domingo, 17 de marzo de 2019

La patria periodística salió a defender a Santoro y encubrir al agente de la DEA D’Alessio


La patria periodística con Clarín y La Nación a la cabeza, publicó una solicitada en el diario Clarín, tratando de defender al indefendible Daniel Santoro, en la cual el 89 % de las firmas corresponden a sus periodistas empleados. Afirmando en ella que tener fuentes de información es un derecho del periodista. No obstante haberse comportado Santoro como agente de prensa de un servicio de inteligencia, y ser fuente de información para estos respecto sus colegas. Desinformando a la par dichos medios respecto la situación del agente de la DEA Marcelo D’Alessio, que publicaba notas en Clarín, era citado como fuente altamente confiable en La Nación, y reportado por Infobae. Culmina así una labor de intoxicación de la opinión pública, que lamentablemente viene de varias décadas atrás, y explica en parte la debacle de Argentina. Por Javier Llorens – 14/3/2019 El 7 de marzo pasado el diario Clarín publicó en su edición impresa una solicitada a página completa, con el título “Las razones por las que descalifican al periodista Daniel Santoro”. Sosteniendo al final de ella que la descalificación es para “afectar el curso de la investigación sobre los Cuadernos de las coimas y limitar la libertad de expresión para evitar que la ciudadanía se informe”.Clarín, La Nación, Periodistas, Daniel Santoro, Agente, DEA, Marcelo D’Alessio, opinión pública, Narcotrafíco La misma cuenta con 148 firmas, que se detallan al final de esta nota, ordenadas alfabéticamente por apellido, y encolumnadas por el medio al que pertenecen. La cual lejos de ser la lista de Schindler, se podría denominar la lista de periodistas bizarros, que salieron en defensa de un colega indefendible. Que manifiestamente ha violado normas básicas de la deontología de la profesión, haciendo hasta de buchón de sus colegas, en el marco del sucio periodismo de guerra que padece Argentina. Tal como figura en el gráfico, 117, el 79 % de esas firmas, corresponden a periodistas que laburan para el grupo Clarín, o lo hicieron en el pasado. Las que adrede aparecen al final de la solicitada, como para disimular esa preponderancia. Y a las que para hacer bulto, se le han sumado las firmas de ilustradores, diagramadores y otros laburantes del grupo, que no son precisamente periodistas. Medio que a su vez tenía nada menos que a D’Alessio como columnista, habiéndole publicado seis notas con su firma desde el año 2017, relacionadas con el narcotráfico y las mafias internacionales, presentándolo como un notable experto al respecto. Otro 10 %, 15 firmas en total, corresponde a periodistas de La Nación. Medio que citó nada menos que en su editorial “tribuna de doctrina” a D’Alessio, como un experto en narcotráfico, como se verá seguidamente. El que está estrechamente hermanado con Clarín, incluso parentalmente, a través de los Noble Mitre. Y trata de presentarse como el medio más serio de Argentina, destinado a una audiencia VIP, no obstante tener una negra historia reciente de lavado de dinero, homicidio no aclarado de uno de sus accionistas, y contactos con la CIA. A los nombrados le siguen Perfil y América, con 4 firmas o 3 % del total cada uno. Luego con 3 firmas y un 2 %, viene FOPEA, que fue presidida por Santoro entre el 2002 y el 2007; y Otros, en el que figura María Alveolite, la productora de Santoro. Y finalmente aparece Infobae, con 2 firmas y un 1 %, medio que le hizo un extensísimo reportaje a D’Alessio como se verá seguidamente, presentándolo como un súper especialista en cuestiones de narcotráfico. Esta exposición pública de D’Alessio, concretada por esos grandes medios, Clarín, La Nación, e Infobae, es típica de cuando se pretende proyectar a un personaje, en este caso quién sería un agente encubierto de la DEA, a algún alto cargo de la función pública. El cual no obstante terminó con prisión preventiva en una celda, procesado por asociación ilícita y extorsión. La solicitada de Clarín en defensa de Santoro En la solicitada se destacaba el premio recibido por Santoro por su investigación sobre la venta ilegal de armas a Ecuador y Croacia, en cuya causa judicial el año pasado resultaron finalmente absueltos sus responsables, con el presidente Carlos Menem a la cabeza. Contrabando que en el caso de Croacia fue un servicio prestado a los EEUU, para eludir el embargo que existía sobre los países integrantes de la ex Yugoeslavia, el que no obstante parece haberse quedado ofendido, por haberse perdido un vuelto en el camino. Razón por lo que esa demorada causa judicial apestaba a servicios de inteligencia. Y lo mismo sucede con el libro publicado por Santoro “Operación Condor II”. Que era un misil argentino para tratar de balancear la superioridad bélica británica, con motivo del conflicto de Malvinas. Al que Santoro se encargó de desprestigiar, diciendo que era un desarrollo militar en conjunto con el Irak de Saddan Hussein. Por su parte el otro libro “El Hacedor” editado en 1994, fue a todas luces un panegírico dedicado a promover la candidatura presidencial de Domigo Cavallo. El artífice de la convertibilidad “por mil años” que solo duro diez años, y terminó en la catástrofe terminal del 2001. El último de sus libros “Nisman debe morir”, que apareció oportunamente en vísperas de las elecciones presidenciales del 2015, estuvo destinado a sostener la hipótesis de un magnicidio, del que no existe prueba fehaciente alguna. Pero cuya convicción por parte de la opinión pública, fue un factor decisivo para el triunfo del presidente Mauricio Macri en el balotaje de ese año. Quien inmediatamente después de asumir anunció la existencia de una alianza estratégica con EEUU e Israel, los dos países involucrados en el affaire de D’Alessio. En esencia la solicitada publicada por Clarín afirma que se pretende “involucrar a Santoro en la trama delictiva protagonizada por el falso abogado Marcelo D’Alessio, quién ha sido una de las múltiples fuentes de información que ha consultado. Y ese, el de tener fuentes de información, es un derecho de todos los periodistas.” Lo cual es incuestionable. Pero además resulta evidente que Santoro operaba como lo que en los servicios de inteligencia se conoce como “agente de prensa”, en este caso del agente encubierto D’Alessio y quienes están detrás de él. Presionando con la oportuna publicación de sus notas contra los blancos que este le establecía, a los efectos de conseguir sus propósitos extorsivos y políticos. Pero adicionalmente, invirtiendo los roles, Santoro había pasado a ser una fuente de información de D´Alessio, en relación al perfil e ideología de sus pares. Tal como lo puso de manifiesto su colega insospechada de kirchnerismo, Romina Manguel, en el reportaje que concedió tras su declaración ante el juez federal Alejo Ramos Padilla. El lawfare y la patria periodística El affaire D’Alessio aparece así como la punta de un iceberg, de lo que actualmente se conoce como “lawfare”, o guerra judicial. Emprendida por EEUU contra los partidos de izquierda que gobernaron en la región, y eran refractarios a su influencia. Aprovechando la corrupción, que era el flanco débil abierto por estos, para concretar a través de la justicia, una notable injerencia en los distintos países donde gobiernan o habían gobernado. Igual que antes lo hacía con los dictadores militares, reemplazados ahora con jueces de ocasión, con ostensibles lazos con las embajadas de EEUU. Con el objetivo geopolítico superior de recuperar nuevamente su patio trasero, del que había sido desplazado, para enfrentar a la amenaza que le reporta para su hegemonía la República Popular China. Igual que en las dictaduras militares, un soporte esencial para esa injerencia son los grandes medios de comunicación. Que antes apoyaban y naturalizaban las dictaduras, por sangrientas que fueran. Y hoy son parte esencial de la campaña mediatica judicial destinada a impactar en la opinión pública, e incidir en los resultados electorales. Estos grandes medios, con Clarín y La Nación a la cabeza, además de la defensa de Santoro, han desplegado una notable desinformación tratando de encubrir los vastísimos alcances del affaire D’Alessio. A quien presentan solo como un “falso abogado”, y en lugar de informar sobre sus andanzas como agente de un gobierno extranjero, tal como e´l se jactaba, se dedican a informar sobre las supuestas irregularidades que comete el juez federal Alejo Ramos Padilla, a cargo de la causa. Este elenco de grandes medios, que objetivamente está al servicio de planes e intereses extranjeros, bien podría denominarse la “patria periodística”. Que junto con la “patria financiera”, y la “patria contratista”, han perpetrado gravísimos daños a los intereses del país, desde medio siglo atrás. A la par que Argentina se hundía en una interminable debacle, al punto de estar actualmente al borde de ser un “estado fallido”. Mientras que esas “patrias prosperaban como nunca, partiendo desde muy modestos orígenes. Una breve semblanza retrospectiva de las andanzas de la “patria periodística”, las encuentra cómplices de las dictaduras militares, aun las más sangrientas, como sucedió con la de Videla, obteniendo a cambio grandes prebendas. También apoyaron notablemente en sus comienzos la aventura militar de Malvinas, para luego de la derrota bélica, dedicarse a una desmalvinización intensa, ocultando además los ingentes recursos naturales que hay de por medio en ese conflicto. También fue la sostenedora hasta el último minuto de la demencial convertibilidad de Cavallo, que convirtió a Argentina en una fábrica de pobres. A la par que con sus negocios a costa del estado, se expandían hasta pasar a ser multimedios. Y luego también fueron artífices del encumbramiento del kirchnerismo, a cambio de nuevas prebendas gubernamentales. Y por su parte el grupo Clarín en los primeros tramos de ese gobierno, se convirtió en un obsecuente medio ultraoficialista, a cambio de nuevas prebendas gubernamentales. Luego la ruptura sobrevino, por la aparición de nuevos horizontes de negocios. Que el grupo Clarín recién logró concretarlos, con el “periodismo de guerra” que desató contra el mismo gobierno del que había sido ultraoficialista. Y el ostensible y desvergonzado apoyo que hizo y hace, para lograr la instalación y continuidad del actual Gobierno. Que no cumplió ninguna de sus promesas más elementales, como la de bajar la inflación, pobreza cero, y “podés estar mejor”. Siendo la patria periodística cómplice en la credibilidad de estas falsas promesas, y responsable de las sucesivas decepciones previas, y sus lacerantes derivaciones sociales. Resultando en consecuencia inaceptable en una democracia genuina, la existencia de ella. El agente de la DEA Alessio citado por La Nación y reportado por Infobae Además de las notas publicadas en Clarín por D’Alessio, el mismo día en que estalló el escándalo, el 8 de febrero pasado, la editorial “tribuna de doctrina” de LA NACION, refritando una nota publicada recientemente por dicho agente en Clarín referida a las drogas sintéticas, lo presentaba a D’Alessio como un “experto en narcotráfico”.

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