martes, 1 de octubre de 2019

INFORME DE CUBA CONTRA EL BLOQUEO


CONCLUSIONES DEL INFORME DE CUBA SOBRE LA RESOLUCIÓN 73/8 DE LA ASAMBLEA GENERAL DE LAS NACIONES UNIDAS. El bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el gobierno de los EE.UU. contra Cuba por casi seis décadas, es el sistema de sanciones unilaterales más injusto, severo y prolongado que se ha aplicado contra país alguno. Es, en su esencia y objetivos, un acto de agresión unilateral y una amenaza permanente contra la estabilidad de nuestro país. Desde abril de 2018 hasta marzo de 2019, esta política continuó recrudeciéndose, con especial énfasis en su dimensión extraterritorial. Desde abril de 2018 hasta marzo de 2019, el bloqueo ha causado pérdidas a Cuba en el orden de los 4 mil 343, 6 millones de dólares. El significativo impacto negativo de la aplicación de las medidas adoptadas recientemente por los Estados Unidos para recrudecer el bloqueo contra Cuba no está contabilizado en el presente informe, por exceder el cierre del periodo analizado. Esta información estará recogida en el documento que se presentará el próximo año. A precios corrientes, los daños acumulados durante casi seis décadas de aplicación de esta política alcanzan la cifra de 138 mil 843, 4 millones de dólares. Tomando en cuenta la depreciación del dólar frente al valor del oro en el mercado internacional, el bloqueo ha provocado perjuicios cuantificables por más de 922 mil 630 millones de dólares, valor que representa un decrecimiento del 1,2 por ciento con respecto al período anterior, debido a la disminución del precio del oro en 1,6 por ciento. Esta política impuesta por el gobierno de los EE.UU. es el principal obstáculo para el desarrollo de la economía cubana y el pleno disfrute de todos los derechos humanos del pueblo de Cuba y constituye un grave desafío para la implementación de la Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible. Resultan incalculables los daños humanos que ha producido la aplicación de estas sanciones. No hay familia cubana ni sector en el país que no haya sido víctima de sus efectos. Más del 77 por ciento de la población cubana ha nacido y crecido bajo el cerco económico que impone Washington. En el período analizado, la persecución financiera en las jurisdicciones de diversos países continuó fortaleciéndose. Se registraron limitaciones impuestas al sistema bancario cubano por parte de 140 bancos extranjeros. Además, la Oficina de Control de Activos Cubanos y otras agencias estaduales de EE.UU. impusieron multas a varias compañías de terceros países por violar diferentes programas de sanciones, incluyendo las Regulaciones para el Control de Activos Cubanos. Las restricciones a los viajes a Cuba, anunciadas por los Departamentos del Tesoro y el Comercio el pasado mes de junio, reflejaron el propósito del actual gobierno estadounidense en dar continuidad a la política de recrudecimiento del bloqueo. Tales cambios regulatorios no solo son contrarios a la opinión mayoritaria de los estadounidenses que favorecen los vínculos comerciales con Cuba, sino que atentan directamente contra el emergente sector privado cubano. El propósito sigue siendo asfixiar a la economía cubana e imponer obstáculos adicionales a su desarrollo. La continua aplicación de la Ley Helms-Burton por parte del gobierno de los EE.UU. constituye una muestra indiscutible de su escalada agresiva contra Cuba. El objetivo de esta normativa es perjudicar la economía del país y, con ello, derrocar la Revolución Cubana. Dicha pretensión tiene su línea de continuidad en los disímiles instrumentos y mecanismos empleados durante 12 gobiernos estadounidenses diferentes, en aras de imponer un gobierno a su medida en Cuba, recuperar su dominio sobre la Isla e incorporarla a su estrategia geopolítica. La Ley Helms-Burton viola normas y principios del Derecho Internacional como la libre determinación de los pueblos, la libertad de comercio, la igualdad soberana y la no injerencia en los asuntos internos de los Estados. Además, transgrede el principio de la convivencia pacífica entre las naciones. El bloqueo continúa siendo una política absurda, obsoleta, ilegal y moralmente insostenible, que no ha cumplido ni cumplirá el propósito de doblegar la decisión patriótica del pueblo cubano de preservar su soberanía e independencia. Cuba continuará trabajando soberanamente y sin descanso en la profundización de los objetivos de justicia, equidad y solidaridad que sustentan el modelo cubano. Los EE.UU. han ignorado, con arrogancia y desprecio, las 27 resoluciones adoptadas por la Asamblea General de la ONU que condenan el bloqueo y las numerosas y variadas voces que, dentro y fuera de dicho país, piden el cese de esta injusta política. En este contexto de especial complejidad, Cuba y su pueblo confían en continuar contando con el apoyo de la c

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