martes, 13 de septiembre de 2022

De Sandra Ruso

Si no son capaces de encontrar a los que borraron el contenido del tf del nazi detenido, bajemos la persiana. Está todo recontrapodrido. Tenemos un Estado imbécil.Una vez más estamos perdiendo la pelea por el sentido común. ¿Vamos a seguir financiándolos mientras los medios chicos siguen precarizados?"El relato del atentado contra Cristina es falso". Así arranca la nota de Wiñazki hijo en Clarín digitall y una de las notas principales de la edición en papel del diario. Inmediatamente después, el operador relativiza la temeraria afirmación, ante la contundencia de las imágenes, que aún son retenidas en la conciencia colectiva. Pero que las hay, las hay. La operación para desvirtuar la verdad y diluir la gravedad política del intento de homicidio de Cristina, ya está en marcha. La posverdad exhibe una nueva faceta: ya no sólo crear noticias falsas, fake news, sino desmentir las que son evidentes. Manipulación grosera de la realidad, al cuadrado. Intentarán convencernos de que lo que vimos no lo vimos. Que lo que pasó a la vista de cámaras de televisión y teléfonos celulares, no ocurrió. Y que tampoco sucedió la impresionante movilización popular del día siguiente: el pueblo fue a la Plaza de Mayo porque era feriado. Será la continuación del acting que hoy a la mañana hizo la oposición en el Congreso: negarse a condenar explícitamente los discursos del odio en nombre de la "paz social". A nadie se le escapa que una es la antítesis del otro. No puede haber paz social si el odio se convierte en una categoría válida de la disputa política. Pero esta gente prueba igual. La confrontación pasó a otro nivel: una derecha feroz, que viene de atropellada, se dispone a naturalizar la violencia que desata como última instancia donde apelar la fortaleza que supone una líder popular como Cristina, sostenida en la calle por millones de cuerpos movilizados y conciencias organizadas. Atención, porque la muerte es la etapa superior del odio. El fascismo es la última ratio del capital cuando está preocupado por su hegemonía. Es urgente que desmontemos esa operación político-cultural en curso, porque si se impone lo que venga no podrá ser mejor. Nos declararon la guerra. ¿Qué parte no entienden ahí arriba? ¿Vamos a seguir financiándolos mientras los medios chicos siguen precarizados? Sandra Russo

No hay comentarios:

Publicar un comentario