lunes, 17 de enero de 2022

Respuesta a alguien que no es de centro, ni mucho menos democrático

En medio de la parafernalia de acontecimientos desafortunados para Colombia entera, departiendo información en la famosa red social conocida vulgarmente en castellano como “Cara e´ libro”, tuve la desgracia de toparme con uno de esos personajes echándole la culpa a los comunistas de lo que hacen los bancos. Contraviniendo a Miguel de Cervantes Saavedra, celebérrimo autor de “El ingenioso hidalgo Don Quijote de La Mancha”, un presunto sujeto de cuyo nombre sí no quiero acordarme, comenzó su habitual monserga diaria a punta de mentiras, pretendiendo exaltar falencias ajenas para mal disimular los horrores de cuanto criminal defiende. Harto cansado de responder a sus continuas afrentas ya no sólo a la verdad, sino al país entero, aún sin tener el honor procedí a sacar la cara por mis amados colombianos, los cuales no conformes con sufrir para algunos irreverentes, deben pronunciar loas a los miserables causantes de no poder comprar ni una libra de arroz. Sin tener vida propia, como todo chismoso empeñado en enfatizar detalles ajenos que no le incumben en absoluto, aprovechó la fuerte réplica del senador de Colombia Humana, Gustavo Bolívar, tildando a Claudia López, de “rastrera y mediocre de la peor calaña”. La airada respuesta tuvo origen en las acusaciones de la alcaldesa bogotana, de financiar a los marchantes durante el paro nacional. A pesar de que Bolívar nunca dotó de armas a la Primera Línea, se ofreció a recoger las donaciones de 4988 personas interesadas en proveer de escudos o elementos defensivos, a fin de evitar el daño propinado por los escuadrones del ESMAD, policías, ejército, elementos paramilitares, entre otros grupos de “gente de bien”. De no conocer la filiación política de Claudia López, muchos asegurarían pertenece al partido de gobierno, al oírla utilizar muchos de los mismos argumentos salidos de la boca de prospectos de la talla de Paloma Valencia, María Fernanda Cabal, como de otros nombres surgidos del partido de la “mano firme y el corazón grande”. Pero de manera “curiosa”, al igual a todo en política puede tener similitudes a pesar de nunca poder ser exactamente igual. El personajillo en cuestión publicó un pintoresco cartelito, desde luego sin mencionar lo aclarado con anterioridad. Sin embargo, lo mejor ocurriría al sentirse expuesto peor que Drácula al interior de una iglesia. Evitando caer en las típicas groserías, atiné a responderle: “¿Ya se olvidaron como se dirigen los uribistas a sus contradictores, no sólo con palabras sino a bala limpia? Hay que tener memoria selectiva, ¿verdad?” Al parecer el improperio le molestó. No tanto a causa de la forma irónica en las palabras empleadas. Más bien, a la contundencia de los alegatos incontrastables en un número tan escaso. Lo seguido, fue el clásico “ataque de auto victimización” de esta genuina raza de mortales: “¿Por qué pretenden tapar el actuar delictivo y ventajoso del petrismo, en este caso del señor Bolívar, para su lógica bandidos todos menos quienes usted apoya políticamente, así les tatúen las pruebas en la frente e igual lo niega?” Convengamos ante todo que al haber trabajado en casas literarias de la importancia de “El Diario del Otún”, se nos enseñó acerca de la necesidad de mejorar el lenguaje de nuestros interlocutores, pese a las severas faltas a la hora de transcribir lo dicho. Al redactar este escrito para poder la anécdota, tampoco fue la excepción. Le aclaré sus inquietudes, aclarándole de paso cualquier duda a nombre del diario que dirijo: "Nuestra forma de expresarnos no demuestra odio. A lo sumo, una profunda indignación e impotencia frente a la doble moral con la cual ustedes se pasean como perro por su casa, pontificando sobre lo humano y lo divino cuando están rodeados de narcotraficantes, lavadores de dinero, delincuentes comunes, sin contar todas las ollas podridas del país en su mayoría hacen parte. Por el contrario, carecemos de "mesías". Nos sobra opinión. En cambio, ustedes además de intereses disfrazados de "libre pensamiento", poseen es un prontuario criminal enorme desde los que roban, hasta los pobres infelices acompañándolos por arribismo, para seguir dejando a Colombia en bancarrota, desvalijada y siendo uno de los países más desiguales junto con Angola o Somalia. Eso sí nos causa mucho fastidio a causa de nuestros compatriotas sin saber a qué lado de la calle mirar. Hablan de crisis, de no contar con dinero, mientras se gastan billones de dólares en aviones o se roban 70.000 millones para la conectividad virtual, pero en retaliación pretende obligar a los maestros a ir a clases sin garantías de bioseguridad, so riesgo de contagiar el covid a los alumnos. Son la auténtica iglesia del “dios Uribe”, pero ni siquiera los consideramos enemigos. En todo caso, del pueblo colombiano al cual contribuyen a saquear mientras el presidente o el "mesías", van apareciendo fotografiados al lado de hampones y se les caen avionetas cargadas con cocaína. Sinceramente, entre otras cosas esperamos que, en lugar de usar el disquito rayado de las Farc, las Farc, las Farc, hablen como lo hacen de Gustavo Petro, pero de Rosemberg Pabón o Everth Bustamante, funcionarios uribistas hoy, aunque ayer ex compañeros del mismo en la guerrilla del M19. No obstante sería inútil siquiera suponerlo, porque si lo hicieran serían las buenas personas que no podrían ser nunca". La airada reacción no tardó en llegar, tratando de mancillar la imparcialidad del medio del cual hacemos parte de nuevo en primera persona, sin contar a las personas y a la mismísima libertad de enunciar la realidad objetiva: “Su forma de expresar lo único que demuestra es el odio con el que usted escribe sus columnas. Se jactan hablando de paz, teniendo sus corazones llenos de ira, de resentimiento. Si vamos a hablar de exculpa delitos, su mesías Petro (sic) (Aída) Avella e (Iván) Cepeda, han sido benefactores y algunos beneficiarios de esas garantías. Para no ir muy lejos los senadores de las (ex) FARC –partido Comunes- también, a quienes su corriente política hoy tiene como aliados. Insisto, el problema de ustedes es que tienen tanto odio, que todo ven a cualquiera pensando diferente como a un delincuente, el enemigo o un ignorante”. Abstenerme de responder a semejante hipocresía, me habría causado remordimientos a mediano o corto plazo. Preferí hablarle con la sinceridad de un coterráneo de a pie, sin otro dolor distinto al de Patria: "Si hay personas más decentes o mejores en cuanto a calidad, quédese tranquilo porque ninguna es uribista. ¿Argumentos sólidos? No. Lo de ustedes son mentiras contundentes y alevosas en permanente contradicción. No se trata de utilizar un tono burlesco. Resulta innecesario. Son los uribistas haciendo reír a carcajadas a Colombia con sus ridiculeces, ya que al parecer hay que ser demasiado básico, limitado, para creerse semejantes faltas grotescas a la verdad. Por tal razón, al tiempo que Gustavo Bolívar hace pública la verdad, ustedes se pasaron desacreditando a Claudia López hasta ahora, pero le dan dinero para dividir a la oposición donde a duras penas supuestamente pertenece. Malas palabra puede decir cualquiera, aunque no sea lo más conveniente, pero no tanto como las hazañas ordenadas por su ídolo narco paramilitar, quien en lugar de permitir explayarse a los contradictores los hace desaparecer, para que encima después personas como usted aparezcan hablando de democracia, de libertad de expresión, cuando a quienes intentan hacer uso de sus derechos los masacran. No se hable más, estimado amigo uribista". ¿Queda claro o incluso, se le sugiere al senador Gustavo Bolívar que pase a explicarlo con muñequitos de plastilina? Escribe: CARLOS ALBERTO RICCHETTI

No hay comentarios:

Publicar un comentario