viernes, 21 de julio de 2017

El RAP del poder: la red que vincula a los políticos al servicio del establishment


La Red de Acción Política (RAP) es una fundación que se dedica a la formación de la dirigencia política en Argentina. Es auspiciada y financiada por embajadas y multinacionales, grandes bancos privados, y las principales empresas locales de propiedad de las familias Urquia, Rocca, Pagani, etc. Entre sus integrantes hay altos funcionarios del Pro, la UCR, el socialismo, el justicialismo, e incluso del kirchnerismo. En su consejo directivo y asesor, figuran banqueros con intereses en la deuda pública argentina, e intelectuales orientados al pensamiento neoliberal. Que ejecutan una bajada de línea hacia numerosos políticos argentinos, creando así una red o logia moderna, que atraviesa a casi todos los partidos políticos. Y ha facilitado la instauración de determinadas políticas a favor de los intereses empresarios y geopolíticos de quienes la financian y auspician, no precisamente en bienestar del pueblo, ni de los intereses argentinos. El rap es esencialmente una música afroamericana contra el poder y el establishment. No obstante Alan Clutterbuck inició en 2002, con otro grupo de personas que provenían del mundo empresarial y académico de universidades privadas de renombre como la de San Andrés y Di Tella, otra RAP, abreviatura de Red de Acción Política. La cual se revela en un sentido enteramente inverso, al ejecutar una música y letra en defensa del establishment local e internacional. El fin de esta fundación (https://fundacionrap.org) a juzgar por la pertenencia partidaria de la mayoría de sus integrantes, el perfil académico de las universidades donde realizan sus simposios, la trayectoria de sus consejeros, y el tipo de empresas que la sostienen, es formar nuevos dirigentes políticos con una visión neoliberal de la cosa pública. Alan Clutterbuck, hasta ese momento, era conocido por el secuestro y desaparición, en 1988, de su padre, el “capitán de industria” Rodolfo, “Ralph”, quién en vida secundó a Domingo Cavallo en la presidencia del Banco Central, cuando este estatizó la deuda privada, y luego integró los directorios del Banco Francés y el Grupo Alpargatas. Los raptores nunca entregaron una prueba de vida y las comunicaciones se cortaron rápidamente. Jamás se encontró su cuerpo, y aunque se sospechó de “la banda de los comisarios” que secuestró a Mauricio Macri, hasta la fecha casi treinta años después, su desaparición no ha sido aclarada, dejando la impresión de que no existió un gran tesón para averiguar lo sucedido. La logia del RAP demostró su capacidad de poder superestructural, al haber logrado a principios del 2016 escindir al bloque kirchnerista, con la creación del Bloque Justicialista liderado por el miembro del RAP, el diputado Oscar Alberto Romero. Que resultó ser una pieza funcional esencial, para lograr la gobernabilidad por parte del gobierno de Cambiemos, y reducir las posibilidades del kirchnerismo en el control de determinados organismos, como el Consejo de la Magistratura. Y ahora RAP ha ratificado su extraordinario poder trans partidario, al lograr que Romero y dicho bloque se pliegue a la fulminante expulsión de la cámara de su “compañero”, el ex ministro de Infraestructura Federal y Servicios Públicos y actual diputado, Julio De Vido. Lo cual hasta hace poco era un hecho impensable, acorde con el deber de lealtad que proclaman los integrantes del peronismo justicialista. Y lo mismo hicieron los diputados cordobeses, en cuya cupula partidaria hay variós que pertenecen a RAP, como se verá seguidamente, que tambien dejaron trascender que darán su voto para la expulsión de De Vido. Y además se jactaron de que en Córdoba no existen fueros, pero no dijeron que ello ni son necesarios, porque existe una supuesta Fiscalía Anticorrupción que monopoliza la acción contra funcionarios y mandatarios publicos, y se encarga que no haya acusación alguna contra ellos. No obstante que los niveles de corrupción no tienen nada que envidiarle a los que se atribuyen al kirchnerismo.

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