrera. 60 años después, con la pandemia del coronavirus azotando al mundo, Cuba sorprende incluso al enemigo fabricando vacunas. Ni los años de bloqueo, ni la demonización constante, pudieron frenar esa revolucionaria "arma nueva" que los cubanos exportan hace tiempo en silencio: salud y solidaridad. La vacuna no podía menos que llamarse "Soberana". Acaso sirva para devolvernos la esperanza de que otras sociedades son posibles y que el camino del cipayismo sólo nos conduce a más miseria. Fragmento de ese discurso de agosto de 1960: "Si logramos nosotros, trabajadores de la medicina -y permítaseme que use de nuevo un título que hacía tiempo había olvidado-, si usamos todos esta nueva arma de solidaridad, si conocemos las metas, conocemos el enemigo, y si conocemos el rumbo por donde tenemos que caminar, nos falta solamente conocer la parte diaria del camino a realizar. Y esa parte no se la puede enseñar nadie, esa parte es el camino propio de cada individuo, es lo que todos los días hará, lo que recogerá en su experiencia individual y lo que dará de sí en el ejercicio de su profesión, dedicado al bienestar del pueblo. Si ya tenemos todos los elementos para marchar hacia el futuro, recordemos aquella frase de Martí, que en este momento yo no estoy practicando pero que hay que practicar constantemente: “La mejor manera de decir es hacer”, y marchemos entonces hacia el futuro de Cuba".

No hay comentarios:

Publicar un comentario