domingo, 9 de octubre de 2016

LA REPRESION COMO HERRAMIENTA ESENCIAL DEL MACRISMO


Alguna vez, un tal Lisandro de la Torre, en medio del escándalo de la carne debatido en pleno Senado de la Nación, dijo que determinadas cuestiones cuando no tienen explicación lógica, deben apelar a lo subjetivo y malintencionado. El líder demócrata progresista se refería a los argumentos esgrimidos por las derivaciones del tratado Roca – Runciman, el cual para garantizar compras de materias primas de Gran Bretaña, otorgaba facilidades lesivas para el país. En ese entonces, con el radicalismo “integrado” como hoy al régimen conservador; la izquierda sumida en una visión más internacionalista que local; la inexistencia del sindicalismo, la marginación de los sectores populares, bastaba con reprimir para ahogar todo intento de cambio si la mentira o el descrédito no eran suficiente. Años después, el peronismo no sólo concientizó a las desprotegidas masas obreras, sino vino a modificar de manera sustancial las estructuras socioeconómicas y política, beneficiando a todo el espectro de la sociedad. La consecuencia fueron cambios estructurales irreversibles que ni siquiera el temor, la delación, las persecuciones o la muerte pudieron erradicar. Con el advenimiento de los sucesivos gobiernos populares, díganse de Hipólito Yrigoyen (1916 – 1922, 1928 – 1930), de Juan Domingo Perón (1946 – 1952, 1952 – 1955 y 1973 – 1974), de Néstor Kirchner (2003 – 2007) y de Cristina Fernández (2007 – 2011 y 2011 – 2015), los partidarios de la dependencia, agrupados en la oposición desalojada del poder, comenzaría a atacarlos sin piedad. Pese a calar desde lo ideológico hasta la concreción en la realidad efectiva, al no aplicarse instrumentos jurídicos concretos para recuperar el poder económico, la influencia sobre el poder judicial o el manejo de la prensa aún en manos de la minoría, los cambios definitivos no se pudieron consolidar. Lo había predicho el desaparecido diputado radical, César “Chacho” Jaroslavsky: “Atacan desde los medios en forma de partido político, para defenderse después en nombre de la libertad de expresión”. Así, tras minar la credibilidad de vastos sectores de la población “curiosamente beneficiada” por los gobiernos nacionales y populares, era de esperarse la violenta reacción de los antiguos “amos”. Por supuesto a la hora de gobernar, para recuperar sus prebendas, volver a enriquecerse de manera ilícita e impune, si no hay crisis deben inventarla y cuando los argumentos no le alcanzan, al decir del cantautor Piero, necesitan someter “a machete y a balazos”. Eso es el macrismo revanchista. Un conglomerado sediento de venganza, al servicio de concesionarios de la entrega impuestos de hecho, proveniente de lo más rancio de las estructuras proclives a la dependencia, máximo común divisor de los argentinos, mentiroso e impostor, al cual no le alcanzará la violenta represión implementada para ajustar, dominar, ni mucho menos salirse con la suya. Frente a su pretendida emulación de la dictadura militar, desde la reprobación silenciosa, la aparente indiferencia, hay un pueblo que entiende, conoce, sabe muy bien cuánto le pertenece y va camino a recuperarlo con los dirigentes a la cabeza o la cabeza de los dirigentes traidores, para garantizar que no vuelvan nunca más. Carlos Alberto Ricchetti DNI: 20.573.717

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