martes, 1 de marzo de 2022

Claves para entender el conflicto en Ucrania

La tensión en Ucrania se agravó este último jueves con el anuncio de Putin de iniciar una "operación militar especial" en Ucrania, que en los hechos implicó el ingreso de tropas en la región de Donbass y ataque a objetivos militares en algunas ciudades del país. Presentamos en este artículo algunas claves para entender el origen del conflicto. 1.¿Qué pasa en Ucrania? En Europa del este se está desarrollando una crisis geopolítica que empujó a los principales líderes mundiales a poner sobre la mesa un conflicto congelado desde el 2014, que hasta hace poco no representaba más que algunas escaramuzas aisladas. La última escalada de violencia en la primavera de 2021 aumentó los combates como resultado del fracaso rotundo de las conversaciones de paz entre Rusia, Ucrania y Europa. La propaganda imperialista estos meses se dedicó a mostrar que desde entonces Rusia ha vuelto a concentrar tropas (más de 100,000 soldados y vehículos militares) junto a las fronteras ucranianas haciendo sonar las alarmas en Occidente (Estados Unidos y la unión Europea) de que Moscú está planeando una nueva agresión militar al país. Estados Unidos ha respondido con la amenaza de desplegar 8.500 soldados en Europa del Este y ordenó a los familiares del personal de la embajada de EE. UU. en Kiev, la capital de Ucrania, que abandonaran el país dando la impresión de que se acerca un ataque inminente. Ahora la tensión pegó un nuevo salto luego del anuncio de Putin de reconocimiento de las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk y del envío de tropas rusas que entraron en el Donbass con la excusa de pacificar ese territorio. Es necesario tener en cuenta que el movimiento de tropas rusas es una forma de equilibrar fuerzas ante el despliegue de varios años de tropas de la OTAN alrededor de los países de Europa del Este. Allí la OTAN han realizado ejercicios militares con decenas de miles de soldados año a año con Ucrania, entre ellos Sea Breeze y Rapid Trident. Esta política más agresiva del imperialismo norteamericano se expresó en la Cumbre por la Democracia convocada por Joe Biden para poner límites a Rusia y China buscando una justificación para liderar al mundo.
Desde la caída de la Unión Soviética, Estados Unidos, liderando a la OTAN, siguieron una estrategia de cercar y reducir la influencia rusa para evitar su ascenso en potencia, un objetivo que compartía gran parte del establishment norteamericano durante la década de 1990 a pesar de que Rusia atravesaba una catástrofe social y económica. Estos principales lineamientos están expresados en el pensamiento del ex asesor Barack Obama y neorealista, Zbigniew Brzezinski en su famoso libro El tablero mundial donde expone la importancia de dominar Ucrania para evitar que Rusia se convierta en gran potencia. Este objetivo que iba de la mano con convertir al país en semicolonial, o sea en degradar y someter a la oligarquía rusa surgida luego de la caída de la URSS y la restauración capitalista en todo el espacio postsoviético. Un proceso tutelado principalmente por la oligarquía rusa en la última década del siglo XX. Esto pudo frenarlo Putin a partir de 1999 en parte por haber heredado el arsenal nuclear soviético y por el ciclo de aumento de precios de los hidrocarburos en la década 2000, esto le permitió lograr mayor autonomía relativa, pero no alcanzar el estatus de gran potencia. Entre 1999 y 2004 el avance de la OTAN significó lograr la adhesión de países del espacio postsoviético tanto a la Alianza Atlántica como a la Unión Europea, entre ellos estaban Polonia, Hungría, República Checa, y los países bálticos Letonia, Estonia y Lituania, más tarde Rumanía, Bulgaria, Eslovaquia y Eslovenia. Estas incorporaciones permitían posicionar tanto tropas como estructuras militares sobre el espacio de influencia ruso. Para 2008, año en que se dio la corta guerra en Georgia, Estados Unidos y la OTAN mantenían bases militares alrededor de gran parte del gigante asiático si incluimos los países de Asia Central como Uzbekistán, Turkmenistán y Tayikistán que brindaron permisos para desde allí entrar a Afganistán. [1] Avances que implicaban no sólo la influencia política y militar del atlantismo, sino también la profundización de la desposesión y disciplinamiento del movimiento obrero de todos estos países al irrumpir las relaciones sociales capitalistas de producción dentro del orden mundial neoliberal luego de la experiencia soviética (aunque deformada burocráticaticamente). Y que por otro permitieron a Estados Unidos ajustar las clavijas sobre la Unión Europea que luego de unificación de Alemania se convertía en una potencia que aspiraba a conseguir mayor autonomía, cuestión expresados no sólo en la creación del euro como divisa mundial, sino en el proyecto del ejército europeo - que fue trunco desde que la guerra de Kosovo haya sido instrumentado la instalación permanente de bases de la OTAN en Europa-.
A esto se le agrega que Estados Unidos intenta conseguir una porción del mercado energético de Europa, la principal entrada de divisas de Rusia. Donald Trump anunció en 2017 reforzar, con el impulso de Polonia y en contra de la opinión de Alemania, la alimentación Norte-Sur de Europa transportando gas desde la terminal GNL de Świnoujście (Polonia) hacia el resto de Europa Central, para de este modo hacerle competencia a los gasoductos rusos provenientes del Este [2] Los siguientes en la lista de la OTAN fueron Ucrania y Georgia, dos líneas rojas que Rusia no permitió a Occidente al ver amenazados sus intereses vitales. Esto es un proyecto capitalista con eje en Rusia como potencia. Durante la breve guerra en Georgia de 2008, Putin decidió respaldar a los separatistas de Abjasia y Ossetia del Sur. Sin embargo, la OTAN nunca abandonó el objetivo de incorporar a ese país a la alianza pero encontraron un límite. Poco tiempo después ingresaron Albania y Croacia... Ucrania entraría nuevamente en la mira. 2.¿Cómo comenzó el conflicto en Ucrania? Inició entre fines del 2013 y principios del 2014 a partir de la caída del presidente ucraniano Viktor Yanukóvich por seguir un camino que favoreciera a la influencia de Rusia sobre país y alejándose por el contrario de un acuerdo de libre comercio con Europa. Esto produjo manifestaciones masivas en la plaza central de Kiev, Maidan, conocidas como Euromaidan por la afinidad de estas con la Unión Europea. El Yanukóvich fue reemplazado por un nuevo gobierno en Kiev prooccidental y antirruso hasta la médula integrado por nacionalistas y ultranacionalistas. Ante la amenaza de perder al país aliado, Putin envió tropas sin identificación a tomar los gobiernos de las áreas pro rusas de Ucrania, esto es Crimea, Lugansk y Donetsk. Inmediatamente Crimea fue anexada vía un referendum que la gran mayoría de los países no reconocieron, y los separatistas conformaron las autoproclamadas República Popular de Donetsk y la República Popular de Lugansk las cuales han peleado por su autonomía del gobierno central ucraniano y han impuesto regímenes dictatoriales. Desde ese momento el nuevo gobierno ucraniano, compuesto por un amplio sector nacionalista de ultraderecha (entre ellos grupos neonazis como UPA y Pravy Sektor) lucha desde contra los separatistas prorrusos en la región del Donbás apoyados por Rusia,. El conflicto consolidó una grieta en la sociedad ucraniana de larga data, pero que se fue profundizando desde la caída de la Unión Soviética y la independencia de Ucrania en 1991 entre un sector que busca adoptar un camino vinculado a Occidente y otro que miraba hacia Rusia por sus vínculos etnolingüísticos, económicos y políticos. El conflicto tomó dimensiones internacionales desde el derribo de un avión de pasajeros de Malaysian Airlines en 2014 en la región bajo dominio de los separatistas (las investigaciones determinaron que fue un misil ruso). Desde febrero de 2015, Francia, Alemania, Rusia y Ucrania han intentado negociar un cese de la violencia a través de los Acuerdos de Minsk. El acuerdo incluye disposiciones para un alto el fuego, la retirada de armamento pesado y el control total del gobierno ucraniano en toda la zona de conflicto. Sin embargo, los esfuerzos para llegar a un acuerdo diplomático y una resolución satisfactoria no han tenido éxito. En los últimos años la OTAN ha desplegado batallones reforzados por toda Europa del Este para disuadir una posible futura agresión rusa en otras partes de Europa. Por su parte Rusia ha realizado ataques cibernéticos en suelo ucraniano que afectaron la electricidad de cientos de miles de personas e importantes empresas. Por su lado, Ucrania ha exigido reiteradas veces el ingreso a la OTAN y la UE, pero fue sistemáticamente rechazada para evitar la furia de Rusia. A lo largo de los 8 años de guerra ambos bandos han apoyado a sus asociados en el terreno. Estados Unidos ha invertido 600 millones de dólares anuales en apoyo al gobierno ucraniano, además de aportes de armas y asesoramiento militar, mientras que la OTAN ha realizado ejercicios sistemáticamente en las fronteras, el Báltico y Mar Negro. E incluso en estos días Biden ha considerado enviar miles de tropas a los países bálticos y Europa del Este, incluso buques de guerra. De la misma manera Rusia ha hecho grandes aportes a los separatistas, tanto económicos, comprando el carbón y otros recursos minerales, como también apoyo militar, además junto a sus aliados, como China, han realizado ejercicios militares en los mares. 3.¿Cuál es la disputa actual? Tanto Estados Unidos como Rusia han escalando en su retórica para forzar al otro a cumplir con sus propias demandas. Rusia busca que Estados Unidos y la OTAN Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) se retiren del suelo ucraniano por razones de seguridad nacional. Pero además para poner un límite al sistemático avance de la Alianza Atlántica hacia el este, algo que preocupa a Rusia desde la Guerra Fría. Aunque la OTAN ha confirmado que no intenvendría para ayudar a Kiev frente a un ataque y la respuesta de la Unión Europea se limitaría a las sanciones, no puede descartarse totalmente una intervención, por el momento continúan dando apoyo militar y financiero al gobierno ucraniano. Por ello, a mediados de diciembre de 2021, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia emitió una serie de demandas que incluían la prohibición de que Ucrania ingrese OTAN y que retiren las tropas o las armas desplegadas en los países que ingresaron a la alianza después de 1997, lo que incluiría gran parte de Europa del Este, incluida Polonia, los países ex soviéticos de Estonia, Lituania, Letonia y los Balcanes. En resumen, Putin quiere garantías de que a Ucrania nunca se le permitirá unirse a la OTAN; que a los países de la OTAN a lo largo de la larga frontera entre Rusia y la OTAN nunca se les permitirá albergar fuerzas militares significativas de la OTAN; y que se levanten las sanciones que se le impusieron por la invasión de 2014, los ataques nerviosos de Skripal en el Reino Unido y el intento de asesinato de su oponente político Alexainder Navalny . Estados Unidos y los aliados de la OTAN rechazaron estas demandas y advirtieron a Rusia de represalias si se invade Ucrania, incluidas sanciones económicas, mientras que se ha desplegado otro paquete de asistencia militar a Ucrania, incluidas armas pequeñas (misiles Stinger) y otras armas defensivas. Estas amenazas entre ambos lados abrieron el interrogante por la guerra entre Rusia con Estados Unidos y la OTAN.

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