lunes, 19 de diciembre de 2016

LA NACION: de Bartolome Mitre a Barton Corp que pertenecería a la CIA, y su maraña de offshores fantasmas


El matutino fundado por Bartolomé Mitre, ha sido una “tribuna de doctrina” liberal – conservadora y tiene una historia de negocios turbios desde su génesis hasta nuestros días. Desde la donación de la coqueta sede original a Mitre por parte de un grupo de contratistas después de la guerra de la triple Alianza, la historia del diario está signada de páginas oscuras. Pasando por las comunicaciones secretas que se cursaron a través del diario, en el intento de golpe de estado de 1874 coordinando a los golpistas, hasta la adquisición de Papel Prensa tras el sangriento golpe de estado de 1976. Pero nunca al extremo actual, con su sospechosa constitución societaria mediante empresas offshore fantasmas, creadas en paraísos fiscales, con accionistas desconocidos. Que en el 2002 dieron lugar a una fallida investigación judicial por asociación ilícita y lavado de dinero, que culminó en el 2005 con el asesinato con un “submarino seco” de uno de sus accionistas, Luis Emilio Mitre. A la par que LA NACION mediante múltiples sociedades off shore fantasmas, se convertía en una multinacional norteamericana. No obstante nadie ha podido saber quién es el dueño extranjero que baja línea a través de esta “tribuna de doctrina”. Lo cual plantea el interrogante, asistido por notables indicios, sí es la CIA norteamericana, a través de una consultora de esta agencia de inteligencia, cuyos integrantes fueron directivos en LA NACION; y además aparecen como fiduciarios en el plan de escisión que presentó en el 2014 el grupo CLARIN. Lo cual se vio reflejado en el posterior contenido de LA NACION en temas de notable trascendencia. Ante esta posible injerencia extranjera solapada para la creación de la opinión pública interna, que resulta un crimen contra la democracia, los argentinos de cualquier bandería deberíamos exigir que se transparente exhaustivamente la cuestión, y se aclare el asesinato de Mitre que una década después permanece impune. Por Javier Llorens LA NACION pionera al servicio del golpe de estado de 1874 – LA NACION socia del sangriento golpe estado de 1976 – De Bartolomé Mitre, a la offshore fantasma Barton Corp. – La investigación y denuncia de El Guardián – La dictadura de Barton Corp en LA NACION – La causa radicada en la justicia contra Saguier y otros – El cierre de la causa contra Saguier con la intervención del fiscal Moldes – Las repercusiones públicas de la causa judicial – La postura de la revista Veintitrés que luego olvidó – El asesinato del accionista de SA LA NACION Luis Emilio Mitre – El asesinato de Mitre “un mensaje mafioso” – El silencio es salud dijeron LA NACION y CLARIN – Las semejanzas con el caso IBM Banco Nación – El coletazo de evasión impositiva tras la sociedad con Barton Corp. – La voraz compra de medios posterior a la irrupción de Barton Corp. –LA NACION, los Panamá Papers, y más y más offshore fantasmas – La “tribuna de doctrina” multinacional de LA MULTI – NACION – Los notables rastros que conducen a la CIA – Bartón Corp y la captura del presunto agente doble de la CIA Gorriarán Merlo – La cobertura de LA NACION al guerrillero Gorriarán – La promoción del indulto de Gorriarán por parte de LA NACION – La cobertura de LA NACION a Stiuso, al espía preferido de la CIA – La cobertura de LA NACION a la CIA – La CIA, los medios, y la Operación Sinsonte – Conclusión Bartolomé Mitre después de haber sido uno de los artífices de la guerra contra el Paraguay como instrumento del Reino Unido, recogió los frutos de los negocios que habilitó a proveedores del gobierno durante la contienda militar. Carlos Alfredo D’amico, quién fuera gobernador de Buenos Aires entre 1884 y 1887, publicó en 1890 en México un libro denunciando la corrupción durante la administración de Mitre. Señalando que proveedores cuyas fortunas se habían hecho a la sombra de este, le regalaron la casa en que funciono la original imprenta del diario LA NACION. La donación fue realizada el 23 de enero de 1869 ante el escribano José Victoriano Cabral. En un primer momento sin hacerse pública la identidad de los donantes, aunque pocos años después se sabría quiénes fueron los benefactores de Mitre. Sarmiento, en carta privada a su corresponsal en Chile, Mariano de Sarratea, le decía: “Su casa fue obtenida gracias a la suscripción de los proveedores que mediante despilfarro de la rentas han ganado millones, como Lezica, Lanús, Galván, que la costearon casi en su totalidad”. Las crónicas de la época demuestran que el fundador del uno de los dos diarios más antiguos que todavía circulan en la Argentina, hizo uso de su poder político para realizar negocios personales. Y algo más. LA NACION pionera al servicio del golpe de estado En 1874 Mitre desconoció la elección de Nicolás Avellaneda como presidente de LA NACION, y se alzó en armas contra el Gobierno de Domingo Faustino Sarmiento. Conforme narra Argentina Histórica, “la orden para comenzar el alzamiento se trasmitió mediante mensajes en clave, disimulados entre los avisos que publican LA NACION y la Prensa, ya que aquel diario es propiedad de Mitre y el dueño de este – José C. Paz- se cuenta asimismo entre los revolucionarios”. http://www.argentinahistorica.com.ar/intro_cronica.php?tema=2&titulo=30&subtitulo=124 No obstante el golpe fracasó estrepitosamente al ser derrotado Mitre en la batalla de La Verde, cerca de Bragado, por el ignoto coronel José Inocencio Arias. Ante quien se rindió con la mediación de Carlos Pellegrini, pactándose en el acta un indulto para todos, que pocos meses después concretó el presidente Avellaneda, pese las vidas humanas que había costado esa intentona. Dando comienzo así a los golpes de estado impunes que luego se sucedieron en Argentina, siempre apoyados por el diario LA NACION. LA NACION socia del sangriento golpe estado de 1976 Como señalan los investigadores del Conicet, Mercedes González y Marcelo Borrelli: “Durante la última dictadura LA NACIÓN se ubicó entre los medios apologistas del gobierno militar. Bajo su óptica, el golpe no había derrocado a ninguna autoridad sino cubierto un vacío de poder, con lo cual la democracia retomaba su cauce”. Como tantos otros medios en la época, LA NACION con la adhesión ideológica al régimen hizo un buen negocio. “Su apoyo no puede deslindarse del importante beneficio económico obtenido en 1977, cuando junto a Clarín y La Razón, se convirtió en socio del Estado en Papel Prensa, la empresa monopólica de producción de papel para periódicos”, agregan González y Borrelli. Por su parte Robert Cox, el director inglés del Buenos Aires Herald, que tuvo que salir apresuradamente del país durante la dictadura, dijo “en el momento en que el gobierno militar dio su aprobación para la compra de Papel Prensa pensé que era un soborno para que los diarios garantizaran su cooperación en el encubrimiento del plan de los militares de exterminar a todo aquel considerado “subversivo” haciéndolo “desaparecer”. Y en un reportaje que concedió a la revista NOTICIAS en el 2002, Cox expresó: “Creo que si hubiese habido una prensa libre e independiente, la Argentina no hubiera vivido el horror que vivió. Yo aquí entendí el Holocausto. Hubo un gran silencio. Y un gran cinismo. Los periodistas en reuniones privadas hacían chistes de humor negro sobre la gente que volaba y caía en el Río de la Plata. Los secuestros se veían en la calle… No es cuestión de tirar culpas, pero “LA NACION” parecía el “Pravda” de Moscú.” Dicho negociado tuvo la particularidad, que el capital lo puso en realidad el estado bobo argentino, mediante el expediente de inflar enormemente las inversiones por parte de los privados que lideraban el proyecto. Quienes además obtuvieron una protección arancelaria que encareció enormemente el papel importado, por lo que esos tres diarios adquirieron una posición dominante sobre el resto de los diarios argentinos. El traspaso de Papel Prensa a los diarios LA NACION, Clarín, y La Razón por parte de la dictadura, se concretó después que estos diarios hicieran a mediados del año de plomo de 1976, una campaña denunciando que David Graiver, que detentaba la propiedad de Papel Prensa a través de terceros, y había fallecido presuntamente en una accidente de avión en México, había reciclado dineros de Montoneros. Y el mismo se concretó mientas los herederos e integrantes del grupo Graiver eran detenidos y torturados en un campo de concentración clandestino, habiendo alguno de ellos muerto en la mesa de tortura. En el 2011 la Unidad Fiscal Federal de La Plata, que interviene en casos de terrorismo de Estado, calificó como “crimen de lesa humanidad a los hechos que rodearon la transferencia de acciones de la empresa Papel Prensa entre 1976 y 1977”. Los fiscales Rodolfo Marcelo Molina y Hernán Schapiro destacaron que “las pruebas revelan que los hechos denunciados podrían ser parte de acciones persecutorias e impregnadas por espurios intereses económicos”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario