lunes, 21 de noviembre de 2016

LA PROSCRIPCION DE LA DERECHA ES UN DEBER MORAL Y CONSTITUCIONAL (Parte 3)


Los sectores más socialmente sensibles de la población, la aplastante mayoría de los pueblos del mundo, será quienes perciban un mayor impacto en el ejercicio, el desarrollo y la concreción de sus auténticas libertades. No quiere decir que las demás prerrogativas carezcan de importancia, porque el sacrificio por conquistarlas mereció luchas fratricidas, muy a pesar de la manipulación derechista que ha sabido, entre otras cosas, reducir su verdadera esencia y contenido a la nada absoluta. Al margen de la notable revolución tecnológica, de las comunicaciones y demás, la democracia liberal de mercado demostró su impotencia para generar mejores condiciones de vida. El aumento de la pobreza, la ampliación de la franja que separa a pobres y ricos, el desempleo, la destrucción de conquistas sociales fundamentales, la entrega del poder de decisión a corporaciones y entidades con fines de lucro, lejos de eliminar las cadenas, las transformo en invisibles primero para acrecentar su efecto opresor después. En lo intelectual, la erróneo concepción del “fin de la historia” y de “la muerte de la ideologías”, encerradas en el derrotismo noventista de la última década del Siglo XX, no sólo agudizó la ruina económica, sino que provocó el estancamiento, la decadencia mental, moral y espiritual de los pueblos. Animalizados por el “ser material”, los “nuevos vientos de libertad” acarrearon el aplastamiento de los valores ético-morales esenciales, la insolidaridad, la competencia salvaje, la perspectiva de toda superación, que intentó ser suprimida en detrimento del sesenta y seis por ciento de la humanidad, convertible en variable de ajuste. Luego de casi dos décadas de frustraciones, de deterioro irreparable y desencuentro, el mundo comienza a despertar del letargo. El fracaso de políticas inconducentes, más que por convicción, aunque sí exigiendo la necesidad imperiosa de elevar el nivel vida, llevó a los pueblos de Latinoamérica a elegir gobiernos y programas alternativos que los rescaten del atolladero. Denunciada por inoperancia, desfalco, corrupción, en franca retirada por las terribles consecuencias de un previsible desastre, producto de sus políticas no democráticas y excluyentes, la derecha retardataria abandonó el escenario, no sin prometer conspirar. En “versión suramericana” del republicanismo conservador norteamericano, aunque al revés, porque en lugar de pretender “conservarlo todo” procura “entregar cuanto haya”, la hija del “no cambio” tiene jugosos intereses que no va a resignar con facilidad. Carente de planes alternativos, se dedicará a boicotear y desprestigiar la acción de los gobiernos populares. Reiterativa hasta el cansancio, la derecha no posee voto: Tiene intereses excluyentes de sobra en contraposición a los de los pueblos. Se autoproclamará “democrática” en el papel, aunque le resulte imposible serlo, porque al favorecer la concentración del capital en pocas manos, facilita que la toma de decisiones pase, inexorablemente, por los grupos ultra minoritarios y poderosos, quienes en su esquema político le brindan gobernabilidad. Hoy amenazada de muerte, le quedan como armas promover el desorden, el sabotaje, apareciendo luego como “el santo remedio contra el mal, afectando a la sociedad toda”. CARLOS ALBERTO RICCHETTI DNI: 20.573.717

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