martes, 23 de febrero de 2021

La prueba concluyente de que Nisman se suicidó con ambas manos, y la explicación de la ausencia de pólvora en ellas

Este informe exclusivo fue presentado por el diputado (MC) Mario Cafiero ante la fiscal Viviana Fein en la causa de la muerte de Nisman. En él se revela que el cadáver de Nisman tenía en su mano izquierda una herida de “mordedura de corredera” proveniente del disparo que se efectuó sosteniendo la pistola con ambas manos, lo que prueba palmariamente su suicidio. Explica también porqué las pericias para detectar rastros de pólvora en las manos de Nisman dieron resultados negativos. Y además señala las gravísimas e inaceptables contradicciones en las que ha incurrido la querella encabezada por la jueza Sandra Arroyo Salgado. Por Javier Llorens – 28/10/2015 Oscar Raffo, el perito forense de la querella en la causa de la muerte del fiscal Nisman, es el autor de un libro clásico en la materia, titulado “La muerte violenta”. En él, en contra de lo que sostiene en sus dictámenes en la causa, arriba a conclusiones y pistas que avalan definitivamente la tesis del suicidio y no la del homicidio que a toda costa pretende afianzar la querella. Tanto en aspectos generales, como en dos factores específicos que serían pruebas concluyentes del suicidio. Uno es la herida de “mordedura de corredera” provocada por la pistola que mató a Nisman, que quedó registrada en el dedo índice de su mano izquierda. El otro está relacionado con la cuestión de la aparente ausencia de rastros de pólvora en las manos del fiscal fallecido, que según la querella encabezada por la jueza federal Sandra Arroyo Salgado, sería una prueba indubitable de su asesinato. Pese a que -contradictoriamente al mismo tiempo- sus peritos encabezados por Raffo, afirman que Nisman empuñaba el arma que le quitó la vida, solo que asistido por otra persona, por lo que en ella deberían haber quedado rastros del disparo. Consideraciones generales de Raffo que avalan el suicidio En la Parte Tercera, Sección C de su libro, bajó el título “Lugar del hecho y muerte por armas de fuego”, Raffo realiza una serie de consideraciones generales que avalan la existencia de suicidio. Como por ejemplo (pág. 171) “… el suicida puede desplazarse y arrojar el arma más allá del punto en que ha tenido lugar el disparo” (pág. 169). Controvirtiendo así las afirmaciones realizadas por la querella, referidas a que el arma se encontraba en un lugar extraño. También dice que “el suicida se ubica, por lo general, cómodamente, acostado o sentado y, veces, frente a un espejo, como ocurre en el degüello”. En este caso no fue un degüello, pero la posición frente al espejo habría sido a los fines de asegurar el disparo en el lugar adecuado, sin apoyar el arma contra la cabeza, con el objeto de dotar de mayor velocidad y poder letal a la pequeña pistola que Nisman usó. (pág. 171). En tal sentido más adelante afirma: “En todos los casos, sin excepciones, para que un disparo sea considerado suicida debe haber sido hecho a boca de jarro, a quemarropa, o al menos a corta distancia. Nunca una distancia superior a la longitud del brazo de la víctima, según dicen los clásicos; yo opino que nadie puede dispararse con precisión, si la intención es eliminarse, a más de 30 cm de distancia.” (pág 173). Afirmación que echa por tierra la de quienes afirman que un suicida se dispara siempre apoyando firmemente el arma contra el cuerpo. Para más adelante agregar: “Para el médico forense tiene gran importancia la localización y los caracteres del orificio de entrada. La mayoría de ellos se ubican en la cabeza, especialmente en la región temporal derecha (para los diestros), ligeramente por delante y arriba del pabellón auricular.” (pág. 172). O sea en la zona aproximada en la que se habría disparado Nisman, aunque quizás un poco más atrás, como consecuencia del giro de la cabeza que habría efectuado para poder dispararse con ambas manos, mirando simultáneamente al espejo. Motivo por el cual la trayectoria de la bala fue hacia adelante y levemente ascendente. Además previamente expresa: “En la mano opuesta del suicida pueden encontrarse rastros de pólvora, y hasta quemaduras y contusiones cuando con ella sostiene el cañón apuntando hacia la zona elegida con el objeto de asegurar la puntería” (pág. 172). Dando así pábulo a que Nisman empleó ambas manos para quitarse la vida, que también es objetada por extraña. Y a la tesis que seguidamente se plantea, de la existencia de una “mordedura de corredera” en la mano opuesta de Nisman. La “mordedura de corredera” en la mano izquierda de Nisman Un punto de enorme importancia, que da pie a este informe es cuando Raffo afirma en su libro: “Debe examinarse también el espacio interdigital comprendido entre el pulgar y el índice, especialmente cuando se trata de armas semiautomáticas; la prehensión inadecuada, ya sea por nerviosismo o por falta de experiencia en el manejo, expone los tegumentos de esa zona a la atrición que el retroceso del martillo, o el reborde inferior de la corredera producen contra la armadura. En ocasiones puede observarse en el lugar una impronta excoriativa muy característica; los tiradores deportivos llaman a esa lesión “mordedura de corredera”. Lo que Raffo afirma en definitiva, es que si bien la bala sale para adelante produciendo daños letales, la corredera sale también violentamente hacía atrás, y puede producir daños en las manos de quién la empuña, si este lo hace inadecuadamente, o de manera atípica, tal como le habría sucedido a Nisman. Siendo estos rastros en consecuencia, una prueba determinante que empuñó y disparó el arma, conforme la siguiente reconstrucción, que explica la peculiar mancha de sangre que quedó en su mano derecha.En las siguientes dos imágenes se pueden ver claramente los daños que habría producido la “mordedura de corredera” en la mano izquierda de Nisman, al haber empuñado la pistola con la que se quitó la vida con la mano derecha, asistiéndola con la mano izquierda. De forma que se ajuste a la mancha de sangre triangular que quedó en su mano derecha. Siendo esta “mordedura” no exactamente la prevista por Raffo en su libro, dado que está en su mano opuesta, pero que aporta conclusiones exactamente iguales.En ellas se puede ver que la “mordedura de corredera” al desplazarse esta violentamente hacía atrás, habría afectado el nudillo o articulación entre la falange y la falangeta (proximal y media) del dedo índice de la mano izquierda de Nisman. Quedando la parte superior del mismo, encerrada entre el espacio vacío que dejan entre sí las guías de la corredera de la pistola BERSA calibre 22. Por lo que presuntivamente esas guías deberían haber dejado pequeñas heridas, contusiones, excoriaciones, o tumefacciones en esa zona del dedo índice. La existencia de estas heridas se pueden verificar en la siguiente imagen, tomada del video forense hecho público en el programa PPT de Jorge Lanata, que habría sido suministrado por la querella encabezada por la ex esposa de Nisman, Arroyo Salgado. Estando claramente empecinados ambos en sostener a ultranza la hipótesis del homicidio, sin contar con prueba directa alguna que lo avale.La prueba concluyente que Nisman se suicidó.odt

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