jueves, 20 de abril de 2017

WIKI CHÁVEZ LEAKS


Los cables difundidos por WikiLeaks abarcan buena parte de los catorce años de Hugo Chávez en el Palacio Miraflores. Así como los textos dirigidos a Washington exhiben el rol articulador de la Embajada con medios y políticos opositores, a veces dando pasos en falso, demuestran también el papel de observador del Departamento de Estado sobre la realidad de América Latina, que muchas veces ha sido lúcido bajo el amparo que daba la presunción de confidencialidad de los escritos luego revelados por Julian Assange. El libro Wiki Media Leaks (2012), escrito por el periodista de Ámbito Financiero Sebastián Lacunza y el docente universitario Martín Becerra, dedica un amplio capítulo al dossier venezolano. Aquí se reproducen algunos fragmentos de este libro orientado a develar los cables referidos a los medios latinoamericanos, que comienzan con la estrategia estadounidense una vez que Chávez recuperó el Gobierno, tras el fallido golpe de Estado de 2002. cuanto se demostró que la relación de fuerzas le permitía a Chávez permanecer en el Palacio Miraflores, la Embajada intensificó una estrategia menos brusca: inundar Venezuela con programas de ayuda a la sociedad civil, un plan en el que la colaboración con el mundo periodístico fue un pilar. El objetivo era, literalmente, aislar a Chávez, y para ello, las organizaciones no gubernamentales (ONG) eran el socio ideal para avanzar por los costados.Al embajador Charles Shapiro le costaría dejarse ganar por la discreción, al punto de que se había atrevido hasta a organizar, en mayo de 2003, una recepción para periodistas en su residencia en Caracas en la que un humorista contratado por la Embajada ridiculizó a Chávez utilizando un muñeco. Hubo hasta fotos de la jarana. Shapiro haría un racconto del año que daría cuenta de esa reunión, pero omitiría el detalle del show humorístico en el cable del 9 de febrero de 2004: Estrategia de derechos humanos para Venezuela. (...) En agosto de 2004, antes de partir rumbo a nuevos destinos, el diplomático Shapiro, que había llegado en 2002 a las puertas del golpe de Estado, escribió el plan de acción de los programas de Usaid en Venezuela. Así lo reseñó su sucesor, William Brownfield, dos años más tarde: El embajador (Shapiro) demarcó la estrategia de cinco puntos para el equipo de Venezuela, para guiar las actividades de la Embajada en el período 2004-2006 (específicamente, desde el referendo a la elección presidencial de 2006). El objetivo de la estrategia es: Fortalecer a las instituciones democráticas. Penetrar en la base polìtica de Chávez. Dividir al chavismo. Proteger los negocios vitales de Estados Unidos. Aislar internacionalmente a Chávez. (Cable del 9 de noviembre de 2006: Apoyo programático Usaid/Oti. Estrategia de cinco puntos para el equipo de Venezuela.) El plan para luchar contra los abusos a los derechos humanos involucró a toda la Embajada, incluidas las secciones Política, Asuntos Públicos, Consular y Legal, y el programa estrella citado en el cable: Usaid/Oti. (United States Agency for International Development/ Office of Transition Initiatives - Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional/ Oficina de Iniciativas de Transición). Esto es, la dependencia oficial de EE.UU. fundada por John F. Kennedy en 1961 orientada a los países más pobres y conflictivos, más el plus de la Oti, que según sus bases, procura ayudar el avance de socios locales...en países en crisis. (...) El texto de Brownfield informa que Usaid/Oti venía financiando a trescientas entidades venezolanas, entre ONG, sindicatos, partidos polìticos, consultoras y universidades, a las que destinó, hasta noviembre de 2006, 15 millones de dólares sólo en el capítulo fortalecimiento de las instituciones democráticas. De ellas, 33 entidades se habían creado después del establecimiento de la Oficina de Transición en Venezuela. Sobre el apartado dividir al chavismo, el cable amplía: ... Oti apoya a ONG que trabajan con bastiones y líderes oficialistas, usando esos espacios para contrarrestar esta retórica (del presidente) y promover alianzas, con el efecto de sacarlos lentamente del chavismo (cable del 27 de marzo de 2006: Requerimiento de fondos adicionales para ayudar a fortalecer a los gobiernos locales y a la sociedad civil). BAJO PERFIL A tal punto la Embajada tenía en cuenta la sensibilidad de sus movimientos públicos, que un envío de diciembre de 2006 sobre las actividades de Usaid/Oti dice: Durante el lanzamiento de la campaña del presidente Chávez por su reelección en febrero de este año, él afirmó que la oposición real era el Imperio y no los lacayos venezolanos, una postura que ha mantenido luego. En este clima, Usaid/Oti ha mantenido prudentemente un bajo perfil, evitando volverse un tópico de campaña mientras discretamente apoyó un proceso electoral libre y justo (que se suma nuestras actividades programadas de apoyo a la sociedad civil). (Cable del 4 de diciembre de 2005: Actividades relacionadas con Usaid/Oti en Venezuela.) El despacho enumera algunos de los beneficiarios de los fondos y programas de la oficina de iniciativas de transición (Oti) vigentes desde 2002. Algunas de ellas son las ONG Ojo Electoral, Radar de Los Barrios (fiscalización de elecciones), Venezuela Convive y sindicatos opositores, entre muchas otras. En cuanto a la relación con los medios y periodistas, los textos resaltan en el nivel de las ONG al Instituto de Prensa y Sociedad (IPYS) y a Espacio Público, que fueron fuente de denuncias permanentes. IPYS Venezuela recibía fondos para proyectos de periodismo de investigación, acceso a la información y cobertura electoral, programas en los que participaban periodistas de decenas de medios. En el cable de diciembre de 2006, también se da cuenta de una anomalía, aunque previsible: El Gobierno norteamericano canalizó estrategas y lobistas para favorecer al entonces principal candidato presidencial opositor, Manuel Rosales. El International Republican Institute (IRI) ha estado trabajando con partidos políticos para entrenar a cuatrocientos fiscales. También llevaron a cinco especialistas para asistir a la campaña de Rosales. El IRI, que trabajaba en Venezuela bajo la órbita de Usaid, es una organización fundada en 1983 por iniciativa de Ronald Reagan para plantar la semilla de la democracia en América Latina, según sus bases. El despacho amplía que dos de los enviados para colaborar con Rosales eran encuestadores, y los otros tres: ...expertos en la relación de Gobierno/partidos políticos y ayudarán al comando de Rosales detrás de escena en la interacción con el Consejo Nacional Electoral el día de la elección (y cualquier otro problema que surja) La cooperación del IRI y el National Democratic Institute era con todo el arco político, de izquierda a derecha, ya sea tradicional o de la nueva política, a tal punto que el primero, que tiene a Ronald Reagan como foto destacada de su presentación institucional, dio capacitación a miembros del Movimiento al Socialismo, una formación disidente del Partido Comunista nacida en los setenta, que acompañó la presidencia de Chávez en sus primeros dos años y en 2002 pasó a enarbolar una férrea oposición (Cable del 11 de abril de 2005: NDI e IRI trabajan para fortalecer a los partidos políticos en Venezuela). ARTILLERÍA ESTATAL Ante el dominio de los medios antichavistas, los oficialistas remaban hasta 2002 en franca minoría. (...) El panorama comenzaría a cambiar después del golpe, hasta alcanzar un 22 por ciento del espectro radioeléctrico para los medios llamados públicos (entre estatales y comunitarios), de acuerdo con la Comisión Nacional de Telecomunicaciones en 2010. Reestablecido Chávez en el Poder Ejecutivo, casi de inmediato, el 14 de mayo de 2002, fue lanzado el sitio web Aporrea.org. (...) Ese fue un germen a partir del cual Chávez se dotaría de una red de medios estatales, paraestatales o de empresarios bolivarianos, que en términos generales, fueron concebidos bajo la lógica de la trinchera periodística para disparar contra los adversarios. Así, el Gobierno venezolano potenció los medios estatales tradicionales como Venezolana de Televisión, Radio Nacional e YVKE Mundial, cuya incidencia era reducida antes de 2002, y creó nuevos. Entre otros: Vive (2003, cultural, UHF o TV paga), Agencia Venezolana de Noticias (2005), Telesur (2005, noticias internacionales, en sociedad con otros gobiernos latinoamericanos), TVes (Venezolana Social, emite en la señal abierta que ocupaba el privado RCTV hasta la no renovación de la licencia, en mayo de 2007), Asamblea Nacional TV (2005, UHF y cable), Ávila TV (2006, que en sus inicios fue de la Alcaldía Metropolitana) y Radio del Sur (2010, FM). En el rubro gráfico, también hubo novedades. En 2003 fue lanzado el diario tabloide VEA (25.000 ejemplares en 2005, según la Embajada), y en 2009, el estatal Correo del Orinoco. Unas 244 radios y cuarenta canales comunitarios están registrados por la Comisión Nacional de Telecomunicaciones, y decenas de periódicos y web alimentan una red que abarca desde la militancia chavista hasta un apoyo con matices al Gobierno. (...) Según la visión crítica de la delegación norteamericana, no se trató sólo de crear medios oficialistas o de retirar licencias a los opositores, sino de pactar con algunos de los grupos concentrados ya existentes. EL PACTO Venevisión, uno de los dos canales de TV más importantes de Caracas, había sido puesto por el Gobierno en la misma bolsa que RCTV y Globovisión a la hora de denunciar el complot que derivó en el golpe de Estado de 2002. De hecho, en un editorial emitido el 12 de abril, día de la instauración del efímero Gobierno de facto dirigido por Pedro Carmona, Venevisión declaró su orgullo de haber contribuido a la caída del mandatario constitucional, y algunos le atribuyen a su propietario, Gustavo Cisneros, dueño del grupo, un rol crucial como estratega de la asonada. Sin embargo, a partir de 2004, tras una instancia de mediación promovida por la ONG del expresidente norteamericano James Carter, el canal abandonó el tono militante contra Chávez y acentuó el perfil pasatista. Ello fue visto por muchos representantes del arco opositor y la Embajada como un pacto implícito o explícito con el Gobierno. Cierto o no, en mayo de 2007, cuando no fue renovada la licencia de RCTV, los canales de TV abierta Venevisión y Televén recibieron una nueva concesión, aunque no por los 25 años solicitados. A menos de tres semanas de esa renovación, el 12 de junio de 2007, en medio de la ebullición internacional que tenía lugar por la caducidad de RCTV (que junto a Venevisión congregaba el setenta por ciento de la facturación publicitaria televisiva), la funcionaria del Departamento de Estado Deborah McCarthy y otro diplomático cenaron con los ejecutivos del Grupo Cisneros Luis Villanueva y María Antonieta Mendoza de López. Los estadounidenses querían saber de qué lado estaban. Tanto Villanueva como López expresaron su frustración por la percepción pública de que RCTV había caído peleando mientras que Venevisión se había vendido al Gobierno. Por el contrario, argumentaron que la campaña de RCTV contra Chávez había sido 'irresponsable' y que había 'sacrificado su frecuencia por nada' mientras que Venevisión mantiene sus reservas 'esperando el momento adecuado' para desafiar al Gobierno de Venezuela. (...} Villanueva y López también enfatizaron que Cisneros está trabajando en silencio y personalmente fuera de Venezuela para instruir a los líderes de la amenaza del chavismo, y que había dado instrucciones a Venevisión de elevar su cobertura de las protestas estudiantiles (ndr, que protestaba por el cierre de RCTV). La enviada del Departamento de Estado se despediría de los directivos de Venevisión con una sugerencia. Dice el cable de junio de 2007: McCarthy alentó los planes de Venevisión para volverse cada vez más directo en sus noticias y opiniones domésticas, y sugirió al Grupo Cisneros considerar actividades para crear conciencia acerca de la realidad de la Venezuela bolivariana. Resaltó la importancia de interlocutores no vinculados al Gobierno norteamericano que le hagan frente a Chávez y de personas como Gustavo Cisneros que pueden llegar a grandes audiencias (Cable del 25 de junio de 2007: Encuentros de McCarthy con personalidades de los medios y la política venezolana). PROPUESTAS INDECENTES (...) El contacto de los medios privados y los opositores con la Embajada incluiría denuncias, coordinación de acciones y pedidos de ayuda directa a la Casa Blanca, incluso financiera, de acuerdo con los despachos diplomáticos desclasificados. Tres diputados del partido Podemos fueron recibidos con beneplácito por la Embajada, en septiembre de 2008 (Cable del 14 de septiembre de 2008: El partido de oposición Podemos pide ayuda del Gobierno estadounidense contra Chàvez). El antiguo jefe de la misión en Caracas Charles Shapiro ya había definido como un objetivo primordial penetrar en las bases del chavismo y dividirlo. Cuando los legisladores de Podemos Ricardo Gutiérrez, Juan José Molina e Ismael García golpearon la puerta de la delegación estadounidense, en la Embajada habrán celebrado el hecho como una misión cumplida, pese a que no se esperarían la osadía de sus visitantes. Podemos se había escindido del Movimiento al Socialismo en 2002, cuando este partido histórico del centroizquierda venezolano apoyó el golpe contra Chávez. En consecuencia, Podemos pasó a formar parte del oficialismo, con cierto margen de independencia, hasta 2007, cuando rompió lanzas a raíz de que el Presidente dispuso unificar a todas las fuerzas chavistas bajo la marca Partido Socialista Unido de Venezuela. Dado que la oposición no se había presentado a las elecciones legislativas, Podemos pasó a ocupar un lugar estelar como única voz disidente en la Asamblea Nacional. Durante la reunión con el embajador Patrick Duddy, los diputados de este grupo que se asumía como de centroizquierda agradaron a la Embajada al criticar los vínculos del Gobierno de Venezuela con Irán y Cuba, tras lo cual irrumpieron con un pedido sorpresivo: García puntualmente pidió que Estados Unidos, a través de la National Endowment for Democracy (ndr: entidad fundada bajo mandato del republicano Ronald Reagan en los ochenta) u otros canales del Gobierno norteamericano, podría ayudar a Podemos. Molina y García sugirieron que el apoyo de Estados Unidos podría ser utilizado para crear una red de cable o internet para contrarrestar la clausura e intimidación a otros medios. La respuesta del embajador Duddy habrá dejado helados a los diputados antichavistas de Podemos que procuraban incursionar en las telecomunicaciones: El embajador enfatizó que Estados Unidos no interviene en Venezuela, a lo cual García respondió: 'Sí, pero es hora de que empiece'. Un camino similar recorrió el dueño del diario El Nacional, aunque su caso es más comprensible dado el nexo fluido que mantenía con la legación norteamericana. Miguel Henrique Otero, presidente y director del segundo diario de centroderecha de Caracas, y su esposa, Antonieta Jurado, se encontraron con el embajador Duddy el 19 de febrero de 2010. La pareja se quejó de la asfixia a la que, según dijo, El Nacional era sometido, entre otras cosas, por el bloqueo publicitario tanto estatal como privado, ratificando lo que Ipys había denunciado cuatro años antes. Los directivos dijeron a Duddy que El Nacional sólo tenía resto económico hasta abril de 2010 (el diario se sigue editando al cierre de la edición de este libro), y deslizaron que similar panorama se le presentaba al otro gran periódico de centroderecha de Caracas, El Universal. Globovisión ha sido derrotado ahora, nosotros somos los próximos, dramatizaron. Descripto el escenario, Otero pasó a lo concreto, según el texto: Para mantener a El Nacional con vida, Otero preguntó si la Embajada conocía fuentes de financiación privada a las que pudiera acudir en el exterior, o si ello fallaba, si el Gobierno de Estados Unidos podría ayudar. (Nota: El embajador remarcó que los inversores y las instituciones financieras de Estados Unidos estaban crecientemente inquietos por la expansión -del chavismo, ndr- en Venezuela. También remarcó que nunca había oído que el Gobierno norteamericano financiara a diarios ni siquiera, por ejemplo, durante períodos difíciles como en los tempranos ochenta del Chile de Pinochet. Curiosa respuesta. En rigor, documentos desclasificados prueban que la Casa Blanca sí financió al chileno El Mercurio, pero en la etapa previa a Pinochet, para desestabilizar al presidente socialista Salvador Allende. UN EXPEDIENTE QUE QUEMA El canal de noticias Globovisión, que se emite en abierto en Caracas, Maracaibo y Valencia, y por TV paga en la mayor parte del interior, había participado junto al resto de los canales privados de las arengas golpistas de 2002 y del bloqueo informativo que procuró ocultar la reacción popular que había desatado la detención del presidente. Con el canal Radio Caracas Televisión (RCTV) fuera de la cancha desde 2007, Venevisión y Televén habiendo moderado su perfil político, y con el desarrollo de una red considerable de medios oficiales o militantes, Globovisión pasó a ser la estrella del antichavismo televisivo, con un discurso frecuentemente despectivo y hasta insultante hacia los militantes chavistas y el propio mandatario. Afirmado en el poder, el Gobierno comenzó a contarle las costillas al canal cuya propiedad era compartida por Guillermo Zuloaga, el banquero Nélson Mezharane y el director periodístico Alberto Ravell. Más de una vez, el propio Chávez advirtió sobre castigos de diverso grado. En febrero de 2008, un texto diplomático firmado por el embajador Duddy enumeraría acciones del Poder Ejecutivo contra el canal crítico, a las que definía como acoso: una denuncia del ente regulador por supuesta violación de la ley de Responsabilidad Social de la Radio y la TV, una investigación en el Congreso por su constante campaña de desestabilización, otra por difamación contra Chávez, un proyecto de consulta popular para decidir la revocatoria de la concesión y reclamos impositivos. ¿Por qué ahora?, se pregunta el texto de la Embajada: A pesar de la intimidación del Presidente, la cadena mantiene su línea editorial crítica. Esto envalentonó la posición de Globovisión como único canal de noticias que sigue siendo independiente... Mientras Globovisión tiene sólo el cinco por ciento del mercado, poco comparado con el 40 por ciento de RCTV antes de que fuera sacada del aire, su derecho a emitir se ha vuelto un motivo de unión de la oposición (Cable del 12 de febrero de 2008: El Gobierno venezolano advierte a Globovisión de posibles sanciones, clausura). Globovisión juega con fuego. Quemados una sexta vez, se titula el cable diplomático emitido a Washington el 15 de septiembre de 2009. La Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel) acababa de abrir el sexto procedimiento administrativo contra Globovisión. El canal había transmitido en el programa Buenas noches mensajes de texto de sus televidentes que decían, según transcribió la Embajada: Urgente: Activen las redes de información. Posible golpe. Alerta para el viernes temprano por la mañana. Tenemos que marchar y no abandonar la calle. Debemos derrocar al tirano de una vez por todas. Al mal paso, darle prisa. A quien anuncie el golpe, que no se preocupe por Chávez, está a salvo con Gadafi. En Guatire estamos todos contra Chávez, no lo dejaremos entrar al país. Cien máscaras antigás y trescientas personas para implementar la resistencia contra la dictadura. Conatel y una fiscal iniciaron actuaciones contra Globovisión que le podrían hacer perder la licencia. Una fuente de la emisora, que argumentó que los mensajes habían salido al aire sin que nadie los chequeara, confesó ante la Embajada; Por primera vez, no sabemos cómo defendernos. El reporte enviado a Washington por el embajador Duddy constituye toda una excepción en la matriz de análisis de los diplomáticos asentados en Caracas: Mientras Globovisión sólo concentra 3,9 por ciento del mercado de la TV abierta nacional, juega un papel desproporcionado en la formación de la mirada desde el exterior sobre Venezuela. Globovisión está claramente jugando con fuego emitiendo mensajes incendiarios, lo que menoscaba su credibilidad y legitimidad, y lo pone en riesgo al darle a Chávez una excusa más fuerte e irresistible para cerrar el canal. Un mes después, en octubre de 2008, Rafael Poleo, director del diario ultraopositor El Nuevo País y de la revista Zeta (liberal para la Embajada), dijo en el programa Aló Ciudadano (contracara del Aló Presidente de Chávez, que se emite por el canal estatal): Hugo va a terminar como Mussolini, colgado con la cabeza para abajo. El conductor del programa, Leopoldo Castillo, mencionó que tal expresión podía significar apología del delito, ante lo que el periodista Poleo respondió con ironía: No, yo lo digo de manera precautelativa. Cuídate Hugo, no termines como Benito Mussolini. (...) Tiempo antes, la Embajada reflexionaba por qué Chávez no cerraba Globovisión teniendo el poder para hacerlo. La repuesta que se da un texto es atendible: Una explicación es que el presidente Chávez disfruta de tener un blanco claro al que apuntar, y otra es que el Gobierno está usando las acusaciones y acciones contra Globovisión para restringir drásticamente las actividades de todos los medios (Cable del 1 de julio de 2009: Actualización sobre la libertad de prensa - Junio). n

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