lunes, 2 de octubre de 2017

MACRISMO NEFASTO, UN COMPENDIO DE TODAS LAS DICTADURAS ARGENTINAS (Parte 1)


No hace falta exagerar para exponer el insulto a los argentinos de este gobierno déspota, ladrón, asesino y despiadado. Pero hay argumentos incontrastables, situaciones conexas que superan el paso del tiempo para adaptarse perfectamente a la realidad actual. A mediados de los años cincuenta del pasado siglo veinte, la voz de los desfalcadores seriales del país se alzaba como hasta 2015, en demanda de la democracia hambrienta donde el pueblo vota, aunque los ladrones permanezcan intactos, denunciando una corrupción de la cual los abuelos de sus tatarabuelos fueron líderes fundacionales. Las heridas no se salan; a lo sumo es necesario removerles la tierra que les tiran encima cuando permanecen sin sutura, permitiendo que el agua y el jabón contribuya a la posterior cauterización. Para mantenerlas abiertas, alcanza con los victimarios del horror, junto a los socios del silencio de todos los ámbitos de la vida nacional, quienes lejos de ser ignorantes saben cuánto hacen, tergiversando de manera alevosa mientras acompañan el vaciamiento a expensas de la mayoría. Por supuesto, la pobreza interior a veces es tan fuerte, que no puede causar menos que escalofríos observar a los irascibles acusadores de la presunta corrupción o los asesinatos del anterior gobierno, festejar un episodio de la horrenda naturaleza de la revolución mal llamada “libertadora”, sin ser lo uno ni lo otro. Apenas, como diría un conocido mandadero de la época, la ejecución de un suceso largamente premeditado, a fin de asegurarle a las nuevas generaciones de poderosos que el nacido barrendero, muera desempeñando el mismo oficio. Por eso las bombas pintadas con el símbolo de “Cristo Vence”, aterrizando en Plaza de Mayo al mediodía del 16 de septiembre de 1955, con la complacencia de los mediocres entre los cuales no escapan obreros o trabajadores ya no traidores a su clase, sino a la Patria y que vienen a explicar de manera conmovedora el porqué de la noche de terror macrista. Inocencia política La frivolidad hizo suponer la caída de este desgobierno en su ineptidud y avasallamiento de los derechos adquiridos. No contó con la complicidad, el silencio de los de “adentro”; la compra de los dirigentes, vendidos al mejor postor. Se tuvo la romántica ilusión del “reencuentro entre los argentinos”, donde “todos juntos como una gran familia, solucionarían las diferencias, cuando a la fecha el gobierno de Macri desaparece personas como lo hizo con Santiago Maldonado, reprime, ajusta, atropella, remata el país, mientras su antecesor se limitaba a tratar de derrotar políticamente la reacción bajo el marco de la legalidad dominada por los secuaces del miedo. Para colmo, entre tanta infamia, a colación de la desaparición del joven activista, se pretende justificar con toda suerte de artilugios el asedio, los palos, las balas de goma y de las otras a los mapuches, como Jorge Rafael Videla pretendió hacerlo en 1979 al reivindicar la dictadura el centenario de la campaña al desierto de Julio Argentino Roca. Antes, para sacarle la tierra a los pueblos originarios, desplazar al gaucho en detrimento de los hacendados ingleses. ¡Ahora para proteger las propiedades de Benetton, al tiempo que ingresan tropas norteamericanas al país con la complicidad del Congreso y el mismo silencio de los cómplices de siempre! Ahora las bombas no caen en sólo buscando matar al presidente de la República en la Casa de Gobierno. Cada factura de agua, luz, gas, es una mina antipersonal al interior de los hogares de trabajo, sin contar que al flagelo de la inseguridad debe sumarse el de un gobierno corrupto, cínico, represivo, vende patria, no incapaz ya de garantizar el derecho a la vida como parte de una estrategia de sumisión diabólica, sino de ponerla de forma constante bajo amenaza a partir de reprimir cualquier forma de expresión popular. En paralelo histórico a la desafortunada “revolución libertadora”, hostiliza a sus detractores, acosa laboralmente a los opositores o los despide, le niega la renovación de alquileres a los partidarios del anterior gobierno. Hace uso de una amplia gama de maniobras para hostilizar, cuando no de una violencia directa expresa nunca vista después de 1983, ante la más mínima manifestación contra las distintas formas de agravio a la dignidad. Escribe: CARLOS ALBERTO RICCHETTI

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